Venados, calor y satisfacción general en La Agapita - Cazawonke

CRÓNICA

Venados, calor y satisfacción general de los monteros en La Agapita.

Con un tiempo más propio del estío extremeño, se citaban los asistentes a la montería que en conjunto Cinegética Hispana y Monteros El Bardalá habían preparado durante todo el año para ofrecer una buena jornada a sus habituales. Así en la mañana de este primer día de caza las mentes estaban puestas en un buen resultado dada la abundancia de rastro.

Sobre las ocho se daban cita y, tras un pequeño inciso para el desayuno, comenzaba el sorteo y la salida de armadas poco pasadas las nueve de la mañana.

Con total agilidad se sortearon los puestos con que se iba a cazar esta finca de los riberos del Tajo, por lo que en un santiamén estaba todo dispuesto para la suelta.

En el trayecto hacia el cazadero se veían reses que tranquilas se retiraban hacia el interior de la mancha, lo que hacía acrecentarse impaciencia y nervios a los monteros.

Pasadas las diez de la mañana se cerraba totalmente la mancha y a falta de colocar la traviesa ya se habían escuchado algunos disparos.

El reloj marcaba las once menos veinte pasadas cuando se escuchaba el golpeteo de los portones para comenzar la montería. Tras la suelta vino toda una explosión de ladras, con los perros que acometían alocadamente a las carreras del cervuno. Disparos aquí y disparos allá repartidos por todo el mapa de la montería, con unos comienzos frenéticos en los que el ambiente simulaba más a una traca de feria que a una cacería.

Tras estos momentos de frenética atención de los monteros, vino un remanso en el que alguna ladra y lances se escuchaban esparcidos y poco a poco el fragor de la montería se fue apagando.

Pocos minutos después de la una del mediodía, se retiraban las rehalas del cazadero y se daba la orden de quitar las posturas.

Los postores dejaron a los monteros en pos de una comida con un ambiente familiar, con todos los monteros satisfechos y contando sus lances particulares.

El plantel se fue conformando poco a poco, fallando los jabalíes que debido a la gran abundancia de cervuno, a ser el primer día de caza, al azote del calor y a que los encames los suelen tener donde rematan los perros quizá, y por esta vez lograron zafarse de ‘la quema’.

Aun así, 31 venados, algunos de ellos de importante trofeo, lucían en el plantel de un día que, de nuevo, quedará para el recuerdo.

En líneas generales todo el mundo se marchaba satisfecho ya entrada la tarde.

Desde la organización, felicitar a los afortunados que tuvieron suerte en esta primera jornada, y a los que no la tuvieron desearles que la Virgen de la Cabeza les acompañe en una posterior ocasión.