Los grupos contrarios a que el lobo gris fuera extraído de la lista de especies amenazadas en los estados norteamericanos de Idaho y Montana han anunciado su decisión de no recurrir ante la Corte Suprema de Estados Unidos, después de que sus alegaciones para que esta especie siguiera figurando en el catálogo de especies a proteger hayan sido rechazadas en tribunales de justicia inferiores.
El Congreso ordenó la pasada primavera al Servicio de Vida Salvaje y Pesca de Estados Unidos (U.S. Fish and Wildlife Service) sacar al lobo gris de la lista de especies amenazas. Entonces los grupos conservacionistas contrarios a la medida iniciaron una campaña judicial para frenar la medida.
En su opinión, la caza autorizada por el estado podría conducir a los lobos grises nuevamente a la extinción. Sin embargo, dos tribunales rechazaron estas alegaciones y dieron la razón al Gobierno.
Ante sendos mazazazos, las organizaciones demandantes decidieron no hacer uso del plazo de 90 días –que finalizó el pasado día 15- que la ley norteamericana contempla para poder interponer recursos ante la Corte Suprema, el órgano judicial más elevado de Estados Unidos.
Según fuentes de las organizaciones implicadas en el proceso judicial, la decisión ha sido tomada ante las escasas expectativas de salir victorioso en el Alto Tribunal.
El lobo gris se encuentra en las Northern Rockies, abarcando los territorios de Idaho, Montana y Wyoming, contando en la actualidad con alrededor de 1.774 ejemplares y 109 parejas reproductoras.
Precisamente este último estado había dado un fuerte impulso para que la especie saliera de la clasificación de especie amenazada, aprobando un plan para gestionar la población de lobos en el caso de que se produjera la desclasificación por parte del Servicio de Vida Salvaje y Pesca.