Duros reproches están cayendo estos días sobre el mundo de la caza y sus defensores. Para el que no se haya dado cuenta aún, parece existir un lobby internacional que quiere acabar con nuestra afición al igual que está sucediendo con el mundo de la tauromaquia, poniendo a la opinión pública en nuestra contra a través de determinados medios de comunicación o de las malintencionadas declaraciones de personajes de esos que se hacen llamar “famosos”.
Solo hace falta leer los comentarios de la opinión pública, cuando sale en prensa digital una noticia (aunque tenga una vaguísima conexión con la caza), para ver la total ignorancia y el desconocimiento de la gente, en materia cinegética. Que si el lobo está al borde de la extinción, que si en África ya no quedan elefantes, que hemos acabado con el lince y el águila imperial o el ya famoso: “Cazador tenía que ser…”. Todo ello debidamente aderezado con otra serie de lindezas que colacionan con los más variopintos insultos y amenazas.
Pero esto no es nuevo, señores. Esto lleva pasando años y nuestras anquilosadas federaciones y representantes, más preocupados en mantenerse en el poder y discutir entre ellos que en defender nuestros intereses, no han hecho absolutamente nada para solventarlo.
Cada vez existe una brecha más amplia entre el mundo rural y el urbano y es, precisamente en este último, donde se hace plausible el total desconocimiento acerca de las actividades que se realizan en el campo.
No hemos sabido transmitir y educar a la gente en los valores de la caza y en que nuestra actividad es un aprovechamiento más del mundo natural. No hemos sabido explicar al ciudadano que cazar y matar no son sinónimos y no van de la mano. No hemos sabido cuidar nuestra imagen como cazadores en las redes sociales, aun sabiendo que hoy en día son un polvorín, y un escaparate donde, cada vez con mayor frecuencia e intensidad, se puede amenazar, calumniar e insultar a placer con total impunidad.
Muchos dicen que es imposible que prohíban la caza en España. Yo os digo que ellos están organizados y nosotros no; que ellos controlan los medios y nosotros no salimos de la prensa especializada; que ellos destinan cientos de miles de euros a machacarnos y nosotros únicamente nos quejamos, pero no hacemos nada.
Pero, sobre todo, lo más alarmante es que ellos están unidos, bien representados y, nosotros, dispersos, olvidados y estigmatizados.
Entonces, ¿quién creéis que tiene las de ganar?
Habrá otro león Cecil u otro político corrupto que salga con un gran venado en portada. Habrá otras campañas de desprestigio a la caza, otros insultos, otras amenazas y tenemos que estar preparados… ¡no se trata de poner la otra mejilla! Ahora no. Así no.
Tenemos que estar unidos. Tenemos que explicar a la gente lo que hacemos. Tenemos que arroparnos unos a otros sea cual sea la modalidad que practiquemos. Tenemos que dotarnos de verdaderos representantes que luchen por nuestra causa. Tenemos que destinar fondos y un porcentaje de las licencias que se expiden en España en conectar con la gente, explicar, transmitir y educar a las futuras generaciones. Tenemos que parar con mano muy firme a todos estos medios de pacotilla y santones de turno que nos calumnian sin cesar, para tocarles los bolsillos y hacer que caiga sobre ellos todo el peso de la ley.
Ni un solo euro y ni un solo voto a quienes vayan contra nosotros.
Ahora es nuestra hora.
Por Ramiro Guardiola F.