Fuente: diariodeleon.es
León acoge a partir de mañana el VIII Simposium Internacional de Fauna Salvaje, que reunirá a más de 110 científicos de España y a medio centenar de expertos de otros seis países europeos (la representación italiana, con 35 congresistas, es la más importante), que mostrarán su trabajo desde los puntos de vista de la Biología y la Ecología, con una especial atención a las especies invasoras, las patologías y la gestión de espacios naturales y recursos faunísticos.
Pese al carácter científico de las muchas de las conferencias, comunicaciones y pósters que han llegado al congreso, organizado por la Sociedad Euromediterránea para la Vigilancia de la Fauna Salvaje (Waves) en España y la Universidad de León, no faltan los temas más actuales y no exentos de polémica. Sin ir más lejos, esta tarde se estrena en León el documental Las guerras del lobo, realizado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, que aborda la problemática de la conservación de esta especie en Castilla y León. Otros asuntos como el control de las enfermedades en la fauna silvestre, la gestión de las reservas naturales y de los parques regionales y nacionales y los problemas son asuntos que preocupan en el medio rural y a colectivos como ganaderos y conservacionistas y cazadores, que, además, pondrán sobre la esa científicos y técnicos de la Administración que desarrollan su labor en la provincia.
El Coordinador y Asesor del Comité Científico de Waves en España, el veterinario Tomás Yanes, que también forma parte del comité científico del simposio, se mostró partidario ayer de modificar la normativa de parques regionales y nacionales y para evitar que la densidad de ungulados silvestres (rebeco, corzo y ciervo en especial) se disparen y se mostró partidario de incrementar los controles sanitarios, pese a las dificultades que supone en animales en libertad.
Revisar la norma
La interacción entre la ganadería y los animales silvestres «existe, pero la normativa no permite la caza de los ejemplares convenientes y esto ata a la Administración». En este sentido, sería preciso, «revisar la legislación nacional, que, por otra parte, debe ser acorde a las directivas europeas». De esta manera, en Castilla y León «es más fácil gestionar una Reserva Regional de Caza que un parque natural».
Pero Yanes no sataniza a la fauna silvestre: «También es cierto que, en ocasiones, cuando alguien no hace las cosas bien son los animales domésticos los transmisores de enfermedades a los silvestres» y señala que en su trabajo ha encontrado casos de sarna transmitida por ovejas. «Existe un 50% de culpabilidad, sin olvidar que también los humanos también formamos parte de la cadena y no sólo por lo que transmitimos, sino, también, por lo que intoxicamos con pesticidas para el campo y el vertido de residuos, pese a que, últimamente y gracias a la colaboración entre administraciones, nos vamos refinando.
En cuanto a la sarna, la situación de la enfermedad «es endémica», aseguró. En los parques se nos ha ido de las manos porque son los espacios donde más restricciones tenemos» a la caza. El final de la sarna se consigue abatiendo a los animales que la padecen, «sólo así han conseguido eliminarla en otras comunidades».
Yanes destacó la afluencia de especialistas al congreso, así como el número de comunicaciones recibidas. En cuanto a la temática, destacó su carácter interdisciplinar.