¡¡¡Nos despedimos ya del corzo… hasta dentro de 3 semanas!!! ¿Ustedes no se cansan?
Por el momento, se acabaron los madrugones, los días de pasar calor o frío en exceso (3 de agosto, 6:20 de la mañana: 5,5 grados). No sé dónde vamos a llegar, que diría mi abuela y más aún si te ha cogido con el paso cambiado, como al que suscribe. Y pregunto: ¿el loco no era febrerillo?
Pero estamos en agosto y no dejo nada al azar y pongo la nevera portátil a trabajar ¡a la máxima potencia! (no le cabe un cubito de hielo más) quedando el resto del utillaje listo para disfrutar una más que agradable mañana de verano, en la que el celo del corzo corre, a la par del calendario cinegético, hacia el final ya del camino.
Pateando tierras de Castilla turuta en mano corzos
Y por ahí andaba yo, pateando tierras de Castilla turuta en mano, compitiendo en el despertar del monte con el canto de palomas, mirlos y demás especies de pluma que alegran ‘siempre’ la amanecida; entrecomillado porque la excepción se hace presente en el momento que acechas al corzo y estas avecillas se empeñan en espantarlo, aguándote siempre la fiesta.
Despliego todo mi arte y repertorio como flautista o turuta mayor ¡con sólo tres notas! Pi, para la hembra. Piii, para la cría y Piay, piay, piay para la hembra acosada. Un todo incluido de tan solo cuatro letras, ¡y tan ricamente!, que diría el maestro Aguayo.
Pero, destrezas aparte con el instrumento, hay que ver el gusto que se le puede acabar cogiendo a la ‘flauta’, sobre todo si uno no se desanima y logra resultados. Y no, no me refiero a abatir piezas, sino a lograr que te entren en plaza la hembra, el macho buscando a la hembra o a ambos dando carreras a tu alrededor hasta llegar a verte el plumero. ¡Que este es otro cantar! Yo, por más que busqué en las instrucciones, no vi por ningún lado que tuvieras que taparte (menos mal que lo presumía), así que, animo a los fabricantes de los diferentes instrumentos musicales que imitan al Capreolus a que, por favor, lo incluyan en el manual de uso.
La técnica del reclamo, como todas las artes, requiere entrenamiento e ir corrigiendo errores
Fuera de bromas, la técnica del reclamo, como todas las artes, requiere entrenamiento e ir corrigiendo errores, pero no tengan duda de que puede resultar muy entretenida, sobre todo, cuando el campo está para no dar un paso en él sin que te oigan desde el otro extremo del planeta. Ahora bien, ármense de paciencia porque tiene sus momentos dulces, aunque también los hay (y no pocos) de tirar el chiflo donde no puedan recuperarlo jamás.
¿Vocación tardía? Tocando el pito
¿Habré descubierto una vocación tardía?
No lo sé, Lo que sí puedo asegurar es el descanso que dejo en el monte cuando me marcho.
Tengo que repasar el manual a ver si consigo aprender una cuarta nota… ¿Cuándo decía usted que se levanta de nuevo la veda?
Eso es lo malo. Ahora que iba yo delanterillo… ¡van y se terminan el celo y la temporada!
Tendré que ir mientras a tocar el pito a otra parte y, si no, esperar ¡hasta el año que viene!
Y todavía hay quién no nos entiende.
Por Ángel Luis Casado Molina
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Fotografías: Adolfo Sanz Rueda