Antonio Pinelo García, en calidad de representante y como presidente del Club Deportivo Monteros de Guadalcanal, quiere aclarar, a raíz de las informaciones aparecidas en diversos medios de comunicación relativas al accidente sufrido por un cazador en una montería el pasado día 17 de noviembre, las siguientes puntualizaciones:
1.-
La montería se llevaba a cabo en la finca El Marín, que pertenece a la localidad sevillana de Alanís. Aunque el acceso a la misma se encuentra en la carretera de Malcocinado a Azuaga, ambas localidades de la provincia de Badajoz.
2.-
Sobre las 13:15 horas un participante en la montería sufre una caída y se hace un corte en un brazo, que le produce una fuerte hemorragia. Inmediatamente se da aviso al 112 por parte de un asistente a la montería con formación adecuada para tales circunstancias, informando al mismo que se enviaba una UVI móvil y un helicóptero para la evacuación del herido a un centro hospitalario.
3.-
Al lugar del accidente no llegó ni la unidad medicalizada ni la patrulla de la Guardia Civil, tal y como reflejan las noticias difundidas en distintos medios de comunicación.
La ambulancia se quedó en la carretera, en el acceso de la finca. Según manifestaron los sanitarios, el vehículo en el que iban no está preparado para transitar por caminos o carriles. Desde ese punto al lugar donde estaba el herido con un grave corte en el brazo hay más de 12 kilómetros de carril.
Ante esta circunstancia, los responsables de la montería envían una pick up particular hasta la carretera para trasladar a los sanitarios hasta donde estaba el cazador accidentado.
4.-
Tras valorar al cazador accidentado, la médica que le atiende reclama hasta en tres ocasiones la presencia de un helicóptero medicalizado para la evacuación hasta un hospital.
Tal petición es rechazada argumentando que, debido a las inclemencias meteorológicas en la zona, el helicóptero no podía volar.
Desde Monteros de Guadalcanal quieren señalar que esa mañana el cielo estaba despejado y claro.
5.-
Ante esta circunstancia y una vez se pudo estabilizar, dentro de unos parámetros un poco inestables, al herido, este tuvo que ser trasladado en un todoterreno particular durante 12 kilómetros de carril hasta el lugar donde se encontraba la UVI móvil estacionada, para ser trasladado al hospital, con el consecuente riesgo que suponía para el accidentado.
6.- Guadalcanal
Efectivos de la Guardia Civil se acercaron a la entrada de la finca, siempre permaneciendo en la carretera comarcal de la que parte el camino de la finca, no entrando en ella ni prestando en ningún momento asistencia al herido.
7.-
Tuvimos que ser los participantes de la montería quienes, por nuestros propios medios, trasladamos, primero, a los sanitarios hasta donde se encontraba el herido esperando asistencia y, posteriormente, al accidentado hasta la carretera donde estaba la UVI móvil, con la consiguiente pérdida de un tiempo muy necesario en estas circunstancias de emergencia y poniendo en riesgo la vida del herido por su traslado en estas condiciones hasta la UVI móvil.
8.- Guadalcanal
Queremos dejar constancia de todo lo puntualizado anteriormente y, no menos importante, que por no disponer de medios efectivos los servicios de emergencias para asistir a un herido en el interior de una finca, la vida de una persona puede correr un gran peligro. No disponen de medios de transporte adecuados para poder transitar por caminos o carriles, ni de un servicio de evacuación realmente efectivo, al negarse a volar por una inclemencia meteorológica mínima.
Los servicios disponibles cada vez son más escasos, sin ir más lejos, la patrulla de la Guardia Civil que se personó a la entrada de la finca vino de la localidad de La Granja de Torrehermosa, habiendo cuarteles más cercanos como, por ejemplo, el de Azuaga o Alanís, pero sin efectivos operativos.
En este caso ha sido un accidente durante el desempeño de una montería, en la cual la asistencia de numerosas personas y medios facilitó la labor de rescate. Pero puede ocurrirle un accidente a un trabajador en el campo o, sin ir más lejos, a una persona que esté recolectando setas o espárragos que, por no contar con más personas y medios, pueda no tener la misma suerte que nuestro herido.
Firmado,
