Con la caza a cuestas Relatos

Las cocineras y yo, por Ángel Luis Casado

Las cocineras cacería
Las cocineras y yo.

Un dato: sólo una cuarta parte (27 %) de los trabajadores del conocimiento a nivel mundial tiene una relación positiva con el trabajo (Expansión, 15/12/2023).

Una opinión: estoy convencido de que, en una cacería, el porcentaje de participantes que tienen esa relación positiva con la misma es del 99 % y que el 1 % restante no la tiene porque le duele la cabeza.

En la agenda de nuestra memoria la fecha luce en rojo y no va a dejar de parpadear hasta que llegue la cita; somos del 99 %, y ¡no nos duele la cabeza!:

–Pepe, ¿trajiste el vinagre y lo que te encargué de la tienda?

¡Mecagüen!

–¡Yo no sé en qué estás pensando, Pepe!

–Qué sé yo Mayte, tengo tanto follón en el trabajo… (lo que digo: las balas, que no se me olviden las balas. Llenar la bota, que el otro día la dejamos tiritando. El paraguas, que dan agua…).

De puestazo en puestazo sin ver un jopo siquiera

Si bien Pepe se puede quedar en la plaza del pueblo y volcar el guarro bajo las luces de Navidad, el que suscribe, desde octubre, ha ido de puestazo en puestazo sin ver un jopo siquiera. Les he llegado a decir a los postores que no quiero más puestos de ‘bandera’. Que, por favor, me manden al malo, a ver si así…

Mala racha

A pesar de que la temporada va rodada de jabalíes, hay quienes no nos comemos un rosco, como les digo. Parece haber mal fario, mal de ojo o simplemente mala suerte, que no hay que enredar más de la cuenta en las cosas de la diosa Fortuna que, siempre caprichosa, va y viene, a su antojo. El caso es que esta mala racha, que yo no he buscado, no me la quito de encima, cacería tras cacería. Como si la hubiera comprado, como si fuese mía.

Tan sólo quedamos sin tirar las cocineras y yo

Ando llorando por sopiés, collaos, traviesas y hasta por ¡las esquinas del barrio, también! Salgo al campo pensando que en la última cacería se debió quedar, que ahí terminó la mala suerte y acudo a la siguiente, donde, tras recoger, me voy rumiando del puesto que hasta la bola en el sorteo debió sacar, ¡la japuta! Que la llevo metida en el zurrón, ¡que parece haberse quedado a vivir conmigo!

Y es que, como dijo el gran Francisco León Jiménez, «tan sólo quedamos sin tirar las cocineras y yo».

Así va la cosa este año.

¡Felices Fiestas a todos!

Y para el 2024, les deseo lo mejor y si pueden compartir un poco de mi mal fario, igual toco a menos, que no soy yo de los que quieren…, to pa’uno.

Ustedes me entienden.

Sean felices.

Las cocineras y yo, por Ángel Luis Casado Molina

www.librosdecaza.es / [email protected]

 

Naturalmente la Caza
Naturalmente, LA CAZA, llega a su segunda edición, naturalmente, como no podía ser de otra manera.

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