En la prensa

Así es el pabellón de caza del Rey que costó 3, 4 millones de euros

Fuente: elmundo.es

Como buen Borbón, es conocida la gran afición de Don Juan Carlos (75 años) por la caza. A lo largo de su vida ha conseguido una valiosa colección de trofeos y era un sueño para el monarca construir un pabellón privado, donde reunirlos para mostrarlos a sus amigos más íntimos.

 

El Rey hizo su ilusión realidad y su pabellón de caza, situado a un kilómetro y medio de Zarzuela, se empezó a construir en 2007, cinco años antes de su polémica cacería en Botsuana junto a Corinna, su amiga entrañable. Entonces, la crisis todavía no había enseñado sus fauces y Patrimonio Nacional se hizo cargo de los 3,4 millones de euros que costó la obra, según confirmó este organismo, el jueves, a Europa Press. De esta forma, corroboraba la información que el ‘El Programa de Ana Rosa’ dio esta semana en Telecinco.

En la planta de abajo hay alturas de hasta diez metros para la colocación de trofeos como venados, jabalíes o lobos

Ahora, LOC ofrece en exclusiva los detalles de este edificio que tiene alrededor de 1.000 metros cuadradosen su planta baja y cerca de 700 en la planta superior. En este segundo piso, además, se construyó un dormitorio. Una de las estancias más especiales es una sala acorazada de 200 metros cuadrados, a modo de armero, para la custodia de las armas del monarca entre las que figuran piezas de Hollan Hollan, Sarasqueta, Winchester y otras marcas de reconocido prestigio.

En la planta inferior hay alturas de hasta diez metros, lo cual permite la colocación de trofeos de mayor tamaño como elefantes, rinocerontes o jirafas, reservándose otras dependencias para los trofeos nacionales de venados, jabalíes, lobos, gamos o cabras montesas. Aquí han sido llevados dichos trofeos que el Rey exhibía en el Palacio de Río Frío y en otras fincas. Hay que apuntar que, entre estos, hay numerosos récords de España y también internacionales.

La elección del terreno fue un punto muy importante, ya que no debía ser ni muy cercano ni lejano de su residencia puesto que es sabida la aversión que la Reina tiene por la caza y todo lo que implica. Este fue uno de los motivos de distanciamiento del matrimonio, ya que Doña Sofía veía con disgusto las escapadas cinegéticas de su marido.

La jefa de obras de este pabellón ha sido una mujer exigente y perfeccionista pero nada derrochadora, ya que tenía en sus manos presupuestos del Estado. La empresa encargada de su construcción fue Condisa, que pertenece al Grupo Ortiz, cuyo consejo de administración en pleno, encabezado por su presidente Juan Antonio Carpintero López, fue recibido en el Palacio de la Zarzuela por Su Majestad con motivo del 50 aniversario de la fundación de la empresa en 2011.

Unos diez operarios

Condisa trabaja fundamentalmente con organismos del Estado entre los que destacan Patrimonio Nacional, el Ayuntamiento de Madrid o el Ministerio de Hacienda y su labor fundamental consiste, según reza en su propia web, en la «Rehabilitación y la Restauración Artística de este Patrimonio con un perfil de profesionales capaces de garantizar el mejor resultado. Equipos especializados en distintas disciplinas comparten y combinan sus conocimientos para recrear el espíritu que permitió la realización de esas obras en su tiempo». Sin embargo, en esta ocasión todo es construcción nueva.

Entre diez y 15 operarios trabajaron de forma permanente en la obra durante un año y medio. Todos ellos tuvieron que firmar un documento de confidencialidad y someterse a los controles rutinarios de seguridad. Incluso en ocasiones tuvieron que «recluirse» en la obra «ya que el Rey iba a salir de caza por el Pardo». Las partidas de los diferentes oficios oscilaron en precios de 40.000 euros hasta los 150.000 euros. Entre ellos se incluye la fontanería, electricidad, carpintería, jardinería…

En la obra se utilizaron materiales de calidad y maderas de pino Oregón importado de USA o pino Suecia, tratado con sales especiales para resistir la intemperie. Quienes conocen y cazan con el Rey aseguran que «nunca ha pagado por cazar» y que «siempre es un honor que el Rey cace en tu finca», como lo ha hecho durante muchos años en las mejores fincas de España.

Como es natural también ha utilizado con asiduidad los paraísos cinegéticos pertenecientes a Patrimonio Nacional entre los que destacan la Encomienda de Mudela, Los Quintos de Mora o el coto Nacional de Selladores-Contadero, en el parque Nacional de la Sierra de Andújar. Un coto tradicionalmente socialista en el que, según cuentan, un hijo de Felipe González llegó a cazar con sus amigos en helicóptero, como también lo hacía su padre cuando era presidente del Gobierno. Allí también cazó Alfonso Guerra, quien encargaba disecar trofeos provenientes del Parque Nacional de Doñana.

En la taxidermia De Béjar, ubicada cerca del Retiro, en Madrid, se disecó una cabeza de rinoceronte blanco abatido por el Rey en África y cuyo coste, incluidos todos los gastos, pudo ascender a cerca de 60.000 euros. Sin embargo, el taxidermista oficial de don Juan Carlos siempre ha sido José Luis Benedito Bruñó, fallecido en 2011. Se inició como profesional en 1978 y ganó la plaza de taxidermista del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, seis años más tarde. Su taller estaba ubicado en la calle Galiana de Madrid. Posteriormente, se trasladó al municipio de Alcorcón. Era una persona de toda confianza del Rey.

El último regalo que ha recibido de Su Majestad fue un exclusivo rifle de gran valor (dicen los expertos que de alrededor de 150.000 euros) de la marca Westley Richard fabricado en Birminghan, dedicado en letras de oro por el jeque Sheikh Mohammed bin Hamad Khalifa Al Thani, actual rey de Catar y propietario del Málaga Club de Futbol. Se lo regaló por su pasado cumpeaños. Quizás fue un regalo algo inapropiado por la salud del monarca y su polémica cacería en Botsuana en abril de 2012.

En cuanto a los amigos cazadores del Rey en España, los más habituales son Alberto Alcocer y Juan Abelló, con quienes han compartido innumerables jornadas de campo y confidencias. También el ganadero Samuel Flores y en el extranjero su colaborador más estrecho es Mohamed Eyad Kayali, empresario de origen sirio afincado en España y habitual compañero de cacerías del Rey Juan Carlos, al que suele patrocinar en sus expediciones cinegéticas a lo largo del mundo como la de ínclita cacería de Botsuana.

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