La organización Elephants Without Borders ha denunciado el hallazgo de 87 cadáveres de elefantes cerca del delta de Okavango, uno de los parques naturales más conocidos de Botsuana, al sur de África.
Las imágenes de los elefantes muertos han sido capturadas mediante un estudio aéreo que ha revelado además los cadáveres de tres rinocerontes blancos. Todos los elefantes tenían los colmillos arrancados.
El país cuenta con la población de elefantes más grande del mundo y, tradicionalmente, la reputación de Botsuana le había conferido el puesto de país implacable con los furtivos, al contar con unidades entrenadas y armadas de lucha contra el furtivismo y hasta hace poco había conseguido evitar las pérdidas de elefantes que sí estaban registrando otros países africanos.
Ahora, tras la decisión tomada el pasado mayo por el Gobierno de desarmar estas unidades por motivos presupuestarios, los furtivos están infiltrándose a través de sus fronteras, tras los colmillos de estos animales.