Soy una más de los muchos sorprendidos en estos días por la ingente cantidad de noticias publicadas en relación con el furtivismo. Son muchísimas las reseñas que pueden leerse últimamente relacionadas con operaciones realizadas (unas veces con acierto y otras no) contra los furtivos a lo largo y ancho de nuestra geografía.
Al viso
María Romero
Ave que vuela… ¿a la cazuela?
A este paso, queridos amigos, vamos a tener que eliminar de nuestro magnífico refranero aquellos dichos que hagan referencia al aprovechamiento de las piezas cinegéticas para su consumo humano. O lo que viene siendo lo mismo…a comer caza.
¿Todos a una?
Abro el morral. Ya casi no me caben las cosas, habrá que hacer limpieza. Prismáticos, guantes, cuchillo, bolsas, telémetro, pilas de repuesto para el visor, precintos, botiquín… ¡ajá! Cartera de documentos. Ya no cierra. No puede ser que tenga que comprar una más grande, no me va a caber. Esto de los “papeles” de caza es una pesadilla. Licencia de Aragón para las cabras, de Castilla-La Mancha y Castilla y León para los corzos y las monterías, Andalucía, Extremadura, Valencia, Madrid, el seguro obligatorio, las guías de los rifles, autorizaciones varias, permiso de armas… Imposible tirar nada, lo necesito todo.
«Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo otorga»
Vaya revuelo se está organizando estos días en torno a la caza y las armas. Son ya muchos los artículos, declaraciones y afirmaciones de gente que no ha pisado el campo en su vida, ni ha sujetado una mera carabina entre sus manos, en los que se acusa a los cazadores de desdeñar la crisis económica tan tremenda, que desgraciadamente está actualmente presente en la vida de todos nosotros (entre otras cosas).
Nosotras y la caza
Inspirándome en el cartel de venatoria de este año (a la vez que lo aplaudo), me gustaría con estas líneas, intentar destruir el tópico “las mujeres no cazan”.
Pues sí, las mujeres también cazamos. Somos pocas, eso no se lo rebato a nadie pero, las que lo hacemos, lo intentamos hacer en igualdad de condiciones que los hombres.
Y tú, ¿cómo las prefieres?
Esa es la cuestión que muchos nos planteamos a la hora de cazar. Antes que el rifle, las balas, la indumentaria y demás aparejos que solemos acarrear los cazadores, tenemos que pararnos a pensar en dónde vamos a cazar.
De cómo la seguridad puede volverse peligrosa
No pocas han sido las personas, a las que estos días he escuchado comentar y criticar ciertas actuaciones, del hasta ahora siempre impecable cuerpo del Servicio de Protección a la Naturaleza (SEPRONA).
Todo pasa… y todo llega
Con esta acertada frase de la famosa canción de Serrat, quiero comenzar mi artículo de hoy.
Fin de temporada. ¿Cuántas veces en estos días oímos y decimos esta frase? Para algunos, es tiempo de engrasar zahones y botas para guardar, sacar el polvo producto de un invierno seco a remolques y caracolas, y sentarse a esperar, que pasen la primavera y el verano lo antes posible para que una nueva temporada de monterías, con sus alegrías y sinsabores ,de comienzo.