Subo a las alturas en busca del palco que propone la peña más alta a tomarle el pulso a la naturaleza.
Estamos en septiembre y, sin demora, late la berrea del venado que siempre es algo más porque desde la espesura del monte asoma, flotando en el aire, envolviéndolo todo en torno a ella.
Del aire llegó el mosquito cierto a dibujar el mapa de la no berrea por muchos puntos de nuestra geografía
En el aire…, se dice de algo cargado de incertidumbre, pero del aire llegó el mosquito cierto a dibujar el mapa de la no berrea por muchos puntos de nuestra geografía. Es esta circunstancia, la que atraviesa la especie cervuna, la que me obliga a dedicarle estas líneas para que, al menos, apreciemos lo que tenemos y lo que en aquellos lugares pueden llegar a echar en falta.
Necesario, tanto por los propios animales como por las fincas que podrían ver peligrar su equilibrio económico y lo que conlleva en puestos de trabajo. Y tirando de la hebra: orgánicas, rehaleros, empresas de catering, taxidermistas, cárnicas, armerías, etc., etc.
El campo sin su rumor es inimaginable, como un otoño sin colores
¿Pueden imaginar nuestros montes en silencio cuando debieran resonar en ellos, por cada valle, cada rehoya, cada portillo, los berridos de los ciervos en este mes? ¿Quién puede acostumbrarse a no oír su voz por umbrías y solanas? Las noches que marcan el final del verano no pueden quedar mudas, vacías de desafíos y peleas, porque las sierras hayan quedado huérfanas de ciervas y venados.
El campo sin su rumor es inimaginable, como un otoño sin colores. Tan increíble como una raña sin la figura de las reses bajo las encinas buscando la melosa. Tan incierto como un arroyo sin agua en época de lluvias. Tan…
El viento ha hablado, inundando de olor a muerte el campo de media España dejando escrita esa esquela que nunca querríamos leer, vagando por vanos montes susurrando tristeza y soledad.
Piel patria que acumula demasiadas enfermedades y plagas en la última década
¡Qué el frío del invierno acabe con el díptero culpable de sembrar esta cruel matanza! ¡Qué la cierva y el gabato vuelvan! Que no hay dehesa ni monte que lo sean sin su presencia ¡Que el berrido del venado nos confirme de nuevo su existencia, la que nunca debimos perder, y regrese altanera su berrea por todas las cuerdas de nuestra castigada España!
Piel patria que acumula demasiadas enfermedades y plagas (cephenemia, mixomatoxis, tularemia, sarna, tuberculosis, etc., etc.) en la última década y, ahora, la EHE (Enfermedad Hemorrágica Epizoótica).
La berrea no puede ser solo un recuerdo, sería demasiado castigo.
Por Ángel Luis Casado Molina
www.librosdecaza.es / [email protected]
Fotografías: Adolfo Sanz Rueda
