El Parque Nacional Luiana, en Angola está experimentando en los últimos tiempos el retorno de numerosas manadas de elefantes y otras especies de animales después de un largo periodo de emigración a Zambia, Namibia y Botswana, países donde los animales se habían refugiado debido a la guerra que asoló Angola.
Un reportaje publicado en el periódico Jornal de Angola destaca que las autoridades de la zona están trabajando en conocer el número de elefantes que hasta ahora han regresado, para elaborar estadísticas.
La misma situación se está produciendo en el Parque Nacional Luengue, que también ha registrado el regreso de muchos animales, una de los principales centros turísticos del Okavango/Zambeze, al ser frontera entre Angola, Botswana, Namibia, Zambia y Zimbabwe.
Después de trece años desde el fin de la guerra en Angola, ya es notable el regreso a su hábitat natural de numerosas manadas de elefantes, rinocerontes, búfalos, jirafas, leones, leopardos, avestruces, jabalíes, hienas, entre otras especies animales, y el Gobierno tiene mucho interés en atraer de nuevo al turismo.
Las autoridades angoleñas han hecho un llamamiento a la población de estas zonas para que no molesten a los elefantes, principalmente, y éstos sigan ‘sintiéndose seguros’ en su retorno a sus antiguas áreas de campeo y no regresen a Zambia, Namibia o Botswana. Entre otras medidas, se ha pedido que no haya más asentamientos humanos en la zona y que no se construyan casas en el perímetro donde se están moviendo los paquidermos, con el fin de evitar conflictos entre hombre y animales.
Sin embargo, tanto el Parque Nacional Luiana como el Luengue siguen sufriendo el problema del furtivismo, que está causando grandes daños a las especies de la zona.
La protección de los animales en estos parques aún no es eficiente, aunque se han redoblado esfuerzos para interceptar a los furtivos de Namibia y Zambia que a diario tratan a toda costa de entrar ilegalmente en el país para abatir, especialmente, elefantes.