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Mixomatosis en liebres: así actúa Castilla-La Mancha mientras remiten decenas de brotes

Con fecha de 19 de diciembre de 2018, la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural publicó el último mapa de la situación de la enfermedad. Según este documento, con esa fecha había detectados en Castilla-La Mancha focos de mixomatosis en liebres y conejos en unos 80 municipios de la comunidad autónoma y sospechas de la enfermedad en otros 30.
El pasado mes de octubre, el Gobierno hizo público un protocolo y se informó de la recogida de encuestas epidemiológicas en todos los cotos de caza donde se detectó la enfermedad, con la intención de conocer los detalles posibles de la situación. Cesaron las autorizaciones de translocaciones de conejos y liebres silvestres procedentes de las áreas afectadas.

Por provincias, Ciudad Real es la zona donde más se identificaron: en Horcajo de los Montes, Navalpino, Piedrabuena, Saceruela, Almodóvar del Campo, Malagón, Corral de Calatrava, Villamayor de Calatrava, Puertollano, Herencia, Villarrubia de los Ojos, Daimiel, Miguelturra, Almagro, Aldea del Rey, Manzanares, La Solana, Valdepeñas, Villanueva de los Infantes, Torrenueva, Torre de Juan Abad, Tomelloso, Viso del Marqués, Almuradiel, Pedro Muñoz, Campo de Criptana, Socuéllamos y Argamasilla de Alba.

Por número de brotes se sitúa en segundo lugar la provincia de Toledo: Alcaudete de la Jara, La Pueblanueva, Los Cerralbos, Escalona, Camarena, Arcicóllar, Gerindote, Navahermosa, Guadamur, Olías del Rey, Alameda de la Sagra, Yepes, Villasequilla, Mascaraque, Santa Cruz de la Zarza, Villatobas, Lillo, Madridejos, Cabezamesada, Villacañas, Turleque, Mora, Orgaz, Mazarambroz y El Toboso. También en Albacete, los casos detectados superan la docena: Vilarrobledo, Minaya, La Roda, Tarazona de la Mancha, Cenizate, Casas de Ves, Alcalá del Júcar, Casas de Juan Núñez, La Gineta, Balazote, Alcaraz, Elche de la Sierra, Hellín, Fuente-Álamo, Almansa, Bonete, Alpera, Hoya-Gonzalo y Chinchilla de Montearagón.

Mapa de la situación en Castilla-La Mancha. © Consejería de Medio Ambiente.

En Guadalajara, tan solo aparecen confirmados algunos casos en Sacedón, Zorita de los Canes y Pareja, y en Cuenca, en Moya, Landete, El Peral, Quintanar del Rey, Belmonte y el original de Mota del Cuervo. En el caso conquense, son más los brotes que aún están por confirmar: en Cañada del Hoyo, Carboneras de Guadazaón, Tresjuncos, Osa de la Vega, San Clemente, El Provencio, Olmedilla de Alarcón, Alarcón, Vara de Rey, Casas de los Pinos e Iniesta, entre otros.

Inicio del brote

Durante el pasado verano, las autoridades de sanidad animal detectaron en Córdoba una mortalidad anormal en liebres sobre la que se inició una investigación epidemiológica. Dio como resultado el diagnóstico de mixomatosis como causa de las muertes. Se trata de una enfermedad vírica, descrita por primera vez en España 1919 y la transmisión se produce principalmente a través del mosquito. Debido a la aparición estacional de estos insectos, la incidencia de la mixomatosis es mayor en los meses calurosos y húmedos.

El brote apareció también durante el mes de julio en Castilla-La Mancha, concretamente en los municipios de Mota de Cuervo (Cuenca), Pedro Muñoz y Socuéllamos (Ciudad Real). Desde ese momento, la Dirección General de Política Forestal y Espacios puso en marcha, como medida preventiva, las actuaciones contempladas en el Plan de Vigilancia Sanitaria de Fauna Silvestre. Según el informe emitido al respecto por el Gobierno regional, esta situación no es muy habitual pero “no debe llevar a ninguna situación de alarma”, porque “en ningún caso causa problemas para la salud pública ni existe posibilidad de transmisión al ser humano, al no ser una zoonosis”, es decir, enfermedades que sí se contagian a las personas.

Sin embargo, en este informe sí que se apuntó a la necesidad de mantener la alerta y tomar una serie de medidas en caso de detectar en el campo liebres muertas. Las principales recomendaciones de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural a este respecto son no manipular ejemplares enfermos o cadáveres encontrados en el terreno y avisar lo antes posible al Servicio Veterinario Oficial de las Oficina Comarcal Agraria correspondiente, o a los agentes medioambientales de la zona, que adoptarán las medidas adecuadas para la oportuna investigación epidemiológica. En caso de no obtener respuesta inmediata, se recomienda enterrar los cadáveres en cal viva, manipulándolos siempre con guantes.

Actualmente, según técnicos de la Consejería de Medio Ambiente y del Ministerio de Agricultura, está remitiendo por las bajas temperaturas.

Desde algunas asociaciones de cazadores de liebres apuntan que si bien la hipótesis de que los casos sucedidos son siempre estacionales y remiten con el invierno, consideran conveniente realizar más análisis de ejemplares muertos para detectar si se trata de una cepa clásica del virus o de una nueva variante. El objetivo sería descartar otros patógenos. Recuerdan que al tratarse de una enfermedad estacional, es lógico que con la llegada del otoño e invierno el número de casos descienda, si bien las instituciones con competencias en materia de medio ambiente y/o sanidad animal, así como las asociaciones de cazadores y guardias rurales, deberían “estar alerta observando la evolución del brote”.

Durante el pasado verano, las autoridades de sanidad animal detectaron en Córdoba una mortalidad anormal en liebres sobre la que se inició una investigación epidemiológica. Dio como resultado el diagnóstico de mixomatosis como causa de las muertes. Se trata de una enfermedad vírica, según el Colegio Oficial de Veterinarios, caracterizada por la presentación de múltiples lesiones y que afecta principalmente a liebres y conejos silvestres. Fue descrita por primera vez en España 1919 y la transmisión se produce principalmente a través del mosquito. Debido a la aparición estacional de estos insectos, la incidencia de la mixomatosis es mayor en los meses calurosos y húmedos. Actualmente, según técnicos de la Consejería de Medio Ambiente y del Ministerio de Agricultura, está remitiendo por las bajas temperaturas.

El brote apareció también durante el mes de julio en Castilla-La Mancha, concretamente en los municipios de Mota de Cuervo (Cuenca), Pedro Muñoz y Socuéllamos (Ciudad Real). Desde ese momento, la Dirección General de Política Forestal y Espacios puso en marcha, como medida preventiva, las actuaciones contempladas en el Plan de Vigilancia Sanitaria de Fauna Silvestre. Según el informe emitido al respecto por el Gobierno regional, esta situación no es muy habitual pero “no debe llevar a ninguna situación de alarma”, porque “en ningún caso causa problemas para la salud pública ni existe posibilidad de transmisión al ser humano, al no ser una zoonosis”, es decir, enfermedades que sí se contagian a las personas.

Fuente: eldiario.es

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