'El Vaquero', agradecimientos para una buena montería con Riquelme - Cazawonke

CRÓNICA

Más que una crónica un agradecimiento… Mucha gente ha arrimado el hombro para que ‘El Vaquero’ fuera un auténtico espectáculo con muchísimas detonaciones.

El primero a Manuel Bayo Huelva que confió en mí para que gestionara la finca que había alquilado y a su abuelo Manuel, el Peana. Ha sido mi mejor y mi más fiel compañero y, pese a su edad, le ha ‘echado la pata por encima a más de un joven’.

Después a un maestro de campo del cual aprendo cada día. Ejecuta a la perfección el trabajo de campo respetando y mimando todo lo que toca. Mirando por las manchas y por esta organización como si fuera suya, que también lo es… Manuel Campi, su mujer y sus hijos, son un apoyo incondicional para mí. Y de los que espero seguir aprendiendo toda la vida.

Mi equipo de campo encabezado por José María Martín, Pelino, Jesús López, Lolo Borrero y todos los que de una forma o otra han venido algún día a arrimar el hombro.

Agradecer también el respeto de la Sociedad de Cazadores de Calañas que ha respetado la mancha de El Vaquero al igual que hemos hecho y haremos por siempre con todos los linderos que nos crucemos en el camino.

Por supuesto a la familia Francisco Puente Evangelista y Yasmina Puente Evangelista (que tendrá su bautizo como montera en el chaparrito), Fernando Moreno Sánchez, José María Fernández Hidalgo y Rodrigo. Siempre juntos y unidos, como me gusta veros, tendréis por siempre las puertas de esta vuestra casa abierta…

A las Rehalas de Calañas que han demostrado su conocimiento sobre la mancha. Han sabido sacarle el máximo partido junto a mis rehalas de confianza que han hecho un tándem perfecto para que no hiciera falta hacer la vuelta cazando ya que el trabajo estaba de sobra hecho…

A Manuel Dominguez Rodriguez y Carlos Rubio Agarre. Son mis pilares fundamentales a la hora de organizar los perros y en los que mi confianza es plena. Son los que me dan alegría tras alegría y calma en los peores momentos. No me olvido de Jesus Melgarejo Andres Conejo Angel Corchero Marcos A. Ponce Santiago Macarro Martín, Luis Gomez y alguna otra rehala de las mías que no pudieron asistir a la cita.

También faltaron algunos

Se echó de menos a gente muy querida por todos nosotros. A Coco que un contratiempo lo dejó lejos de nosotros pero muy presente. Nos faltaron muchos amigos queridos de los cuales nos acordamos. Alberto Rastrojo, Alberto Gutierrez Bermejo, Miguel Guinea, Diego Ramón González… si estaban otros que siguen disfrutando junto a nosotros de una forma o de otra. Juan Macías Palacios , Oscar Saavedra, Miguel Escala, Raul Flores, Moises y Víctor Garcia, Juan Carlos Guillén González, Pedro Gil, Fernando Gonzalez Ramos, Juan Alberto, Rafael Dominguez Dominguez, Agustin, Juan Carlos Lopa Gonzalez, Gabriel Ruiz Garcia, Jesus Manuel Sanchez,Damian, Juan Jesús maestre…

El Vaquero

Amanecía en Sotiel Coronada lugar elegido para el sorteo de las posturas de El Vaquero. 45 papeletas sobre la mesa de las cuales algunas no fueron cubiertas. Durante el sorteo, las cámaras de fototrampeo, para nuestra tranquilidad, no paraban de mandarnos fotos. Las migas sabían a gloria y Jesus Riquelme no se atrevía a hablar de la mancha porque el nudo en la garganta de tanto y tanto esfuerzo y dedicación de todo su equipo. Si todo salía como estaba previsto pagaría con creces tanto sacrificio y los monteros pasarían un día inolvidable… Como así fue…

Salían las armadas y sufríamos con los imprevistos porque aunque es cierto que la sociedad de Calañas respetaron nuestra mancha no nos facilitaron el acceso para poner los cierres. Hubo que cerrar la mancha como se pudo y se salieron más de un centenar de reses, entre ellos algunos venados de buen porte. Entraban los puestos a la mancha y no les daba tiempo casi ni a cargar y ya jugaban los primeros lances. La mancha estaba literalmente hasta el tapón. No paraban los tiros y sólo habían entrado dos armadas.

Se consiguió cerrar la mancha y comenzó el ‘ojeo de perdices’ en El Vaquero. Parecía la guerra, por instantes, y no pasaba ni un minuto sin escuchar disparos. Y aún quedaban por entrar las traviesas. Un cerro envisado para los puestos 1-2 de la Encarnación era testigo de cómo se salían los dos venados más grandes de la montería. Y una treintena de ciervas dejando que se salieran las reses dando fe de su buen hacer montero y evitando jugar lances en el viso.

Un tiroteo continuo

La mancha estaba cerrada y el tiroteo era continuo. Las rehalas esperaban fuera comiéndose las uñas preguntándose si estaban en una montería o en la guerra. En ese momento y antes de soltar los perros Riquelme llama al Campi, que por compromiso con otra organización, no se encontraba de cuerpo presente. Pero estaba más con nosotros que allí. Era solo para decirte que aun no habíamos soltado y van más de 200 tiros… Un silencio emocionante era roto por el sonido incesante de rifles y escopetas…

Manolito Campi, su hijo, solicitaba permiso para entrar en la mancha y al entrar los perros impacientes ladraban nerviosos y más se iban poniendo escuchando las detonaciones…

Era el momento… Una voz emocionada de Jesús Riquelme decía… «¡señores abrid los portones y a disfrutar!». Y de qué manera… Ladra tras ladra lance tras lance rompían continuamente a los puestos, se había liado parda. Un sinfín de disparos y las rehalas no podían avanzar. Las ladras y los lances eran continuos. Se tenía preparado para cazar de ida y de vuelta pero, no era necesario la montería estaba más que hecha… en El Vaquero.

Hay muchos puestos para destacar con 10-12, reses, 3-4 venados…. Y puestos complicadísimos como el de Jesus Manuel Sanchez o el de Miguel Ángel. O el de Oscar puestos con varias bocas y dos posibles homologaciones. Un precioso jabalí de Pedro Gil que seguramente coja metal. Y que acabó con Mono, un perro valiente y noble de la rehala Peñas Campañas que desde la organización se le va a reponer y un venado precioso De Francisco Puente Evangelista…

Y se hizo de noche…

Era el turno de sacar las reses del monte. El Vito y sus mulas no pararon de sacar reses del monte mientras que Diego casi no era capaz de sacar la armada del aceite por lo complicado del terreno… Empezaba a diluviar y corríamos para que no quedasen reses en el campo… Al final de la jornada ya entrada las 23:00 horas el plantel era muy muy bonito y completo con 45 venados, 3 jabalíes y 51 ciervas que hacían justicia a un monterión que tenía puestos tirando a 400 metros en redondo y gastando más de 60 balas.

En resumen una montería en El Vaquero para el recuerdo de los allí presentes y un día que no es de extrañar que se oyeran cientos de disparos ya que la diversión de los Monteros estaba asegurada con grandes testeros y tiros lejanos en vez de con puestos fáciles y ‘carniceros’ asegurando así que los puestos jugaran un alto número de lances…