Amenazan con no participar en ninguna batida o montería en Soria y alertan del peligro de no controlar la población de jabalí.
A su juicio las inspecciones, con 17 propietarios de perros investigados por maltrato animal y 177 infracciones administrativas detectadas, ponen toda la presión en quienes tienen a sus animales legalmente y no en quienes ni siquiera están registrados.
La Asociación de Rehalas Regionales (Arrecal), a través de su presidente en funciones, José Sanz, emitió un comunicado en el que «considera lamentable que se haya puesto en marcha en la provincia de Soria una campaña como la denominada Operación Podenco que está claramente dirigida por el animalismo y cuyo único objetivo es imponer un castigo ejemplar a un sector que siempre ha destacado por ser escrupuloso en el cumplimiento de la normativa».
Ante esta situación, Arrecal celebró el pasado jueves una reunión de urgencia centrada en valorar esta operación. Para la asociación «tiene claros matices ideológicos» y «afecta a un colectivo que dentro de las provincias de Castilla y León es ejemplar en tener adaptados sus núcleos zoológicos, cumplir con todas las medidas en transporte y desinfección y mantener una atención constante a los animales en cuanto a bienestar animal».
A juicio de los rehaleros, la Operación Podencos se ha centrado en quienes están legalmente registrados dejando de lado a los ilegales. Por ello llegan a considerar un «objetivo» el «olvidarse de los que no cumplen con la legalidad vigente y comprobar a todos los que figuran en los listados de la administración con todos los documentos legales, imponiéndoles castigos de tal magnitud que rayan el desprecio que se debe a unas personas que sufren una gravísima persecución y que cumplen escrupulosamente las normas, precisamente por disponer la Administración de toda la información legal de todos los núcleos zoológicos de la provincia».
Desde Arrecal aseveraron que este tipo de actuaciones quieren «desestabilizar a nuestra sociedad, y que están detrás personas carentes de escrúpulos ante todo lo que no sea implantar medidas sectarias y excluyentes, un nuevo fanatismo que antes se disfrazaba de simbología política y ahora ha cambiado hacia la bandera del ecologismo–animalismo que tanto gusta en el mundo urbano». También hubo palabras duras para algunos «funcionarios a los que se les presupone imparcialidad, pero, que con sus actos se vuelcan en el populismo».
Desde el colectivo de rehaleros también están dispuestos a adoptar medidas de presión contundentes «si se persiste en este acoso». Para ello cuentan «con el apoyo de la Oficina Nacional de la Caza y de la Real Federación Española de Caza» a la hora de informar «a la dirección de Agricultura y Ganadería de esta provincia y a la del Medio Natural, así como a todos los cazadores de todo el país de que como primera medida los rehaleros no cazaremos en ninguna batida ni montería que se vaya a celebrar en la provincia de Soria».
«De esta forma, y ante tanto acoso y sinrazón», prosiguieron desde Arrecal, «los rehaleros harán acto de presencia con sus perros, entregándolos si fuera preciso». Esto supondría un golpe económico para el sector además de un impacto directo sobre los montes de Soria. Cabe recordar que por ejemplo este año se tuvieron que implementar medidas excepcionales ante el descontrol de la población de corzos y su incidencia sobre los accidentes de tráfico y la agricultura.
El colectivo de rehaleros aseveró que «no jugamos al escondite» con la administración pero los intentos de establecer una comunicación fluida no han dado frutos. Arrecal «ha intentado en infinidad de ocasiones dialogar para que se apliquen las medidas reales y legales que corresponda frente a cualquier infracción, pero no admitirá jamás la criminalización de un colectivo por el simple hecho cazar con sus perros, tal y como se ha venido realizando desde el inicio de la actividad humana». De esta forma defienden que no se oponen a que se controle la actividad, pero sí al «acoso» de los últimos tiempos.
Como ejemplo de la importancia de su actividad lamentaron que «en estos momentos de gravísima alerta sanitaria por peste porcina africana, y cuando los países miembros de la Unión Europea están solicitando la colaboración de todos los cazadores para reducir las poblaciones de jabalí, esta medida pueda suponer un aumento en las poblaciones y un consiguiente aumento de riesgo sanitario y de accidentes de tráfico, hecho que en la provincia de Soria supone daños humanos y materiales que el sector cinegético ayuda a reducir». Por ello, si no se establece un control razonable y vías de diálogo apuntan implícitamente a que la rebelión podría tener consecuencias para toda la provincia.
Fuente: heraldodiariodesoria.es