Acabar la campaña, disfrutando de un día como el vivido el pasado sábado, 23 de marzo, hacerlo en la finca donde siempre cazaste, en familia y rodeado de un magnífico grupo de personas, es algo que está muy encima de lo que soñaba cuando decidí dedicarme profesionalmente, a la gestión cinegética.
CRÓNICA
Nada en una montería, gancho o batida puede quedar al azar. Mucho trabajo en la previa. Mezcla de sensaciones y sentimientos por la mañana. Uno a uno, recibíamos a los 28 participantes en las maravillosas instalaciones que la finca posee, en Cortijo La Almoguera.
Parecía no haber pasado el tiempo. Cuando estaba en la mesa del sorteo, mi pensamiento viajaba en compañía de mi padre y de mi hermano. Recorríamos todas las herrizas del coto, en busca de conejos, perdices y de los pocos corzos que por entonces tenía la finca. Siempre cazando con los perros del amigo Juan Cabrera y más tarde con nuestros podencos Silverio y Pepa, magníficos compañeros, mis primeros perros de caza.
En esta finca; cobré mi primera perdiz, mi primera torcaz, mi primer zorzal y mi primer corzo. Toda la vida cazando en este entorno. No queda moguea chaparros, herriza, albina, tajo o bujeo que no tenga algo que contar de nuestras correrías cinegéticas. La emoción era indescriptible.
Había dedicado los últimos cuatro años a gestionar de cara a desarrollar mi sueño, mi apuesta personal. Pocos creían en ella. ¿Cómo vas a dar una batida de corzos ahí ? ¡Pero si no tienes 500 hectáreas! ¿Con qué vecino vas hacer la ampliación? Yo a lo mío, trabajar y dar pocas explicaciones… Rozos, limpieza de aguas, comederos, control de predadores (chilla), en definitiva a cumplir con los requisitos y las prácticas de buena gestión que la Administración obliga para conceder batidas de corzos.
¡Y por fin llegó el día!
Amaneció y ni siquiera el fuerte viento de levante quiso perderse la cita. A las 09:45, y tras un estupendo desayuno, procedimos al sorteo de las 28 posturas que cazarían en Monte la Torre, mejor dicho 27, porque decidí por ‘méritos propios’ no sortear el puesto de mi padre y así lo hicimos saber en el sorteo.
Poco a poco, fueron saliendo las armadas. Primero Cierre la Pared, luego Ojaranzos y finamente Patio Corchas/Cruces Carriles y Chaparreta. No habíamos llegado con las ocho rehalas a la suelta cuando recibía la primera llamada. Era mi socio y hermano Raúl Márquez: «¡Socio aquí hay un tiroteo gordo, han tirado cuatro-cinco puestos!». No había dudas. A los jabalíes los habíamos cogido dentro y darían mucho juego al desarrollo de la batida. Cuando a las 12:00, el que suscribe estas lineas, dio la orden de suelta, fueron, uno a uno, sucediéndose los lances sin descanso y con una continuidad incluso sorprendente para la organización. Solo dos puestos se quedaron sin disfrutar lance alguno.
Entre los puestos destacados;
1 Chaparreta , Manuel Martínez Estellez que cobró su primer corzo Morisco; 2 Patio Corchas, Curro Plasencia con un corzo y un jabalí; 5 Pared Piedra, Francisco Pazos con un corzo bonito; 10 Ojaranzos, Raul Márquez con un precioso corzo; 2 Ojaranzos, José María Rojas cobrando un corzo;
8 Ojaranzos, Gonzalo Mora-Figueroa dos jabalíes con un navajero; 2 Cruce Carriles, Santiago Honrrubia que le entraron seis cochinos pudiendo cobrar uno. Y así otros muchos puestos, hasta completar diecinueve jabalíes y cinco corzos.
¡Sencillamente espectacular!
Como anécdota, contar que sobre las 14:00 horas recibí la llamada de mi padre, diciéndome «¡Zaga, que vais a dejar el coto pelao!». Me produjo una satisfacción inmensa y una gran carcajada acompañó a la felicitación, que nos dimos por teléfono.
Escribiendo estas líneas de nuevo me hace reír, pensar lo que me soltó. Personaje único, mi padre, Pepe Rojas, o le adoras o no puedes con sus cosas… no tiene termino medio, ¡con mi padre no hay medias tintas! Apenas, se deja ver en las monterías organizadas por su hijo, asiste a muy pocas, es más, le aburre estar tres horas sentados en un catrecillo esperando lance. Es de otra escuela. Gran parte de lo que soy y de lo que sé, se lo debo a él. Quizá nunca se lo dije… quizá nunca lo haga, quizá nunca lea esta crónica (¡no tiene ni WhatsApp!), pero hoy es el día de darle las gracias por todo lo que nos dio, nos da y le quedará por dar, a mí y a mis tres hermanos. Ahora también a sus nietos… ¡que ya van tres!
En cuanto a la finca, el éxito de este resultado en gran parte suyo, aquí pasa días y días y se encarga de todo… lee el campo como nadie.
Mencionar, como no podía ser de otra forma, a la propiedad que siempre nos hizo sentir como en casa y ya va para 35 años: Benito y Luisa Larios, y siempre en el recuerdo D. Quintín Larios, vuestro padre. ¡Grandísimo hombre!
Tan memorable e imborrable día, lo finalizamos sentados a la mesa entre amigos y con el fabuloso Catering Correro, también de la casa, que rayó, como la jornada, a gran altura.
Crónica e imágenes: Juan Cándido Rojas
DATOS DE LA MONTERÍA
Fecha: 23 de marzo de 2019
Finca abierta: Monte la Torre
Hectáreas monteadas: 500
Término: Los Barrios (Cádiz)
Puestos: 28 / Rehalas: 8
Corzos: 5
Jabalíes: 19