A las puertas de una nueva temporada corcera no son pocos los amantes del ‘duende del bosque’ que preparan sus archiperres y ansían ya salir en busca del macho soñado, un ejemplar de cuerna –que no cuerno– gruesa, de roseta ancha y perlada, larga, brillante, simétrica y bien conformada con sus tres puntas hacia el cielo que dibujen su majestuosidad
Otros sin embargo, buscan trofeos distintos, aquellos marcados precisamente por lo contrario: cuernas raras, asimétricas, deformes que puedan ser calificadas de casi únicas y sirvan para marcar la diferencia con el resto.
No todos los que hayan salido tras los corzos al ocaso o al alba de una jornada primaveral habrán tenido ocasión de ver esos machos, sorprendentes, precisamente, por la rareza de su cuerna, y no siempre está claro cuál puede ser las causas que determinan su presencia, por lo que trataremos de desgranarlas en este artículo.