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CRÓNICA DE EL AZUCHE (SIERRA)
GESCAZA POR ADMINISTRACIÓN
Había, sin duda, una cita marcada en rojo en el calendario del año que recién entra, que era ineludible.
El 11 de enero lucía como un día que prometía ser especial, en el cual iba a acompañar a Gescaza, monteando una de las fincas señeras de Extremadura, hablo de El Azuche.
Durante los días previos el amigo Juan Antonio se encargaba una y otra vez de bajarnos las expectativas, dado que las poníamos por los cielos.
Pero es que con los precedentes que tiene y conociendo el terreno no era para plantearse menos de lo que allí iba a acontecer.
Casi sin pegar ojo
Llegó el día de autos, por la noche casi sin pegar ojo partíamos hacia el punto de reunión, donde nos esperaban amablemente para indicarlos el lugar donde se encontraba el desayuno, el cual pudimos disfrutar con el resto de compañeros monteros.
Tras esperar un poco debido al pequeño retraso de un grupo de cazadores ucranianos, comenzamos a escuchar las últimas indicaciones mientras un mal llamado ‘ecologista’, con ganas de que le corrieran la cara a gorrazos no dejaba de soltar improperios desde una distancia prudencial.
A Dios gracias, que todos los allí presentes teníamos cuatro veces más educación que aquel individuo que acabó por aburrirse y marchar del lugar mientras rezábamos por los monteros que ya no están.
Sorteo y salida de las armadas
Tras el mismo fueron sonando los nombres en el sorteo, y las armadas marchaban al son de irse completando para no perder tiempo.
Había algunas que tardarían en ellar dado que tenían que rodear la finca.
Fueron saliendo Merinero, Valdihuelo, La Jarilla, Morros, Rivera y nuestro nombre seguía sin salir, posteriormente Fuente Umbril, La Solana y el Manzano.
Los nervios a flor de piel y cuando se estaba sorteando Rompealbarda fue nuestro turno, el 3 era el lugar escogido. Sobre el papel ni fu ni fa.
El 3 de Rompealbarda no me gustaba, me encantaba
Partíamos hacia las posturas con gran ilusión y el camino se nos hizo eterno, pero cuando nos dimos cuenta ya estábamos dejando al compañero del 1, un acero cortando el monte, enterito para el.
El 2, ídem de ídem, la cosa no me gustaba, pero cuando íbamos coronando la sierra pude comprobar que el 3 estaba en la caída, no me gustaba, me encantaba, por tener que tomar si o si cualquier animal en su huida aquel ‘espigonito’ de monte que separaba la mancha del resto del sopié para buscar el monte más cercano.
La cosa pintaba muy bien
Nos dejaba el postor en nuestro sitio y nos daba las indicaciones sobre el terreno sobre entrada de rehalas y corridas de las reses mientras ya retumbaban los disparos de otros compañeros en la mancha, la cosa pintaba muy bien.
No tardamos en cargar el rifle y situar las sillas, el espectáculo ya había comenzado aunque los verdaderos actores, las rehalas no estaban aún en el escenario.
Inquietud de estos primeros instantes en los que un vídeo al puesto y el cotilleo por las redes de los puestos de los amigos Luis, Félix, nos hacían entrar en situación.
Una pelota de gamos antes de soltar
Antes de soltar se presenta una pelota de gamos entre la que venían dos venados, quedándonos con un gamo y pinchando otro. Ahí comenzó todo…
La suelta de las rehalas era inminente y ya había detonaciones por todas partes, las reses corrían inquietas pero lo mejor del espectáculo estaba por llegar.
Explosión de caza tras la suelta
Tras la suelta se produjo una explosión de caza, con perros que corrían tras los guarros, reses que corrían tras los perros, todo un atropeyo que se iba solucionando al son de los disparos.
Llegaban noticias por el móvil –«¡maldita cobertura!»– de abatimientos como la jabalina de Luis, o el venado de Parish, aquello sabía a gloria.
El capitán de montería iba guiando las distintas manos desde su torreta la cual veíamos desde nuestra postura mientras no dejábamos de tener lances, era ahora un jabalí el que nos ganaba la partida…
Rehala Los Valientes
Aquello parecía un baile, con caza de ida y con rehalas que paraban en los momentos indicados y apretaban cuando había que apretar.
Así, llegaba a nuestra posición la rehala Los Valientes, indicándole al amigo Serafín que en la primera pelota de reses que tiramos iba un gamo pegado.
Le di la dirección y allí metió a sus guerreros que poco tardaron en dar con el y hacerlo correr hacia la linde donde fue apresado.
Corríamos a su encuentro los tres, poniendo punto y final con mano diestra al envite la amiga Leticia.
Llegaban buenas noticias, otro venado para el amigo Luis en su postura y cuatro guarros para Jose Alberto, la finca no es que estuviera cumpliendo las expectativas, es que las estaba superando con creces.
A las dos y media el capitán ordenaba parar la montería, había caza, mucha abatida…
La montería seguía en punto álgido a pesar de llevar ya más de dos horas de acción.
Otro jabalí se presentaba en nuestra postura y este sí entregaba la cuchara.
Las dos y media marcaba el reloj cuando el capitán ordenaba por las emisoras parar la montería, había caza, mucha abatida y a pesar de que todavía quedaba mancha por cazar, prácticamente todos los monteros habían tenido su oportunidad.
Catorce jabalíes tirados, ocho piezas cobradas… ¡bendita locura!
Hubo un cazador ucraniano que en la armada de Fuente Umbril disfrutaba catorce lances distintos a jabalí.
El amigo Luis con cuatro animales abatidos, nosotros con ocho cobrados, el amigo Parish con seis, Igor Díez tampoco se quedó atrás, triunfó el amigo Pelayo haciéndose con el mejor venado de la montería y también nuestro amigo Máximo que se hacía con uno de los mejores jabalíes del plantel además de con un gamo.
Hasta el catering fue sobresaliente
Sobre las tres llegábamos a la comida donde nos esperaba un magnífico catering de la mano de La Montería de Aliseda, degustando unos magníficos entrantes a los que seguían unos garbanzos y una sopa para quitarse el sombrero.
Allí mismo, nos dieron el parte de resultados mientras se sacaba la caza a las instalaciones cercanas.
Un sueño cumplido
El plantel, digno de mención, con ciento seis jabalíes destacando ocho magníficas bocas (seis de las cuales serán medallables) y otros nueve navajeros, quince gamos, con tres de ellos muy por encima de la media, sesenta y cinco venados con algunos de magnífico porte entre ellos, tres zorros y sesenta y seis hembras entre ciervas y gamas.
Sin duda, un sueño cumplido para el montero que suscribe y una finca que a todo cuanto la visita deja marcado.
Volveremos a vernos…
Crónica y fotografías de Carlos Casilda Sánchez
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización por administración: Gescaza
Fecha: 11 de enero de 2025
Finca: El Azuche / Finca abierta / Mancha: Sierra
Hectáreas monteadas: aproximadamente 600
Localidad: Herrera del Duque, Badajoz
Puestos: 52 / Sin cupo / Rehalas: 17
Venados: 65 (homologaciones pendientes)
Jabalíes: 106 (8 machos grandes y 9 navajeros más, con 6 medallables)
Gamos: 15 (homologaciones pendientes)
Ciervas y gamas: 66
Zorros: 3