¡Hola! ¿Cuento?
Me llamo Pedro Chances, pero llámenme doctor, por favor. Soy alto, muy guapo y tengo el espejo gastado de tanto mirarme en él.
Ando por los taitantos años y vivo en un palacio. ¿Les parece un cuento? Pues, créanlo. Para cuento, lo del doctorado, aunque eso queda para otro día.
Mi personaje favorito, inspirador y referente es Pinocho; ¡hay que ver cuánto nos parecemos!
Mi perro Timo ¿Cuento?
Me gusta más volar en Falcon que a un niño una piruleta. Pero, como soy progre, traigo el carné de ecologista de serie y nadie pone en duda mis sacrificios por el bien del planeta. Adoro veranear en los palacios del Estado con mis amigos y demás familia, todo con cargo al erario público, que para eso sigo ¿trabajando? También correr; lo hago junto a mi perro Timo al que, tal y como me dijo mi gran amiga Teresa, he capado. Hay que dar ejemplo, porque la Ley de Bienestar Animal que estamos tramitando así lo exige.
Y muchas cosas más que ni tan siquiera el director general es capaz de reconocer en una entrevista al diario El País, mintiendo sin pudor (04.10.22), ocultando las consecuencias que tendrá la maldita ley en la sociedad. El pobre Timo ha engordado y se le está cayendo el pelo, pero es por su bien. Además, me costó un pastizal el veterinario por la intervención quirúrgica. ¡Pero había que hacerlo! La verdad es que no ha llegado a catarlo siquiera (el sexo, digo), pero hay placeres de los que se puede prescindir para vivir. Total, alguien autorizado y ¡experto! se preocupará de la raza y su porvenir. Timo sabe que lo hacemos todo por su bienestar.
Timo sin agua para nadar en Ricobayo
Me gusta mucho ir al campo y a zonas de agua con él porque es muy divertido. Cuando salimos a pasear le pongo su abrigo, no se vaya a constipar.
Un día, con el verano en ciernes, los de la compañía eléctrica decidieron vaciar la presa (Ricovayo, Zamora) sin avisar a las autoridades de los pueblos cercanos y se ha pasado el verano sin agua y así seguirá porque no llueve. Para Timo es más aburrido porque le gustaba mucho lanzarse y nadar. Dicen que la han vaciado para generar electricidad y como estaba prácticamente llena, los de la eléctrica estarán muy contentos con la caja que han generado. Lo del sentido de la responsabilidad quizás no vaya con ellos, aunque añado que legal parece que es. Que los vecinos se hayan quedado sin agua tampoco creo que sea lo más importante.
¡Y a Timo se lo comieron los lobos!
El finde pasado fuimos a la sierra y Timo, que sigue muy gordo, corrió tras una liebre, pero no la atrapó. ¡Menos mal! El caso es que no regresó y estuvimos esperando y buscándolo por todos lados, pero nada. Llamé a mi amiga Teresa, que de campo sabe mucho, –es una experta, sorda, pero experta– y me dijo que, si había sido de Madrid hacia el norte, podría ser que se lo hubiera comido un lobo. ¡Qué exagerada!, pensé.
Nos ayudó a buscarle un señor muy simpático; debía ser local o rural, de esos que viven en los pueblos. Llevaba a su mastín sin abrigar ni nada, ¡qué tío más raro! El caso es que Martín y su mastín dieron con Timo; bueno, con lo que quedó de él: el abrigo, el collar y la piel. ¡Se lo habían comido vivo los lobos!
«Qué mala suerte» porque apenas quedan lobos en España
Llamé a Teresa y me respondió que «qué mala suerte» porque apenas quedan lobos en España, que por eso lo hemos incluido en el LESPRE. Sin embargo, un compañero de Martín, que también es ganadero, lleva este año en Las Merindades 40 reses muertas, además de tener otras 40 sin cobrar del año anterior. Los números registrados hablan de unos 15.000 ataques (septiembre 2021 a septiembre 2022) de los que resultaron muertos unos 13.000 animales; el incremento de ataques respecto al año anterior está cifrado en unos 2.000 animales más.
¡Pero yo no lo creo! ¿Cuento?
El Bono Cultural
Me contó que su hijo se había marchado a la ciudad a trabajar y no iba a seguir con el ganado. ¡Pero si no lo necesita!, le contesté. A los de su edad, en cuanto cumplen 18 años les entregamos ¡400 euros! (que no tienen que devolver). Se llama Bono Cultural, para ir a conciertos, al cine o comprar discos, videojuegos… Para que se diviertan y no se preocupen. Y si, además, no tiene casa y quiere una, que la ocupe, que nosotros ya nos encargamos de protegerle con nuestras leyes.
Pobre Timo, él sí que me duele.
Al marido de Teresa tengo que buscarle otro trabajo porque a algunos les parece incompatible la CNMV con el de su mujer. ¡Qué tiquismiquis, con lo que vale el hombre! Tendré que mover otra vez mi dedo para colocarlo en otro lado y que no se quejen esos… ¿fascistas?
La Historia me aburre ¿Cuento?
A mí, la Historia me aburre. Bueno, la que conocemos, la que han escrito los historiadores. Yo me he propuesto escribirla de nuevo para contarla mejor (repleta de ideología) vía BOE. Será la verdadera Historia jamás contada, por Pedro Chances: ¡Memoria Democrática! la haré llamar.
Como tengo que estar en todo, voy a meter la mano –además de en la Justicia, la fiscalía general del Estado, adoctrinando con la educación, etc.–, en RTVE y, para ello, le daré poderes ejecutivos a la nueva presidenta (otra vez mi dedo) vía Decreto Ley. No puedo correr riesgos de aquí a las próximas elecciones y hay que asegurar que por la radio televisión PÚBLICA no se diga nada que me pueda restar votos. Total, solo nos va a costar, en 2023, 490 millones de euros para estar en el entorno del 10% de audiencia (los números lo dicen todo). Ya tengo en el CIS a un buen amigo haciendo el ridículo, dando resultados que nadie cree y que ‘sólo’ nos va a salir por casi 13 millones de euros. Nada me parece mucho si es por tener todo bajo control y a mi servicio.
Moraleja: ¿Cuento?
En un país con un nivel de deuda del 120%, desconfíen de aquellos que prometen o regalan sin esfuerzo a cambio: trenes ‘gratis’, licencias ‘gratis’ o la subida de las pensiones del 8,5%, olvidando por completo lo esencial: ¡que sean sostenibles! (o sea, que se cobren hoy, mañana, pasado…), etc., etc. Si usted le dijera a su hijo de catorce años (pongamos por caso) que le va a dar 400€ de paga en vez de los 40€ mensuales, seguro que tras la alegría inicial le preguntará «¿de dónde va a salir ese dinero papá?».
Pues reflexionen, porque como dijo el amigo de un ilustre tertuliano (al que su empresa trasladó de Argentina a España) en la primera reunión con sus nuevos compañeros: «yo vengo de su futuro».
No parece broma…, ni cuento tampoco.