La Fundación del Safari Club Internacional ha encargado un informe, producido por Southwick Associates, sobre la contribución económica de la caza en el África subsahariana.
Este informe investiga el volumen de gasto anual de los cazadores y las contribuciones económicas resultantes dentro del área de estudio de ocho países (Botsuana, Etiopía, Mozambique, Namibia, Sudáfrica, Tanzania, Zambia y Zimbabue), a partir de 2012 y hasta 2014.
Los resultados muestran que la caza aporta 426 millones de dólares estadounidenses al PIB de estas economías africanas cada año, los cazadores gastan directamente 326 millones de dólares estadounidenses anuales, y la industria cinegética genera más de 53.400 puestos de trabajo.
Tener la caza como un uso viable de la tierra significa conservación. Muchas áreas donde la actividad cinegética proporciona ingresos vitales no son lo suficientemente viables para realizar safaris fotográficos, o la agricultura puede no ofrecer oportunidades económicas razonables en estas zonas. Estas consideraciones muestran que la caza ofrece importantes oportunidades económicas para muchas áreas africanas donde las formas comunes de obtener ingresos son limitadas.
La caza cambia la actitud de las comunidades locales y da valor a la vida silvestre, proporcionando incentivos contra el furtivismo y mitigando los conflictos humanos con la vida silvestre. Estos fondos son necesarios para mantener el hábitat en su estado natural y para apoyar financieramente las actividades de investigación de la fauna y la aplicación de la normativa legal. Así mismo, al proporcionar empleo e ingresos para las comunidades locales, la actividad cinegética transmite un valor positivo a la vida silvestre, lo que incentiva a las comunidades a proteger a las especies de caza y a los hábitats de los que éstas –y todas las especies de vida silvestre– dependen.