Panorama montero

‘Casa Polo’, nota alta para Sierracaza

«El venado bueno de la collera, seguramente el más grande que vi».

Casa Polo, alcanzó una nota alta, muy alta, pero fíjense que es sólo un ejemplo de las grandes monterías que ofrece Sierracaza.

Hasta el extremo este de Los Pedroches nos trasladamos en esta ocasión con el Volkswagen Amarok V6, para asistir de nuevo con Sierracaza a otra estupenda montería, otra más de nota alta con esta organización.

Se agradecía el receso térmico tras un inicio de campaña montera tan caluroso.

Nubes y claros. Temperatura agradable. Viento escaso sino nulo. Buen día para montear.

Precioso el cortijo de la finca, situado en un lugar estratégico, entre la parte alta del coto, dehesa y tierra afable, y la parte baja, con barrancos, más abrupta y con más monte, incluso algo de pinar.

No estábamos lejos de la localidad de Venta del Charco, pedanía de Cardeña, Córdoba.

Abajo, el río Yeguas, de aguas más bravas de lo que se pudiera pensar, aunque no quizá en esta ocasión por la maldita sequía, despedía a los últimos jirones de nubes –de niebla bajera– que no eran suficientes como para de encapotar el cielo.

Sequía. Por mucho que esta zona haya una especie de micro clima, que normalmente propicia que llueva más que en los alrededores, no ha llovido lo suficiente como para que ese plus extra natural que necesitan las cuernas, sobre todo de los venados, pasen de grado: de grandes a enormes, de plata o oro, de representativo a bronce…

En pleno Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro. Cien por cien montería.

Antonio Gómez Cuenca dando las instrucciones concretas en el sorteo.

Desayuno, sorteo, salida de las armadas y suelta. Todo muy rápido

Cuando llegué a la casa, Antonio Gómez Cuenca, máximo responsable de la organización iliturgitana, ya estaba con su equipo preparando el sorteo. Su mujer, Teresa Ramírez, sus hijos, Antonio y Alberto, Sebastián Heredia… y, cómo no, Salvador Marcos, a los mandos de la fotografía y el vídeo.

Lo primero, tras los saludos de rigor, una alegría: «Vaya montería buena ayer en Las Nieves, Adolfo, con tres grandes venados, enormes, oros muy pasados». (Oro en Las Nieves).

Como siempre, espléndido desayuno del catering de Monterías Cencerra.

Me llevé una alegría enorme al encontrarme con Juan Carranza, que me comentó que va a volver al redil de la organización de monterías en su tierra onubense esta misma temporada. Es un asiduo de esta montería vecera, me refiero a que se caza una temporada sí y otra no, cada dos desmogues. No en vano, en la temporada 2017-2018, Juan se hizo con tres gamos medalla de plata, no es extraño por lo tanto que quiera volver.

Tras las normas de seguridad, y recalcar que el cupo era de tres machos a elegir entre gamos o venados, Antonio sorteó con rapidez los 15 puestos. Cochinos sin cupo.

También fue muy rápida la salida de las armadas.

Antes de las 10 todos los puestos colocados.

Antes de las 11 ya habían soltado las siete rehalas. Rehalas escogidas.

Me fui con Antonio y el Amarok a la suelta, pero no adelantes acontecimientos, cada cosa a su tiempo.

Cadencia de gran montería

Se cazaban 700 hectáreas (ha), que para 15 puestos, salen a más de 45 ha por puesto, por lo que no faltaba el trabajo para rehaleros y perros, sobre todo en la parte más baja y dura antes nombrada.

De vuelta de la suelta, vimos como un montero ya tenía un gamo medalla alta cobrado y saludamos a Carranza y a su compañero, el joven montero Juan Carlos Marchena, tenían un puesto precioso.

Ya se tiraba a modo, rachas encadenadas, descanso, otra racha… quizá faltaba ‘la sal de la montería’, los cochinos, que no dieron la cara, ¡no se cobró ni uno!

Seguramente también influyó la cantidad de reses que había. Algunos grupos muy numerosos que demandaban mucho la atención de los perros hasta que los rompían, si es que se rompían.

Gamos y venados iban cumpliendo y los monteros, poco a poco, intentaban completar su cupo.

Antonio Gómez Cuenca con la emisora, intentaba que las rehalas apretaran donde aún no se habían completado los cupos. Sus hijos, Alberto y Antonio, guiando las manos de las rehalas…

Desde la parte alta

Situado en la parte más alta del coto, les relato, con ligereza, un resumen de lo que este cronista vio.

El más grande de ‘los cinco’.

Primero cinco venados, con uno muy bueno y otro ‘tirable’. Resabiados, se amparaban en una tira donde las encinas se apretaban y más que dehesa aquello era ya monte. Siempre que podía, el grande se situaba en medio. Curioso.

Carreras a ciervas, alguna pelota pequeña, de tres o cuatro, otras sueltas.

Una collera de venados. El escudero, joven, el ‘jefe’, muy bueno, quizás mejor que el grande de los cinco, con mucho grosor. Iban más rápidos que los primeros seguramente porque al grande ya le habían silbado las balas, aunque en la tira también se pararon a barruntar.

Una pelota enorme y heterogénea tomó muchas precauciones al otro lado de la tira de monte. Prácticamente sólo vi patas.

«Irrumpió una pelota de cervuno, con algún venado interesante».

Irrumpió una pelota de cervuno, con algún venado interesante –especialmente tres, con un 12 puntas con mucho grosor y largo– aunque menores que los dos anteriores. Muy difícil, en todo caso, para el montero, al ir siempre al trote ‘cervunero’ –qué horror de palabro me he inventado– y muy arropados entre ciervas y venados jóvenes.

