Un interesante artículo de Sergio Gómez, para las páginas de La Razón, Cazando en minifundios, en el que marca las directrices para la mejor caza en terrenos parcelados.
Qué son minifundios
Cada terreno en la caza tiene sus pros y sus contras, nada tiene que ver cazar en una infinita llanura de sembrados o en un monte espeso y cerrado de encinas y chaparros. Y existe un tipo de terreno que con las nuevas y abusivas prácticas agrícolas llevadas a cabo durante las últimas décadas está desapareciendo poco a poco de nuestros cotos; hablamos de los minifundios.
Los minifundios podemos definirlos como esos terrenos de caza que están formados por muchas parcelas que suelen ser de distintos propietarios y que están separadas por matorrales y por grupos de árboles formando un límite de espesura entre las distintas propiedades.
Estas cortinas de plantas entre las parcelas constituyen un refugio perfecto para la mayoría de las especies de caza menor. Bajo esta protección los animales construyen sus nidos y madrigueras y les proporciona alimento. Los cazadores siempre buscan que el agricultor deje aunque sea unos pequeños ribazos entre parcelas porque sabemos de la importantísima función que hace para las especies cinegéticas dándoles protección, refugio, alimento y tranquilidad. Pues bien, esto hecho a lo grande y con parcelas pequeñas constituyen los minifundios; un auténtico paraíso de escenario donde poder encontrar mucha caza con una buena gestión del coto.
¿Qué caza podemos encontrarnos?
Estos terrenos suponen un paraíso natural para las especies cinegéticas de menor. En cuanto a pluma nos encontraremos con perdices, faisanes junto a los bosques, las codornices si las cortinas de arbustos y árboles cercan siembras de cereal, de trigo e incluso la becada que estará presente a principios de otoño entre los matorrales y las lindes de los bosques. Hablando de especies de pelo nos podremos topar con el conejo ya que matorrales y barranqueras son perfectos para horadar la tierra y ahí es donde construyen sus madrigueras. También podremos contar con la libre que gusta de las paraderas. Aunque más raro, también podremos encontrarnos con algún corzo o jabalí e incluso podremos tener la oportunidad de hacer alguna espera nocturna donde poder abatir un buen macareno.
Cazando en mano
La caza en minifundios requiere la caza en mano como la modalidad que más disfrute y seguridad nos dará. Estos terrenos no son buenos para las batidas. No obstante cuando hablamos de caza en mano y si bien podemos disfrutar cazando en solitario, la mejor manera de hacerlo es entre dos o más personas. Cada escopeta deberá ir por un lado del matorral ya que si no, tendremos muchas papeletas de que los animales huyan hacia el lado en el que no está el cazador.
Debemos guardar ciertas pautas también en esta modalidad ya que al estar rodeados de matorrales debemos tener muchísima precaución con y extremar las medidas normales de seguridad. En los minifundios nos encontraremos ante matorrales o zarzas donde algo se mueve provocando la repentina subida de pulsaciones. En estos instantes se debe ser precavido y jamás disparar si no estamos seguros de que sea un animal de caza; nos sorprenderá las veces que puede tratarse de un animal doméstico, de algún perro o incluso de algún lugareño al que debido a la poca visibilidad del entorno ni habremos visto acercarse.
Límites de la finca
Debemos tener cuidado también con los límites de las fincas. En estas zonas los límites entre parcelas estarán marcados en muchas ocasiones por alambradas, pequeños vallados o simples puertas de madera que deben ser respetadas siempre. Supone un esfuerzo extra en la jornada pero la caza comienza en el respeto a los demás y cruzar una alambrada por encima y no por debajo y descargar el arma en estos pasos más complicados deben ser prácticas a asumir por el cazador como parte del protocolo de esta modalidad. Además de alambradas cruzaremos barrancos, saltaremos empalizadas y atravesaremos caños lo que hace de la caza en minifundios una caza muy deportiva.
Si el coto en el que vamos a cazar no es el nuestro y desconocemos la zona no está de más avisar a alguna persona conocedora de la misma para que nos acompañe en la cacería. Saber que parcelas pertenecen al coto y dónde podemos o no cazar se convierte a veces en un galimatías por la enorme difusión de pequeños recintos y sin una frontera de fácil geometría.
¿Qué perro llevo?
Los perros más indicados para este tipo de caza son los de muestra y polivalentes. Pointers o bracos alemanes son reyes de la muestra y serán perros muy válidos aunque por el entorno dificultoso son más usados perros más polivalentes que hacen tanto a la pluma como el pelo, que tienen buen cobro, valentía, resistencia y buen pelo para cazar entre tanto obstáculo.
Epagneul bretón: tenemos un perro muy polivalente, de gran olfato, muy “atrevido”, bueno en el cobro y además de un tamaño medio. Su carácter aunque algo nervioso nos permitirá una buena educación y hacernos con un bretón nos asegura tener un perro para cualquier tipo de caza y en cualquier entorno.
Springer spaniel: Si algo podemos destacar del springer spaniel es que además de compartir características con el epagenul bretón esta raza cuenta con una resistencia asombrosa que le hace incansable.
Retrievers: Ir acompañados además de por un perro de muestra de un retriever hará que nos perdamos piezas abatidas por no encontrarlas. Muchas veces estos perros son de ayuda cobrando pájaros entre los matorrales.
Cómo mantener los minifundios
Al ser pequeños terrenos que no han sido unificados son pocos ya los sitios donde podemos encontrar minifundios. Las concentraciones parcelarias hicieron mucho mal para la caza al eliminar estos entornos suprimiendo lindes, matorrales, etc.
Gestionar la caza en los minifundios se antoja muy difícil ya que no se puede controlar como en las llanuras y por lo tanto el plan cinegético debe hacerse a conciencia ya que es muy difícil hacer un buen conteo de las poblaciones de animales y las repoblaciones son muy delicadas.
La mejor manera de mantener los minifundios es con el propio comportamiento del cazador y esto es respetando a los agricultores y dueños de cada parcela, no tirando alambradas, verjas o puertas al pasar de un sitio a otro y en definitiva hacer uso del sentido común. En caso de que el terreno sea de nuestra propiedad seguir manteniendo cada ribazo y matorral nos asegurará que las especies de caza sigan encontrando en los minifundios su hogar. Pero tampoco olvidemos que también representa un refugio perfecto para depredadores y alimañas donde tienen un buen escondite y matorrales llenos de bayas así que contar con un técnico competente para el control de los depredadores es más que recomendable.
Fuente: La Razón