Se esperaba ansiosamente el 23 de octubre. El mundo montero estaba pendiente de una finca, una finca manchega, una finca que por méritos propios está en lo más alto del escalafón montero; una finca que año tras año sorprende a todos; en definitiva, una de las mejores fincas de nuestro país y, como no podía ser de otra forma, volvió a sorprender, pero sorprendió de tal forma que a las pocas horas de terminar la montería los resultados de la misma ya corrían por todos los mentideros y tertulias cinegéticas de nuestro país.
Así, el 23 de octubre de 2015 se monteó Ribera Alta a los cochinos. Marco y Felipe, responsables de Sierra España, citaron a los monteros en la propia finca a las nueve de la mañana, pero era tales las ganas e ilusión de alguno de ellos que llegaron mucho antes de la hora citada.
Los nervios y responsabilidad se notaban en la cara de los orgánicos y en la de la propiedad, una propiedad que no se esconde, una propiedad que siempre está al pie del cañón, una propiedad que es de las más serias que existen, le pese a quien le pese y digan lo que digan.
Tras un suculento almuerzo y tras las explicaciones y palabras de orgánica y propiedad comenzó el sorteo. Un sorteo rápido con los monteros deseando salir al monte, deseando comenzar lo que en unos minutos se convertiría en una gran fiesta montera con mayúsculas.
Las tres armadas salieron veloces hasta las catorce posturas con las que se montearía la mancha escogida, las faldas del mítico Picao, allá donde algunos han triunfado y otros han fracasado. A partir de aquí comenzó la locura, locura de lances, locura de disparos, locura de guarros corriendo por toda la mancha aun sin soltar los perros.
Cuando las rehalas entraron en acción se habían contabilizado más de 50 disparos, muchos más… La fiesta siguió con los canes detrás de esos grandes cochinos que no muchas fincas tienen, cochinos que Ribera Alta tiene por todos sus costados, guarros bravos y bonitos donde los haya, guarros que incluso dieron más de un susto, susto de los grandes al propio Felipe, bravo donde los haya y que logró esquivar una peligrosa embestida de un macareno con una pirueta circense, impropia de su edad y condición.
Según avanzaba la montería se iban escuchando los resultados por las emisoras de los secretarios. El cupo de 10 cochinos a alguno de los monteros incluso se le quedó corto pues en menos de una hora tenían patas arriba cerca de sus posturas a sus diez guarros, muchos importantes.
Hubo algún puesto, como en todas las monterías, menos afortunado, pero que lo único que pudo hacer es felicitar a propiedad y orgánicos por el espectáculo de plantel que tenían frente a sus ojos. La montería se ha de medir y calibrar por el resultado global, no por el particular.
Sin embargo, hubo muchos más puestos de ensueño, puestos excepcionales, que serán difíciles de repetir. Así, Valentín, Ángel, Santiago, Abel, Joaquín, Miguel Ángel… tuvieron un día espectacular. Otro puesto, el 2 de las Cabras, que cobró diez bocas, sí, diez bocas… Eusebio lo recordará muchos años.
La calidad de los cochinos alta, altísima, y el resultado final de 138 jabalíes con 58 grandes macarenos, alguno de ellos con 26 y 28 milímetros de ancho, y largos muy largos, con más de 35 cochinos que tocarán metal.
Durante la comida iban llegando los ansiados cochinos a la junta y los monteros no podían esperar y no paraban de ir y venir a verlos. Su cara delataba el espectáculo que tenían delante, el gran resultado obtenido. En definitiva, sólo hay una palabra para describir lo allí vivido: ”impresionante”. Monterión a los guarros de los que quedarán en el recuerdo de los que pudimos disfrutar en directo de lo ocurrido ese 23 de octubre de 2015 en Ribera Alta.
Una crónica de Juanjo M.
FICHA
Organiza: Sierra España
Finca: Ribera Alta
Fecha: 23/10/15
Finca: cerrada
Puestos: 14
Cupo: 10 jabalíes
Resultados: 138 cochinos, con 10 oros, 12 plata y 12 bronces.
