Datos no oficiales del Seprona muestran un alto incremento del furtivismo sobre piezas de caza para abastecer la despensa, una práctica que ha aumentado con la crisis económica.
El furtivismo se materializa sobre ejemplares hembra de caza mayor, por lo tanto sin trofeo, y los implicados reconocen recurrir a este tipo de caza ilegal cuando son detectados por la Guardia Civil, según publica El Confidencial Digital.
Las fuentes consultadas por el citado medio afirman que, por tratarse de hembras, el infractor está buscando carne para su propio consumo y no para la posesión o venta de trofeos de caza más o menos destacados.
Sin embargo, también se muestra que muchos furtivos realizan sus cacerías provistos con silenciadores y aparatos de visión nocturna, y que a veces también buscan una pieza con trofeo, que pueda ser vendido, como una fuente de ingresos extra. Así mismo es frecuente la presencia de aficionados que, no pudiendo pagar el valor actual de un permiso de caza de una determinada especie, recurren al furtivismo para lograr, a un tiempo, ambos objetivos: carne para consumir y un trofeo bien para uso personal o para su posterior venta, como hemos indicado.
