Panorama montero

Buena jornada montera ‘a la española’ con Monteros de Sopetrán en ‘Escudera’

buena jornada montera

Con muchísima niebla amanecía el pasado 8 de diciembre en Santiago de Alcántara, a donde ponían rumbo los cazadores que iban a acompañar a Monteros de Sopetran en una buena jornada montera.

CRÓNICA

Escudera era la finca que Antonio Pavón había escogido para esta jornada montera, debido a la querencia de las reses por la finca en esta época del año, en la que la bellota ya está en el suelo y engolosina a guarros y venados en esta preciosa dehesa rodeada por manchas de jaras.

Agua para la tarde, daban las previsiones meteorológicas por lo que la organización hizo un llamamiento a la puntualidad a sus cazadores con la intención de agilizar lo máximo posible todos los avatares monteros.

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Tras desayunar unas buenísimas migas y con la niebla alta comenzaba Antonio Pavón a dar las últimas indicaciones sobre medidas de seguridad y estado de la finca, haciendo hincapié en que se tuviera especial cuidado con los varetos, dado que se había comprobado la existencia de muchos de ellos en el cazadero. Son, los venados del año que viene y ¡cuánta razón tiene!.

Tras escuchar estas indicaciones el vingo, caprichoso él, quiso sacar en la primera de las armadas, el Cierre de la Agapita, la primera bola para José Antonio Vázquez Sastre, que curiosamente estaba a mi lado, se fue completando la armada y una vez sorteada, la sacaba Antonio Pavón hacia el cazadero.

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Tras esta el cierre del Río, el de la Reforestación, el Sopié y el del Baldío junto con su traviesa.

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En suertes tuve el 2 de la traviesa del Baldío y mientras esperábamos para entrar al cazadero en la cancilla junto al primer puesto del sopie, ya veíamos los pelotones de reses que inquietos intentaban salirse y algunos lo conseguían por este punto.

Mucha presión

Así jugaba el montero varios lances a venado ambos infructuosos, y es que le podía la presión de los espectadores.

Poco después accedíamos al cazadero y no dejaban de escucharse disparos dispersos por toda la mancha. Aquello pintaba muy bien.

Nada más llegar al puesto, cargué el arma me puse el chaleco de seguridad y comprobé las trochas, poner el culo en la silla y saltar al raspadero el primero de los venados fue todo uno. Un precioso catorce puntas pero con solo una cuerna que escogió el viso para trasponer, sin poder jugar lance con él.

Acto seguido una piara de jabalíes discurre por la orilla del monte sin salir al cortadero y justo delante de mí se detiene uno en el claro que me facilita una trocha, por lo que sin pensarlo le suelto un “taponazo” y aquello se “llena” literalmente de guarros que corren en todas direcciones, sin darme tiempo a jugar lance con ninguno más.

Explosión montera

Con la suelta vino toda una explosión montera, aquello eran ladras y detonaciones por todos sitios, y en todas partes de la finca, un estrépito al que uno no sabía dónde atender, así, mientras atendía la ladra de un lado del acero, se me colaba otro venado también por el viso sin poder tampoco jugar lance con él, abatiéndolo finalmente mi vecino del número uno.

El postor se vino conmigo al puesto una vez colocada la armada y allí dio la cara Antonio que venía guiando la mano de las rehalas. Se mantuvo en mi postura durante el tiempo que los perreros fueron sacando la rinconada del barranco del baldío, tiempo en el que le dio tiempo a ver cómo fallaba estrepitosamente un lance con dos venados que entraban juntos pero mejor imposible. Aunque la llamada de un perro a parado indicaba que el primero de ellos, había quedado y sería cobrado más tarde.

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Con la llamada a la atención se perdía Pavón entre las jaras para continuar guiando a los valientes que fueron sacando reses poco a poco de la espesura y metiéndolas en las posturas.

Una ladra de vuelta avisaba la carrera de un magnífico cochino que se abatió en el número cuatro de mi armada por Emilio Ortiz, que se quedaba con él de certero disparo.

Con los perros cazando de vuelta se colaba otro venado por el viso sin poder jugar lance con él. Me cumplió otro que fue abatido en mi postura y finalmente entró uno con cuatro puntas al que perdonaba justo cuando se encontraba el mulero acompañándome en el puesto ya con la montería agonizando.

Buen plantel de venados

La montería fue todo un apogeo de caza de principio a fin y con una neblina calona se retiraba a los monteros hacia el cortijo de la finca, donde esperaba David con su catering de “La Montería” con una estupenda comida tras una buena jornada montera.

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Las reses llegaron a cuenta gotas al plantel al que le pilló la noche, consiguiendo sacar finalmente un total de 50 venados, destacando una primera fila de buen porte y 17 jabalíes con dos navajeros entre ellos, a los que había que sumar el cupo de hembras que abatieron los cazadores franceses que en esta ocasión acompañaron a Sopetran en una buena jornada montera “a la española”.

Una crónica de Carlos Casilda Sánchez

DATOS DE LA MONTERÍA

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Organización: Monteros de Sopetrán

Fecha: 8 de diciembre de 2019

Finca: Escudera Finca abierta / Hectáreas monteadas: 800

Término: Santiago de Alcántara, Cáceres

Puestos: 60 / Cupo: 2 venados, jabalí libre / Rehalas: 20

Venados: 50

Jabalíes: 17 (2 con defensas)

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