Esperas
Riquelme, la primera espera de su compadre y un guarro formidable
Equipo para esperas de jabalí con arco
Equipo para esperas de jabalí con arco
Esperas con arco y flechas: el guarro soñado
Cuando vas con tu hijo de cinco años de espera, lo normal es que te dediques a disfrutar del día de campo, con muy pocas […]
Sinfonía… al lubricán
No es una hora, ni siquiera un rato, es… una sensación, íntima y misteriosa, que embelesa el alma y la recoge en su intimidad más hermosa.
El lubricán –perro-lobo/lobo-perro– es luz que se difumina en el lienzo de las sombras y juega con las percepciones. Y vemos lo que no vemos sin ver lo que presentimos. El matojo que se mece con la brisa que lo acuna, se hace guarro a nuestros ojos y acelera los sentidos que presienten, pero ignoran. Y el guarro se hace matojo y se esfuma entre las sombras. No le vemos, pero está, y nos gana la partida porque es sabio y porque sabe que la luz del lubricán nos confunde y debilita ante sus sabios instintos.
‘Baldíos de Niebla’, un gran jabalí plata abatido en el coto de Niebla
Tras tres años de gestión al frente del coto de caza de Niebla, el Club Murallas de Niebla empieza a cosechar los resultados de una gestión para enmarcar en ‘madera noble’.
Esperas cochineras de verano: los mejores lugares para aguardar
Por G.P.V. Albéitares [www.albeitares.es] / Fotos: Antonio Mata
La estrecha relación que se establece entre este periodo estival y los cochinos de nuestros montes viene dado por una de las modalidades de caza más personalizada y de integración con el medio, la espera o aguardo al jabalí.
Esperas y archiperres: qué debemos llevarnos al puesto para tener éxito
Siempre que uno tiene la posibilidad de hacer una espera, se llena la mente de ilusionantes imágenes de un «guarro señor» que sea la envidia de todo nuestro mayor o menor repertorio de amigos. En la mayor parte de las ocasiones la impaciencia de llegar al puesto cubre las lentas horas de un reloj que parece inválido en su caminar.
Aguardando en Los Jarales a un gran macareno
Texto y fotografías: Antonio Mata
El lance siempre es el lance… eso no hay quien nos lo quite. Pero siempre quedan en la retina, en el rincón perdido de los sueños realizables, esas pequeñas cosas, esos detalles, esos momentos, inolvidables, que hacen que la sangre vuele por las venas y el corazón, a ciento y pico, te haga sentir hasta dolerte… Es la caza.
La Espera
Una tarde de finales de mayo. Son las siete y media. Me encuentro encaramado en lo alto de un gran alcornoque encima de unas tablas sujetas a la trifurcación de las ramas principales. Es un árbol centenario situado en la suave ladera orientada al suroeste de una colina poblada de verde jara todavía manchada con el blanco de alguna flor tardía, amarillos espinos, morados cantuesos, arbustos y árboles característicos de los Montes de Toledo.
Por Ignacio Gallastegui