Los cazadores adoptamos cierto aire de victimismo cuando la prensa generalista nos cita.
Últimamente viene sucediendo esto, cuando los medios de comunicación hablan perrerías de alguno que es o ha sido cazador a lo largo de su vida, y relacionan su afición con la tenencia de armas, desgraciadamente, con el mal uso de ellas.
Dentro de que algunos quieran hacer mas sangre que otros a la hora de escribir, lo cierto es que en España, solo hay dos motivos deportivos que puedan respaldar la tenencia de armas largas en un domicilio: La caza o el tiro deportivo.
Por tanto, comentarios como que determinado individuo tenía armas a su alcance como consecuencia de su afición a la caza o al tiro, no deben hacernos sentir mal al resto de los cazadores o tiradores que tenemos armas y sabemos hacer uso de ellas. Del mismo modo que cuando un conductor provoca un accidente por violar las normas de tráfico, los demás conductores, por el hecho de serlo, no nos sentimos ni agraviados ni concernidos.
“El individuo, carnicero de profesión, descuartizo y metió en bolsas a su mujer, para después enterrarla en el bosque”.
No creo que el resto de carniceros del universo mundo, se sientan mal, porque se vincule al asesino con un oficio que requiere destreza en el uso de los cuchillos.
Otra cosa es que le den la noticia a alguien que no tiene ni zorra idea de lo que habla, y que por hinchar el perro (como se dice en periodismo cuando no hay material o conocimiento y se rellena el espacio como sea) tire de lo que pilla y lo primero claro, es vincular al asesino con una actividad que le permita tener armas largas a su alcance, sin tener en cuenta (más por ignorancia que por intención), que alguien pueda sentirse mal porque se vincule el acto con un colectivo determinado.
A propósito del tratamiento que se nos da a los cazadores en la prensa generalista reproduzco un texto del que conservo el original y que si es verdaremente ofensivo por la ignorancia con la que se trata un accidente que gracias a Dios no tuvo consecuencias irreparables, sufriendo la victima menos daño que si se hubiera caído de la bicicleta.
Dice la crónica, que un menor recibió el impacto de doscientos perdigones en el glúteo. No se quien los contaría, pero si hubiera recibido un impacto con munición del ocho que hubiera permitido impactar doscientos perdigones en el culo de un niño, la distancia necesaria para reunir esa concentración habría destrozado al niño al extremo de ser inviable con la vida (Quien lo dude puede hacer la prueba con una plancha de aglomerado de 16mm. disparando a cuatro metros, con una escopeta del doce y munición del ocho). Después, asegura el redactor de la noticia, que el conejo se caza con rifle. Luego habla de que al niño se le incustraron doscientas postas (Con doscientas postas supongo que se puede enviar al otro mundo a una manada de vacas.).
Es horroroso la falta de respeto con la que algunos medios tratan este tipo de información, y lo peor de todo es que el que no es cazador lo lee y lógicamente se hecha las manos a la cabeza, para automáticamente, identificar cazador con bárbaro medieval armado.
Aquí además del desconocimiento, la incapacidad y la incompetencia, creo que si se detecta una animadversión hacia el mundo de la caza.
Se imaginan que el redactor de deportes dijera algo como:
“En el segundo tiempo del partido de ciento treinta minutos de duración, el defensa Iñigo se lanzó contra Messi, incustrándole los tacos de acero afilado con punta de tungsteno, que usan en este deporte, en la zona del cuádriceps, que como ustedes saben se sitúa a la altura del cuello. La agresión fue secundada con un golpe con la porra eléctrica del jugador, que debido al uso de este arma llaman defensa, que alcanzó al delantero del Barcelona en la parte inferior del labio, teniendo que ser atendido de cornada envainada con dos trayectorias en la zona inguinal, que produjo rotura del vasto anterior y perdida de masa muscular. Siendo atendido en la enfermería del Camp Nou por el cirujano del campo. El árbitro del encuentro señaló falta fuera del área que sacó el propio Messi una vez recuperado del incidente. El lanzamiento salió por la línea de corner, por lo que el tanto subió al marcador, dando la victoria al equipo local”.
¡Pues lo cesan!. ¡Ea! Pues a este ni le regañaron, para que se aprecie la diferencia. A partir de ahora, en cada cacería deberíamos terminar nuestra oración dicendo : …y líbranos señor de la prensa generalista, amen.