Para un perdicero como yo , volver a casa ‘bolo’ significa que las perdices han sido mejores que yo en la jornada, pero ayer no. Ayer un día de viento y lluvia, cambié de cazadero y recorrí durante tres horas la zona conocida como ‘El Arrejaque’ y alrededores.
Es ésta una zona con muchos accidentes del terreno, con abrigadas y barrancos donde las perdices tienen su querencia en días de fuerte viento y lluvia. No es la primera vez que sorprendo un bando arrancando de mis pies y hago un doblete o no toco pluma en estos parajes. En esta zona el año pasado quedó un bando con más de veinte perdices y en la media veda se veían cuatro bandos muy nutridos y tenía muy buenas expectativas en la jornada de ayer.
En tres horas y quince kilómetros de caminata, recorriendo todas las abrigadas, querencias y posibles dormideros, no conseguí ver una sola perdiz, ni cerca ni lejos ni a peón ni volando.
¿Qué ha ocurrido? Quiero pensar que no acerté a dar con ellas o se me escabulleron, pero lo dudo mucho. Hablo de cuatro bandos que en septiembre contaban con unas quince perdices cada uno de media, ¿y no ver ninguna? Algo raro ha ocurrido aquí desde mediados de octubre hasta la fecha. No es que me invente nada, pues el día 23 de octubre, en un gancho al zorro, más de diez personas pudimos observar un bando de más de treinta perdices a la abrigada de un pinar tomando el sol, y algunos de mis amigos tienen un vídeo que les mandé con más de veinticinco perdices.
Sólo hay algo que ha cambiado desde entonces: ¡¡la sementera!!
El producto con el que la semilla viene blindada es tan perjudicial para toda la fauna que nos quedamos sin la reina de nuestros campos. Estoy cansado, por no decir otra cosa, de tanta gente que se rasga las vestiduras, insulta, amenaza y muchas cosas más cuando ven la foto de un zorro, un lobo, una paloma o un toro muerto, cuando lo que de verdad está en extinción es la auténtica perdiz roja, pero de ella no se acuerdan porque las perdices a ellos no les da dinero no les llena los bolsillos, en definitiva, ¡no les da votos!
¿Estos son los ecologistas? Ecologista soy yo, que paseo por el campo y me paro a ver o fotografiar lo mismo una araña que un milano real. Ecologista soy yo, que ayer veía como las pisadas de las perdices en un sembrado evidenciaban que habían estado comiendo el maldito trigo, ¡el puto veneno!, y me daban ganas de…
Desilusionado, y enfadado, ése era mi estado ayer y de haber escrito esto ayer no sería tan comedido. Algunos pensaran que yo quiero que haya perdices para después cazarlas , ¿y?, ¿algún problema? Es mejor cazar y conservar que dejar de cazar por extinción y, al paso que vamos, un servidor dejará de cazar porque la verdadera perdiz roja se ha extinguido ¡y no por culpa de la caza!
Si esto lo firmase alguien con renombre, posiblemente a algún laboratorio agrario se le caería el pelo, pero lo firmo yo, un cazador ecologista, amante del campo y que ve como su pasión, la caza de la perdiz roja al salto, está llegando a sus últimos días por culpa de la mierda de los productos fitosanitarios que se vierten al campo. No creo que tarde muchos años en decir que soy un ex perdicero.
Por Juan Lobón