Prácticamente finalizada la montería, apareció un grupo de ocho ciervas, gabatonas, un vareto prometedor y gabatos. ¡Cuántas precauciones! ¡Cómo buscaban lo más sucio para estar protegidos y tranquilos! ¡Qué bonito! Eran las 14:45.

¡Qué bonito!, cuántas precauciones tomaron.

Cuánto se aprende haciendo fotos, mirando y a veces viendo.

Es formidable esto de la caza, del campo, nunca se deja de aprender.

El plantel

Camino de la casa vi un gamo tremendo, oro sin duda, para otra montería quedará.

Como me entretuve en hacer fotos, llegué el último.

Prácticamente todos los monteros contentos, caras de satisfacción.

Comí estupendamente con Juan y Juan Carlos, el 6 de El Cotillo, su puesto, confirmó las expectativas matutinas, completaron el cupo con dos venados (un gran 16 puntas y otro de 11 –sin contraluchaderas– pero largo y grueso) y un gamo, de pala corta pero muy ancha, con muchas puntas, muy bonito y sin ningún defecto. Muy posiblemente los tres medallables.

Las reses llegaron en un pispás.

Las reses se recogieron rapidísimo, antes de las 16:00 ya estaban todas en la junta, 16 venados y 20 gamos.

Varios cupos destacables por su calidad, además del de Juan y Juan Carlos, a su lado, en el 5 de El Cotillo (dos venados y un gamo); el 1 de El Cotillo (tres gamos); el 2 de Las Minillas (dos venados y un gamo); el 2 de Pilaricos (un venado y dos gamos); el 3 de Pilaricos (dos venados y un gamo); el 4 de Pilaricos (un venado y dos gamos)…

Sólo un montero se quedó en blanco, eso sí, falló cuatro gamos.

Calidad. Uno, quizá, puede presumir de pocas cosas, pero sí lo puedo hacer de ser honesto, aunque lamentablemente es algo de lo que nunca se debería presumir. Digo esto porque, aunque soy asesor de la Comisión de Homologación de Caza Mayor de la Comunidad de Madrid y Medidor del SCI, y he medido muchos trofeos de venado y bastantes de gamo, en verde me puedo equivocar. No es fácil.

Calidad (y II). A mi entender había un mínimo de ocho venados medalla, quizá 10, con algunos plata –no creo que ninguno llegara al oro–, y 14 o 15 gamos, con al menos un par de oros.

Pongamonos en el mínimo: 8+14 = 22. Algo más del 60% de los trofeos medallables.

Resumen: nota alta para Casa Polo, para la propiedad y para la organización.

Al cierre de esta edición nos llegaron los resultados de Sardina que monteó una temporada más Sierracaza, prepárense… fue una montería enorme, formidable.

Crónica y fotografías: Adolfo Sanz Rueda

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: Sierracaza

Fecha: 20 de octubre de 2019

Finca: Casa Polo  Finca cerrada / Hectáreas monteadas: 700

Término: Cardeña, Córdoba

Puestos: 15 / Cupo: 3 machos a elegir entre venados y gamos / Rehalas: 7

Venados: 16 (un mínimo de 8 medallables)

Gamos: 20 (un mínimo de 14 medallables)

GALERÍA FOTOGRÁFICA EN LA JUNTA

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GALERÍA FOTOGRÁFICA EN EL CAMPO

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MONTEANDO CON EL AMAROK V6 EN CASA POLO

El Amarok V6 como por su casa en la dehesa de Casa Polo, comarca de Los Pedroches, Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro.

La carretera A-420 desde Marmolejo, donde pernocté, a Venta del Charco, es muy virada, sobre todo después de espectacular paso por la presa del embalse del Yeguas (¡actualmente al 24% de su capacidad!).

En ese tramo se puede considerar perfectamente como una carretera de montaña.

El comportamiento del Amarok en esta carretera fue simplemente perfecto, estable, seguro y con un comportamiento en curva excelente.

Muy sencillo el camino desde Venta del Charco al cortijo de Casa Polo.

En la junta, al igual que el sábado en El Pozuelo, llamó la atención, y eso que el repertorio de vehículos de su mismo sector era muy amplio.

Fácil para el Amarok V6. Llegó hasta el último rincón de la mancha sin problema.

Cuando ya estaban todos los monteros colocados, fui con el Amarok V6 tras Antonio a una de las sueltas en la parte más baja de la finca (la más abrupta) y después me desplazaría a la parte alta (la dehesa) a realizar el reportaje.

El Amarok fue sobrado con sus 204 CV de potencia.

Además la tracción permanente 4Motion (que distribuye la fuerza entre los ejes delantero y trasero de forma variable, normalmente, el reparto es del 40/60) y el cambio automático de ocho marchas, hacen que el conductor prácticamente solo se tenga que preocupar de extremar las precauciones en los peores pasos.

No había desniveles laterales, pero sí a veces el carril tenía una pendiente considerable y algún paso estrecho o bacheado. No fueron obstáculos, me tuve que limitar a conducir con la debida prudencia.

Lo dicho, el Amarok V6 va sobrado en estos terrenos, y más tarde, en la zona adehesa, no tenía problema alguno en salir del camino y transitar por campo a través.

Nota también muy alta para el pick-up.

No deje de probar el pick-up Amarok V6 en el concesionario

M40 CASTELLANA WAGEN

Teléfono: 91 313 64 50

Le sienta bien la dehesa al Amarok.

 

 

 

 

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