Los últimos de Filipinas

Francisco Chan

Los últimos de Filipinas

¡Detente pluma!

Me encontraba, en estos pasados días de asueto pascual, releyendo la obra del insigne y gran cazador que fue el Conde de Yebes. Digo insigne, por su dedicación literaria y artística a la escultura que, al igual que su prosa, trató siempre de transmitir la belleza del lance y el amor a la caza natural. No lo trato de insigne por cuestiones aristocráticas o de título nobiliario que, como dice mi esposa, no deja de ser el mote de pueblo de las familias de alcurnia.

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El defensor del pueblo admite a tramite la queja de UNITEGA

Esta actuación es quizás la más constructiva de la dignidad del colectivo cinegético que probablemente hayamos visto hasta el momento, sin menospreciar los desvelos que la FGC está demostrando, ni la actitud positiva de Aproca al respecto. En el contexto actual la gestión de un Director General que ha caído en la más absoluta de las dejaciones, que no controla los servicios provinciales y que permiten que campen a sus anchas en ellos las opiniones personales, lejos de las legales, de sus jefes de servicio, hace tiempo que ya tendría que haber dimitido. Habrá que tener bajo vigilancia…Y se hará, aquellas concesiones de subvenciones que puedan ir a parar a asociaciones periodísticas fantasma cuyo sumo hacedor se ha dedicado a hacer loas y alabanzas dignas del NODO a este engominado personaje que pretende dirigir las cuestiones medioambientales de Galicia. Finalmente, D. Ricardo ha traicionado al colectivo de la caza, que no puede permitir una ley absurda e inútil, desconocedora de la realidad, que nos retrotrae jurídicamente al siglo XIX y que nos hace añorar la Ley de Caza del 70. Franquista ella, sin duda pero, jurídica y técnicamente cien veces superior a este panfleto inútil.

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Cuando el cazador se hace mamporrero

El mamporrero, según define el Diccionario, es aquella persona que resulta indispensable para guiar con su mano el pene del caballo durante la monta de la yegua para que todo llegue a buen fin. Se busca con ello la prontitud de la cópula para mayor seguridad de la jaca, de forma que se intenta evitar que el ímpetu de macho termine mancándola. Es un trabajo necesario, ya en decadencia ante la mayor difusión de las inseminaciones artificiales. Seamos sinceros, nuestra sociedad ha tratado desgraciadamente este oficio con chanza y burla por considerarlo una dedicación innoble.

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La casa de la Troya

Cada día tengo más claro que existen dos tipos de cazadores, los que sólo se preocupan de su afición cada fin de semana de temporada, y otros que, al contrario que los primeros, se desviven en todo momento y luchan por el derecho a que todos los que  deseen cazar puedan ejercer su pasión.

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Los últimos de Filipinas

Acomodados a la incompetencia

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Francisco Chan Méndez

Suelo pensar, y me equivoco con seguridad, que en nuestro mundo cinegético las cosas debieran funcionar mejor que en el día a día de nuestra sociedad. No es así, quienes dirigen y definen, desde los despachos, cuales son las pautas que delimitan la buena gestión de la naturaleza no son ni mejores ni peores que los que nos han metido en esta crisis que, más que económica, es social. Son los mismos sacos de privilegios acomodados a la incompetencia que sueñan poder paralizar la rotación de la tierra el día que ellos lo piden libre por ‘asuntos propios’.