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España es el segundo país del Mediterráneo donde más superficie arde cada año, alerta WWF

 

  • En nuestro país arden de media cerca de 100.000 hectáreas cada año en más de 12.000 siniestros
  • España comparte este grave problema con la parte mediterránea de Francia, Italia, Grecia, Portugal y Turquía. Por ello, los seis países se han unido para elaborar el primer informe mediterráneo sobre incendios

En España arden de media cerca de 100.000 hectáreas cada año en más de 12.000 incendios forestales. Esto lo convierte en el segundo país mediterráneo donde más superficie se quema, solo por detrás de Portugal. Así lo explica el informe anual de incendios de WWF “Arde el Mediterráneo”, elaborado conjuntamente por primera vez con las oficinas de WWF en Francia, Italia, Grecia, Portugal y Turquía por su especial vulnerabilidad ante los incendios, una situación que se agrava con el cambio climático. En el informe, la organización alerta de que estos países mediterráneos se enfrentan a la misma emergencia y pide a los gobiernos que unan esfuerzos en una Estrategia de Prevención de Incendios comunitaria.

Más del 80% de la superficie total que se quema cada año en el continente europeo pertenece a Portugal, España, Francia, Italia, Grecia y Turquía. Sus montes arden año tras año una media de 375.000 hectáreas en más de 56.000 siniestros, con importantes daños ambientales y económicos y con un serio riesgo para las vidas humanas.

El informe señala que, a pesar de la tendencia general decreciente en el número de incendios y en la superficie quemada desde la década de los ochenta, hay una peligrosa tendencia: los grandes incendios forestales (GIF), aquellos en los que arden más de 500 hectáreas. En España, en la última década, la proporción de GIF respecto al total de siniestros ha incrementado en un 20% y son, además, un 15% más grandes. De hecho, la oleada de incendios que recorre nuestro país ha calcinado al menos 10.000 hectáreas en apenas cinco días y las previsiones de un verano seco, largo y caluroso hacen temer que no serán los únicos.

Pero, además, ha aparecido una nueva generación de incendios en la Europa mediterránea: los superincendios, fuegos muy veloces, letales e imposibles de apagar a pesar de los avanzados dispositivos de extinción. 

Así, los incendios han dejado de ser un problema forestal o rural para convertirse en emergencias civiles. Entre las causas, la alta siniestralidad debido a una arraigada cultura de fuego –quema de rastrojos, fogatas, etc.-, un paisaje con grandes acumulaciones de combustible altamente inflamable debido al abandono de usos, la ausencia de gestión y planificación forestal, casas intercaladas en el monte y el cambio climático, que proporcionan la receta perfecta para estos incendios.

A escala nacional, WWF pide que se reduzca la alta siniestralidad, incrementando los esfuerzos en investigación de las causas y motivaciones de los incendios para adaptar las soluciones y acabar con la impunidad. Además, considera imprescindible reducir la inflamabilidad del paisaje, priorizando para ello las zonas de mayor riesgo de incendios forestales y promover planes de prevención basados en diversificar los usos y aprovechamientos, fomentar la gestión forestal, apostar por la ganadería extensiva y los sistemas agroforestales. Por último, WWF insiste en la importancia de combatir el cambio climático, que acelera e intensifica este grave problema.

 

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