Tras las elecciones autonómicas, dado que las competencias en materia de caza son de los gobiernos regionales, en comunidades como Castilla-La Mancha, en la que, con toda probabilidad, existirá un cambio del partido en el poder, claramente habrá cambios. Por supuesto que no sólo en lo que atañe al sector cinegético, sino en todos los ámbitos. Nadie debe engañarse, aunque espero, al igual que muchos otros, que no sea por un motivo puramente político, que no entren a modificar normativas por el simple hecho de que las hicieron los otros.
En la autonomía manchega, en lo referente a la política medioambiental, realmente las cosas siguen como estaban antes del comienzo de la presidencia de María Dolores de Cospedal. Las políticas de su gobierno, en dicho ámbito, han sido una continuidad, por no decir que sirvieron para afianzar lo que había, sólo hay que recordar los nuevos planes de ordenación de las ZEC. Dichos planes servían fundamentalmente para crear más limitaciones en nuestros campos, cuestión en la que el anterior gobierno, del socialista Barreda, se lavó las manos, dejando el marrón para los que vinieran después.
Lo único novedoso en los últimos cuatro años, en Castilla-La Mancha, en cuanto a cambio legislativo, fue la actual Ley de Caza. La preocupación en el sector cinegético es importante. Con independencia de ello, muchos no terminan de llorar el cambio, principalmente aquellos afectados por unas inspecciones de Hacienda caracterizadas por la mala educación de ciertos inspectores y por carecer del conocimiento preciso sobre lo que traían entre manos, derivado esto último de la falta de diálogo.
Incluso agravado por la incomprensión de aquellos dirigentes a los que recurrieron los representantes de la caza, a mi juicio gran error de aquellos, pues tuvieron en sus manos la oportunidad de brindar su apoyo.
Al fin y al cabo terminó habiendo acuerdo, pudieron ahorrarse las manifestaciones de Toledo y Madrid, entre otras, además de toda suerte de desplantes. Los cazadores y afines no pertenecen a un mismo partido político, aunque ya va existiendo una tendencia: la de optar por aquel que no vulnera sus intereses.
Respecto a la actual Ley de Caza de Castilla-La Mancha, todos pudimos comprobar la oposición acérrima que mantuvo el PSOE a través de sus diputados regionales. Con independencia de agarrase al clavo ardiendo de las mentiras que los ecoabandonistas y seguidores vertían sobre la nueva normativa, esgrimían como justificación que se trataba de una ley no consensuada con el sector. Si esta manera de proceder del partido socialista era meramente una estrategia política obviaré su valoración; pero si realmente consideraban que no hubo diálogo con el sector, por parte del Gobierno regional encabezado por Cospedal, los cazadores deberíamos estar más que preocupados, ante lo que puede venir con el nuevo gobierno de Castilla-La Mancha.
Para las asociaciones de caza aquella afirmación, que esgrimía el portavoz socialista en las Cortes regionales, sobre «la falta de consenso con el sector», fue algo incompresible. Los representantes del PSOE no se dirigieron en ningún momento a las asociaciones para saber la opinión de sus miembros. Por ello, no podían saber hasta qué punto había consenso. Lo cierto es que lo hubo y significativo, por primera vez las cuatro grandes, Federación, Aproca, Atica C-LM y Atica Guadalajara, se ponían de acuerdo.
En la actualidad, dadas las declaraciones públicas que realizaron antes de las pasadas elecciones regionales los partidos de oposición, por lo que se está cociendo, y por lo que seguramente pasará desde que escribo estas líneas hasta su publicación, parece que no hay duda en que García Paje será el próximo presidente de Castilla-La Mancha. Motivo por el que podría hacer bueno aquello que distintos compañeros de partido han estado pregonando: «la eliminación de la nueva Ley de Caza y hacer una nueva consensuada con el sector» ¿A qué sector se refieren?, el que realmente existe, donde se encuentran la casi la totalidad de cazadores y afines, no quiere una nueva Ley de Caza. El mundo de la cinegética espera que Paje cumpla con uno de los eslóganes de campaña de su partido: «Gobernar para la mayoría».
por Juan Caballero de la Calle