Para los aficionados a la música de los 80 el título les sonará porque es uno de los temas del grupo andaluz Triana. Escuchar música me produce el mismo placer que contemplar los colores con los que se va adornando la naturaleza durante el otoño, en constante evolución, hasta que va asomando el invierno.
Caminar por el monte y oír el silencio de tus pasos sobre el mullido suelo que han dejado las primeras lluvias logra que echemos en el olvido el crujir de los mismos durante el reseco verano.
Las primeras y generosas lluvias han ido dibujando ese ambiente que permite gozar de la actividad cinegética en plenitud y a mí, sencillamente, me suena a música celestial.
El agua y la vida tan de la mano…
Recuperar ciertas prendas del armario insufla el ánimo, el espíritu que sólo esta estación, recién abierta, trae bajo el brazo. Zamarras, botas de agua, polares, etc. vienen a dar sentido y renovado aire a nuestra afición logrando que fluyan sensaciones en nuestro interior por el mero y simple contacto; sólo quien ama la caza sabe lo que significa. Hasta nuestros perros diría que perciben la nueva estación que oxigena el aire, ahora húmedo, y les permite beber con facilidad en cualquier punto, disfrutar incansables de jornadas de caza, derrochando generosamente energías sin aspearse las patas siquiera. La cara del campo ha cambiado milagrosamente. El agua y la vida tan de la mano…
El calor cede lento pero inexorable a temperaturas que, aunque no son lo frías que deberían, parecen ser el sino de los últimos y venideros años. Habrá que irse haciendo a la idea. La otoñada empieza a verdear en el horizonte. Brotan las primeras falsas flores del azafrán (quitameriendas) y muestra por donde irá la temporada de setas (que tantas manchas chantean por ir en su búsqueda). Los árboles lucen variopintos tonos rompiendo la dictadura del verde monocromo y hasta el agua regresa por muchos cauces.
Este idílico marco no puede esconder la realidad de los problemas que seguimos arrastrando
Pero este idílico marco no puede esconder la realidad de los problemas que seguimos arrastrando porque estos siguen donde estaban. Los ataques contra los cazadores, sus vehículos, perros, etc. O desde el rancio ministerio comunista de Cultura, que viene a negar la realidad de un país taurino hasta las trancas en el que no hay fiesta sin festejo taurino. ¡Lo que hay que ver! ¿A quién representa? El lobo sigue multiplicándose sin que el asunto consiga entrar en los despachos donde reposa la consabida solución, ni en las conciencias de algunos, tampoco. Y la sociedad, en general, cada vez más distante de la realidad de lo que significa y supone la caza.
Pero con estos bueyes hemos de arar. Hemos de mirar el futuro con optimismo y continuar remando, contra viento y marea, si fuera preciso.
Todo es de color
Dice Pérez Reverte: «Cuando hay un malo y mil tontos, se convierten en mil y un malos. Hay que evitar ser malo, evitando ser tonto». Que viene a ser lo que dice mi amigo Víctor, «que un tonto hace cientos, si le dan lugar y tiempo». Cultura y educación contra la ignorancia. No hay mejor antídoto para contrarrestar esta plaga
¡Que la Caza tenga en cada uno de nosotros a su mejor representante! Por algo se empieza y no parece poco.
Decía, todo es de color, porque una cosa es estar enfermo y otra, no tener cura.
¡Mucho ánimo y viva la caza!
Todo es de color, por Ángel Luis Casado Molina
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