Mayo es, por excelencia, el mes de los eventos cinegéticos… de salón. Se acumulan, día a día, y los fines de semana, las presentaciones, jornadas, mesas redondas, fiestas de la caza, concentraciones, ferias locales, entre otros tantos e, incluso, en éste que dejamos atrás, y como excepción, una manifestación. A los medios del sector, escasos de medios, valga la redundancia, nos cuesta horrores poder estar presentes en todos, aunque hacemos un notable esfuerzo e intentamos recogerlos en nuestras publicaciones, rogando a los organizadores, en muchos de los casos, que nos proporcionen la debida información, escrita y gráfica, para poder dar cabida a todos ellos, a veces tan necesarios.
No es una queja, que conste. Es digno de agradecer, y alabar, que en tantos y tantos rincones del suelo patrio, el personal, las distintas organizaciones y los, a veces muy escasos, organizadores, realicen un notable esfuerzo –en muchos casos sin apenas recursos económicos– en pro de difundir los tantos y tantos problemas, y las muchas posibles soluciones, que nos acucian.
¡Gracias, y enhorabuena a todos sin distinción!
Ahora bien… tras asistir a unos cuantos, en este mayo recién extinto, la pregunta que nos surge, por propia experiencia, es la que nos hacemos en la cabecera de este escrito: ¿es éste el camino…? Estamos seguros y convencidos de sí, lo es, y que, posiblemente, no haya otro mejor, pero… en algunos de ellos, contados con los dedos de una mano, y sobran, la asistencia de cazadores ha sido casi masiva –sobre todo, a Dios gracias, en el más importante de todos, como lo era la manifestación convocada en Toledo por la Federación de Caza de Castilla-La Mancha–, pero en otros, y damos fe porque hemos estado allí, hay que reconocer que nos daba auténtica pena. En uno de ellos había ¡siete personas!, y en otro ¡unas veinte! En algún otro… algunas más. Podemos asegurar, y jurar, que muchas, casi todas, de las ponencias que se exponían en estos actos, eran de primer orden –algunas dignas de genio–, con ponentes de lo mejor que puede haber en esta nuestra afición… y que era desolador verlos y escucharlos ante tan ‘miserable’ auditorio (por escaso, que no por otras connotaciones).
¿Es éste el camino…? Insistimos, nos reafirmamos, en que sí, en que ésta es una forma inmejorable de hacer las cosas, que debemos seguir así, sacrificándonos –los que lo hacen, y muy bien– para realizar un magnífico trabajo en muchas ocasiones poco reconocido, pero estamos fallando en algo, que no acertamos a saber lo que es y que nos provoca las eternas preguntas: ¿hay demasiadas convocatorias?, ¿se dan a conocer de la forma adecuada? –para eso, también estamos los medios–, ¿son demasiado sectoriales?, ¿hay demasiado desinterés, como en tantas, por parte del cazador?, ¿existe un apoyo, del tipo que sea, incluido el económico, por parte de ‘nuestras instituciones’ y ‘nuestros representantes’?
¡Ahí queríamos llegar! Sí es cierto que, en muchos casos, hay apoyo ‘institucional’ por parte del sector –digno de alabanza es que a la manifestación de Toledo hayan asistido presidentes y representantes de muchas de las federaciones autonómicas, cosa que no pasó en otras, sobre todo en la celebrada, también en Toledo, en apoyo a la rehala–, pero, en otros… deja mucho que desear, cuando no es nulo y cuando no es contrario, es decir que, debido a no se sabe qué espúreos intereses, se está en contra de la organización y se boicotea de una forma infame a los eventos, a la organización, a los organizadores y a los propios cazadores que asisten. Esto está pasando… Con ‘cestos’ así, no hacen falta muchos mimbres para que ocurra lo que está sucediendo.
Se nos ha dado el curioso caso, en estos pasados días, de asistir a uno de estos eventos –con nimia asistencia– en el que participaba un representante, importante, de una organización ecologista –de las buenas, de las de verdad, de las que apoyan a los cazadores, a pesar de la opinión de algunos–. El caso es que el tema de dicho evento era peliagudo, porque, atendiendo a datos contrastados, y en muchos casos científicos, es necesario, y va a ser un tanto inminente, tomar una decisión en contra de la caza. Un representante de nuestro sector, sentado en la misma mesa –también muy importante, muy reconocido y gran defensor de la caza desde su posición científica–, defendía la postura antagónica, en contra de la citada decisión, argumentando que siempre se está contra la caza, aunque no sea la culpable (como es el caso que nos ocupa), y que es absolutamente imprescindible y necesario que, antes de tomar una decisión drástica, que perjudique a la caza, unos y otros, implicados, se sienten a dialogar con los cazadores. El representante de los ecologistas estuvo completamente, al cien por cien, de acuerdo, ¡hay que hacerlo! Y entonces, lanzó sobre la mesa la pregunta del millón: ¿con qué cazadores?, ¿con los de la Real Federación Española de Caza o con los del llamado F-8 (ya F-9 según nuestras noticias)?, ¿con los del F-8 o con la ONC, o con la UNAC o sus organizaciones?, ¿con APROCA, con ATICA, con la AER, con ARRECAL…?
Esto, puedo parecer un cuento para dormir niños, pero es la puñetera realidad… ¡hay testigos!
por Equipo Caza y Safaris