RFEC y Artemisan presentan al Gobierno medidas agroambientales para una nueva PAC que apueste por la recuperación de la fauna menor y la biodiversidad.
La Fundación Artemisan y la Real Federación Española de Caza han presentado al Gobierno un documento de «Propuestas para la PAC post 2020» en el que plantean numerosas propuestas de eco-esquemas y medidas agroambientales.
Los responsables de la RFEC y Artemisan explicaron la propuesta al ministro de Agricultura, Luis Planas, en la reunión mantenida ayer de manera telemática.
En la reunión con el sector cinegético el ministro se mostró convencido de que la futura PAC debe tener en cuenta medidas y actuaciones que permitan generalizar la aplicación de buenas prácticas medioambientales en las explotaciones cinegéticas.
Medidas supervisadas por técnicos y científicos
Las medidas elaboradas por el sector de la caza han sido diseñadas por un grupo de 15 técnicos y científicos y su objetivo es que España apueste por una reforma de PAC que se marque como uno de sus objetivos la recuperación de la fauna menor y la biodiversidad.
Al mismo tiempo, la implantación de estas medidas permitiría a los profesionales del campo obtener una renta agraria más justa, especialmente en la agricultura de secano, y tendrían un impacto muy positivo en las poblaciones de especies cinegéticas y aves esteparias, incluidas las migratorias.
Según explican los autores del documento, desde el siglo pasado, el campo español ha venido experimentando una serie de cambios para incrementar la producción de alimentos y recursos y, al mismo tiempo, garantizar la rentabilidad de las explotaciones agrarias.
Así, la PAC «ha venido marcando el destino de nuestros agricultores, que tienen que ser muy competitivos frente a un mercado cada vez más globalizado», y esta situación ha provocado que «nuestro campo se haya ido haciendo cada vez más inhóspito para muchas especies de fauna y flora, que antaño eran muy abundantes».
Prácticas agrícolas que sean beneficiosas para el clima y el medio ambiente
Los técnicos apuntan que hay estudios científicos «que confirman que en líneas generales no se han alcanzado los objetivos propuestos y hoy nos encontramos en un punto de «no retorno»: las poblaciones de muchas especies están desapareciendo y el abandono del campo es galopante».
Por ello plantean que en la siguiente reforma se introduzcan algunos modelos de eco-esquemas o ayudas agroambientales enfocadas a cada agrosistema: áreas cerealistas, y dehesas y zonas de cultivos permanentes (viña, olivar y cerezo, entre otros).
Con esto pretenden que la futura PAC contribuya «a revertir la situación actual y mejore la situación de las poblaciones de fauna menor y de biodiversidad en nuestro agro».
Las propuestas de la RFEC y Artemisan se basan en prácticas agrícolas que sean beneficiosas para el clima y el medio ambiente y que se encuadran dentro de los tres objetivos específicos medioambientales definidos, relativos al cambio climático y la energía sostenible; el desarrollo sostenible y la gestión eficiente de los recursos naturales; y la protección de la biodiversidad, los servicios ecosistémicos, la conservación de los hábitats y los paisajes.
Entre las iniciativas –que varían según el uso agrícola del terreno- destacan la realización de márgenes de siembra sin cosechar como superficie de interés ecológico, la realización de márgenes multifuncionales y de ‘caballones’, la regeneración de dehesas con nuevas plantaciones y la incentivación de cultivos de cereales autóctonos.