Los profesionales del sector reclaman al director de Ganadería controles, tras registrar «una veintena» de daños en las últimas semanas.
Honda preocupación entre los ganaderos piloñeses por el incremento en los daños que el lobo produce en su cabaña. Esta preocupación quedó ayer de manifiesto con la amplia respuesta del sector a una convocatoria celebrada en el Ayuntamiento, en la que estuvo presente el nuevo director general de Ganadería, Saturnino Rodríguez. Casi medio centenar de profesionales del campo tomaron parte en un encuentro organizado para abordar los problemas del sector, aunque finalmente la presencia del depredador copó la atención y las quejas de los asistentes, quienes plantean pedir ayuda a los cazadores.
El alcalde, Iván Allende, hizo las veces de anfitrión, consciente de la preocupación e indignación que las bajas ganaderas están causando. Todo parece indicar que la presencia de los lobos se ha incrementado y es más cercana a los núcleos de población. «En los últimos meses hemos visto cómo algunas zonas están siendo muy afectadas, especialmente los montes de Sevares, Tebrandi e incluso Areñes», comentó el primer edil.
La principal queja de los ganaderos se centra en la falta de controles efectivos que reviertan la situación. «En primavera nos informaron de que los daños oficiales contabilizados se situaban en torno a las dieciocho bajas, pero sabemos que son muchas más. Siempre existen esas otras cabezas de ganado que desaparecen, bien porque sus cuerpos son devorados en un primer momento, o bien porque los carroñeros dan cuenta de ellos antes de que se puedan certificar», explicó ayer el presidente de la Asociación Piloñesa de Ganaderos, Armando Gutiérrez.
Los cálculos más conservadores establecen en «más de cincuenta» las bajas, entre certificadas y aquellas reses cuyos cuerpos desaparecen, aunque según los ganaderos, «posiblemente sean muchas más». En la reunión celebrada ayer varios de los presentes expusieron los ataques sufridos en las últimas semanas, «y solo teniendo en cuenta las de agosto y septiembre, rondan la veintena».
El responsable del colectivo agradeció la presencia del director de Ganadería y mostró su confianza en que, dentro de los límites que permita el Plan del Lobo, «hará todo lo posible para mejorar la situación». En general, todos los presentes mostraron su satisfacción por el nombramiento de Rodríguez, «persona muy conocedora del mundo ganadero». En el encuentro, el nuevo responsable del área en el Gobierno asturiano se comprometió a ayudar a los ganaderos aplicando «en su máxima expresión» el Plan del Lobo. Los ganaderos también recibieron con agrado la pretensión del nuevo director de Ganadería que las compensaciones por daños puedan contabilizar de alguna forma las reses que desaparecen. «Se ha hablado quizás de aprovechar las nuevas tecnologías, haciendo una foto al cadáver y marcando su posición por GPS», apuntó Gutiérrez.
Actualmente, el cupo del concejo de Piloña se encuentra agotado, aunque la nueva temporada que comienza en octubre permitirá establecer nuevos controles. «Lo cierto es que no sabemos exactamente cuántos lobos se contemplan en estos cupos para Piloña, porque la estimación se hace desde la Consejería y en relación con diferentes baremos, pero sería necesario establecer un número de lobos lo más exacto posible», sugirió el portavoz de los ganaderos.
Venado cerca de los pueblos
Otro de los temas que los profesionales piloñeses pusieron sobre la mesa fue la posibilidad de que los cazadores del concejo puedan echar una mano a la hora de retirar alguno de los cánidos. «Tenemos la intención de hablar con los cazadores y exponer la situación, en otros lugares sabemos que se hace», señalaron. E indicaron cómo en algunas partidas de caza se avistan lobos. «Lógicamente sería en aquellas cacerías que vayan acompañadas por un guarda y siempre se dispararía con el permiso y supervisión del mismo», explicaron. Los ganaderos advierten de que en la actual berrea del venado se constata que estos animales también se encuentran muy cerca de los pueblos, «porque son empujados desde las zonas altas por el lobo».
Fuente: El Comercio