Panorama montero

Buen ambiente, con Monteros El Bardalá, en ‘Las Paredes de Abajo’

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Amanecía despejado en Logrosán la mañana del segundo día del puente de la constitución en la que Monteros el Bardalá había puesto fecha para cazar la mancha de La Higuera, dentro de la finca Las Paredes de Abajo, en un muy buen ambiente montero.

CRÓNICA

Los monteros acudían al cortijo de la propia finca, donde la propiedad había acomodado unas instalaciones para que los amigo de Monteros el Bardalá pudieran disfrutar de un buen ambiente y un magnífico desayuno campestre en plena sierra mientras se ultimaban los preparativos del sorteo.

La mancha había sido preparada a conciencia durante todo el año por la organización y siempre ayudados por la propiedad, y tenían puestas las ilusiones en esta nueva jornada de caza en la que “jugaban en casa” y en solitario.

Había indicios y muchos, de que los escurridizos guarros estaban dentro de la zona a cazar, por lo que los nervios se palpaban en los instantes previos al sorteo. Durante el desayuno sólo se escuchaban conversaciones sobre las zonas de encame y la forma de entrar las rehalas, que en esta ocasión había sido modificada intentando mejorar los cierres. En la temporada anterior fueron las traviesas, las que se ‘quemaron las pestañas’ literalmente pegando tiros a las reses.

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Premio JUVENEX

No se demoró el sorteo, y de la mano de Gile se entregaba el galardón que JUVENEX otorga a aquellos pequeños que despuntan dentro del mundo de la caza en las distintas organizaciones. En Bardalá no había podido entregarse durante la pasada campaña en la presentación del calendario, dado que por motivos de salud no pudo realizarse el acto. Así que se sirvió de la previa de esta montería señera dentro de su calendario para hacer el acto de entrega a Aroa Jimenez Delgado, que recogía el trofeo del delegado provincial de Córdoba, Miguel García de Consuegra y Ranchal, justo antes de comenzar el sorteo.

Una vez terminado el acto, se apuntaban las últimas indicaciones y comenzaban a ser nombrados uno por uno los casi cincuenta cazadores que iban a cerrar la mancha.

El sorteo se realizó por armadas para así facilitar la distribución de los cazadores, que a medida que iban sorteando comenzaban a partir hacia sus puestos.

Así, partían en primer lugar los dos cierres de Barvellido y el del Potrón, que eran los que cerraban la parte alta de la finca, seguidos del de la Huerta, el del Camino y el de la Cierva, quedando totalmente cerrada la mancha cuando se terminaba de colocar el Cierre del Arroyo y de las Paredes.

Pasadas las diez y media entraban al cazadero las Traviesas del Buho, del Pimpollar y del Machalino, provocando que ya algunas reses intentasen salirse del cazadero, escuchándose ya algún disparo en los cierres más bajos de la finca.

Oportunidades a los cierres

Media docena de disparos se habían escuchado antes de que las rehalas se colocasen en los distintos puntos de suelta, para cazar al choque y hacia adentro favoreciendo así la labor de los perreros, que no tendrían que discurrirla entera sino la mitad y luego volver sobre sus pasos, provocando así más oportunidades a los cierres.

A las once y media estaba todo listo para comenzar y tan solo un cuarto de hora después estaban los perros corriendo por la finca organizándose en las distintas manos para comenzar a empujar hacia el centro en la espesura de esta mancha de robles y jaras con abundantes zarzales en lo más intrincado de las abundantes cañadas, todo un paraíso para los escurridizos guarros.

Un extraño silencio reinaba en los primeros compases de montería y se tardó mas de un cuarto de hora en escucharse algún disparo y no fue hasta pasada la media hora de montería, cuando los perros dieron con los guarros, corriendo estos hacia las traviesas del Pimpollar y del Buho, y los cierres de la Huerta y el Potrón que disfrutaron de lances dispersos y continuos durante este primer tramo de montería.

El cronista también yerra

Así, un servidor que ocupaba el número cinco de la armada del Potrón, veía como se me salía el cochino de la montería, que fue errado estrepitosamente por mi, descargando los dos disparos de mi express a la tierra y quedando encajada aquella mole jabalinera en el pequeño agujero de la alambrada por donde quiso escapar, cuando ya no tenía munición el rifle. Ni que decir tiene que para cuando quise volver a cargar había desaparecido. La huella era tremendamente grande.

El número siete de la misma armada disfrutaba de un estrepitoso lance con cuatro jabalíes de los que no se hizo con ninguno.

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También el número uno de la misma armada erraba un venado y todo esto lo podía ver desde mi puesto, y es que, no se si era el frío o la poca fortuna que no estaba sonriendo en esta ocasión, la que estaba provocando que las reses ganasen la partida.

El número diez de la misma jugaba lance con siete jabalíes que también le entraban juntos, quedándose únicamente con una cochina.

La caza, estaba concentrada una vez más en la parte baja de la finca, pegada al sopié, donde alcornoques, y encinas besaban el robledal, y los perros no dejaron de ladrar durante toda la jornada en los puntos de suelta más cercanos a esa zona.

Los perros a conciencia

Los rehaleros cazaron a conciencia, perdiendo bastante tiempo rebuscando todos y cada uno de los rincones de la finca disfrutando los monteros de una jornada salpicoteada de lances de principio a fin, terminando la montería pasadas las cuatro de la tarde y con la vuelta de los perros a los furgones.

Los monteros acudieron al cortijo de la finca, donde de nuevo les esperaba el catering con unos garbanzos con los que se compartieron experiencias y un buen ambiente. Todas muy diferenciadas dependiendo la suerte de cada montero.

La tarde fue cayendo y la organización se esforzó por sacar a tiempo los 17 jabalíes y 5 venados que finalmente llegaron al plantel.

La noche les pilló en la finca a los monteros, que se resistieron a abandonar el lugar por el buen ambiente vivido, comentando los avatares de esta buena jornada en solitario para Monteros el Bardalá.

Una crónica de Carlos Casilda Sánchez

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DATOS DE LA MONTERÍA

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Organización: Monteros El Bardalá

Fecha: 7 de diciembre de 2019

Finca: Las paredes de Abajo / Mancha: El Pimpollar / Finca abierta

 Hectáreas monteadas: 400

Término: Logrosán, Cáceres

Puestos: 47 / Sin cupo / Rehalas: 20

Venados: 5

Jabalíes: 17 (5 navajeros)

Ciervas: 5

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