A lo largo y ancho de nuestra geografía encontramos parajes de paisaje y clima mediterráneo óptimos para la existencia del ciervo ibérico, pieza reina de la caza mayor.
Un gran número de fincas realizan una gestión enfocada a mantener buenas densidades de este cérvido para, bien en montería o bien en rececho durante la berrea, abatir ejemplares que puedan ofrecer un buen lance y ser merecedores de trofeo. La suplementación de alimento suele ser una de las herramientas de gestión más utilizada, pero, ¿cómo afecta realmente a las poblaciones de ciervo?
Un trabajo firmado por Rodríguez-Hidalgo y colaboradores estudió el efecto del alimento en la condición corporal de las hembras y la preñez, comparando hembras en dos fincas del sur de España. Una de las fincas era un coto de caza enfocado principalmente a la caza del ciervo, aportando forraje, mientras que la otra era una reserva pública en la que no se realizaba aporte de este forraje.
Se analizaron hembras mayores de dos años y menores de ocho durante las temporadas de caza desde el año 1995 hasta el 2008.
En cada hembra se determinó la masa corporal y la edad mediante corte en los incisivos, estableciendo la presencia de embrión, feto y cuerpo lúteo, definido como el tejido amarillento que llena la cavidad de los folículos ováricos después de la liberación del óvulo maduro. Estas variables fueron contrastadas con variables climáticas y la densidad de población en cada finca.
Considerando todo el período de estudio, la masa corporal fue significativamente mayor en la población en la que se aportó forraje. En esta finca la densidad de ciervos fue superior en prácticamente todos los años de estudio. La masa corporal de las hembras creció de octubre a febrero y en todos los animales se incrementó con la edad. Los posibles efectos de la densidad de animales y la pluviometría sobre la masa corporal se hicieron evidentes en la población sin suplemento de forraje.
Por ello, los autores sugieren que a mayor densidad cervuna al nacimiento, menor masa corporal en el momento del análisis y cuanta mayor pluviometría al nacimiento, mayor masa corporal.
Por último, obtuvieron un dato concluyente respecto a la preñez en las ciervas, dado que la probabilidad de quedar preñada estuvo más relacionado con la masa corporal que con otros factores como la edad. Según los datos aportados, la mayoría de hembras con más de 90 kilos estaban preñadas.
Los autores confirmaron que en estas latitudes el efecto de los rigores climáticos fue menor en comparación con otras poblaciones cervunas más al norte, pero los efectos de la densidad y pluviometría al nacimiento, que inciden en la masa corporal y preñez, sí se observaron en la población en la que no se suplementó forraje. Pensando en la gestión de nuestras fincas cinegéticas, herramientas de gestión como la suplementación de alimentos, pueden amortiguar los efectos diferidos del clima y densidad de animales al nacimiento, reduciéndose así la ‘selección natural’ a la cual estos animales están sometidos.