El pasado sábado día 31 de enero asistimos a nuestra esperada e ineludible cita anual en la que ya se ha convertido en un referente de la caza social y en igualdad: la IV Montería Femenina de Galicia celebrada en Cea (Ourense), organizada por Monteros Galaicos y promovida por la Asociación de Clubes de Caza Maior de Galicia.
Algunas cazadoras ya somos veteranas desde su inicio y otras participaban por primera vez en esta gran fiesta que acoge a cazadoras de todas partes con los brazos abiertos para vivir una experiencia inigualable de reencuentro y amistad entre los que somos apasionados de la caza.
Mujeres cazadoras de diferentes lugares de Galicia nos congregamos allí, alguna con apenas catorce años como morralera y otra con la veteranía de sus más de setenta años, mujeres reales de toda condición, para algunas era su primera montería e incluso su primer día de caza mayor. Sus caras eran la viva imagen de la ilusión compartida por todos y siempre me emociona vernos a todas reunidas, resulta muy especial para nosotras que estamos acostumbradas a ser las únicas mujeres en las cuadrillas o en el grupo.
El número de participantes femeninas superó a ediciones pasadas, a pesar de los pronósticos de mal tiempo. Ya a primera hora de la mañana, Óscar Garriga nos informaba de las malas previsiones en cuanto a resultados de abates, pues la lluvia había anegado la mancha a batir y eso dificultaba los encames, por lo que no auguraba que las capturas fuesen igual a pasadas ediciones. Pero eso no iba a desanimarnos, todas sabemos lo que es la caza en abierto y de sus caprichos.
La organización, como siempre, impecable. Ya antes del sorteo todos recibimos un plano de la mancha con las posturas marcadas y en el cartón donde se señalaba nuestra armada se recordaban las normas de seguridad a tener presentes, que nunca está de más recordar: la seguridad, siempre por encima de todo.
Después de hacernos nuestra foto de grupo con nuestras nuevas prendas, ideales para un día de frío y aguanieve como el que transcurrió, salieron las primeras armadas de cierre y sus postores para seguir con las demás minutos más tarde.
Apenas ocupados los primeros puestos se alertó por la emisora de la salida de un lobo de la mancha, lo cual podía ser buen o mal presagio, según se mire. La mañana transcurrió entre emocionantes ladras, bastantes disparos, una intensa lluvia a veces, otras de fuerte granizo y algún rayo de sol que nos acariciaba la espalda. Nada nuevo para las cazadoras norteñas que sabemos lo que es la caza y la climatología de estos parajes.
Se abatió una corza, los perreros trabajaron de manera impecable, me pregunto si no tendremos que hacer una profunda reflexión sobre eso. Aún recuerdo como he asistido en silencio a numerosas charlas por parte de nuestra Federación Gallega de Caza autoelogiándose por la magnífica gestión que estaban haciendo del jabalí, avalándola en las numerosas capturas que se estaban haciendo… La verdad es que nunca tuve nada claro que eso significase un éxito de gestión y, en cuanto a lo del lobo…, otro tema candente que debe replantearse con urgencia.
Pero la caza es mucho más que abatir, va mucho más allá, es disfrutar del lance, de las ladras, de la emoción, del calor de los compañeros y compañeras, es vivir el monte, es amistad y camaradería… y de esa no faltó en este gran grupo de amigos que respetamos la caza social y disfrutamos de una pasión única y verdadera que nos hace sentirnos libres.
Mis más sinceras felicitaciones a Monteros Galaicos por su maravillosa acogida, a Remanso y Hart por su apoyo, a todas las cazadoras asistentes que siempre son un motivo de orgullo, a las que no hayáis podido ir por diferentes motivos, pero se os echó en falta y a todos los compañeros que nos acompañaron y nos hicieron sentir protagonistas por un día. Gracias a todos por un día que siempre quedará grabado en mi memoria. ¡Viva la caza! ¡Nos vemos en la próxima… más y mejor!
Una crónica de Mª. Ángeles Marcos.
FICHA
Organiza: Monteros Galaicos
Fecha: 31 de enero de 2015
Coto: Cea
Lugar: Cea (Ourense)
Puestos: 50
Rehalas: 10
Número de disparos: 27
Nota
«En nombre y representación de Monteros Galaicos, la satisfacción es nuestra. No acompañaron los resultados a pesar de los casi 30 disparos, porque la caza de verdad no entiende de jaulas, de cercones ni jabalíes de chicle (Sr. Carragal), la caza de verdad es impredecible, no sujeta a controles mediatizados. Eso implica que unas veces se da bien y otras no tan bien, aunque para mí y los que llevamos años peregrinando por los montes hispanos, y conocemos de sobra y por extensión, nos preocupa bien poco.
Quedo, sin embargo, un poco fastidiado por todas esas mujeres que depositaron su ilusión en nosotros y en algunos casos en mí, sin darse cuenta que la caza no son matemáticas, es un arte, una pasión, una bendita enfermedad que no entiende de lógicas ni de razonamientos, y casi que ni de razones. Cazamos en montería, eso significa elegir una mancha previamente, condicionarla incluso cazando en la periferia, darle descanso dos meses y esperar que a finales de enero bajen las temperaturas arrastrando los suidos desde los altos.
Todo perfecto, menos la puñetera lluvia que, encharcando los bajos, los convierte en tierra de cualquier cosa menos de encames. Por si los enemigos fuesen poco, el lobo también quiso unirse a la fiesta, pero eso, lejos de pensar que pudo ser malo, podría haber ayudado incluso al aumento de la densidad jabalinera en la mancha.
En definitiva, que a pesar de no darse como se hubiese deseado, lejos de aminorar la ilusión de la gente, ha valido para conocer todas las vertientes de la caza, que ya no es poco.
Por nuestra parte, la de Monteros Galaicos, puedo prometer que la organización la venidera temporada será siendo igual de impecable –como todas habéis reconocido–. Intentaremos trabajar más y que el tiempo se ponga de nuestra parte. Sincera y sencillamente, mil gracias a todas por confiar vuestras ilusiones en nosotros. ¡Gracias!».
Por Óscar Garriga.
