En la prensa

Guerra al jabalí en Sagunto

Fuente: las provincias.es

Treinta perros de caza y ocho cazadores se preparan en Sagunto para iniciar los llamados ‘ganchos’, incursiones de madrugada en las zonas próximas a los cultivos para capturar a los jabalíes en sus escondrijos nocturnos.

 

Es la única forma de sorprenderlos sin necesidad de instalar puestos de vigilancia durante horas. «A partir de la semana que viene llevaremos a cabo una decena de salidas de este tipo para las que ya se han solicitado todos los permisos pertinentes. Se trata de incursiones más puntuales, centradas donde hay problemas con los huertos», ha explicado el presidente de la Asociación de Cazadores de Sagunto, José Luis García Blanco.

Esta modalidad es diferente a las ‘batidas’ que se desarrollan entre los meses de mayo y julio, en las que los tiradores se apostan durante horas en puestos camuflados de vigilancia elevados, como árboles o montículos, para cazar a los jabalíes mientras merodean buscando comida.

En este caso, los tiradores establecen unos puestos específicos y «entonces metemos a los perros con sus perreros para levantar a los animales cuando están durmiendo. Eso se realiza por la mañana, muy temprano. Sin embargo, no siempre se localizan ejemplares, todo depende del lugar. Hay veces que volvemos con las manos vacías».

40 kilómetros

Localizar a uno de estos animales resulta bastante complicado si no se le sorprende cuando duerme. «Estos ejemplares tienen una potencia increíble y pueden recorrer hasta 40 kilómetros de distancia solamente para buscar comida. No ven demasiado bien pero con el olfato suplen ampliamente cualquier otra carencia». Aunque curiosamente la población de jabalí en la comarca de Camp de Morvedre «está decreciendo, pensamos que por motivos vinculados a la búsqueda del alimento todavía hay algunas zonas agrícolas bastante castigadas en las que es necesario intervenir».

Estos animales excavan grandes pozas en la tierra de los cultivos, que es especialmente moldeable, donde se refrescan, y muerden «los troncos y las gomas del riego por goteo, lo que supone trabajo y dinero añadido para el agricultor afectado», detalla el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) en Sagunto, Francisco Campillo.

Además, normalmente estos corpulentos mamíferos suelen repetir sus ‘fechorías’ por las mismas zonas o en enclaves muy próximos por lo que los daños «casi siempre se repiten en los mismos campos».

Los jabalíes descarnan la base de los troncos, lo que deja el árbol en una situación de debilidad, «que revierte directamente en la producción del fruto al afectar a su desarrollo y crecimiento normal».

El Camp de Morvedre, con varios enclaves montañosos, ha sido una zona histórica de merodeo y estancia de jabalíes y no es la primera vez que los cazadores realizan batidas y salidas en busca de ejemplares. Las partidas de Montiver y Gausa suelen ser las más frecuentadas por estos animales.

La proliferación del jabalí es rápida porque cada hembra puede tener en cada parto entre seis y siete rayones, que es como se les llama a las crías por las líneas horizontales que los cubren nada más nacer. El sentido de la vista de estos animales es muy limitado pero, en cambio, tienen un oído y un olfato muy desarrollado, de ahí que los cazadores tengan que actuar en completo silencio y ser muy cautos para no ahuyentar a sus presas.

Agricultores de Sagunto, Albalat dels Tarongers y Algimia han tenido que poner a raya a estos animales en los últimos años y para ello han vallado sus parcelas o colocado mallas metálicas alrededor de los plantones más delicados.

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