En los últimos años, las autoridades europeas, y consecuentemente las españolas, han recogido una percepción generalizada entre la población, preocupada por las contaminaciones, y se han puesto entre sus objetivos la progresiva e inexorable sustitución del plomo en los componentes de todo tipo, entre ellos, en la munición empleada para la caza.
Al margen de su mayor o menor toxicidad para la salud de las personas y en función de su repercusión en la naturaleza y las especies, la política emprendida es su desaparición a medio plazo. Las organizaciones de cazadores europeas, y entre ellas la Real Federación de Caza, son conscientes de esta situación y han dado ya pasos para intentar paliar los efectos. Así, la Federación de Asociaciones de Cazadores de la Unión Europea (FACE) que agrupa a más de siete millones de cazadores de los distintos países europeos, ya ha recogido esa preocupación en el dossier informativo de su Asamblea General (apéndice IV) del 5 de septiembre de 2011, en el que señala en relación a este tema: “Debemos por lo tanto demostrar liderazgo en esta materia. FACE continúa coordinando con todos sus socios iniciativas para anticipar y gestionar soluciones relacionadas con la munición”.
Las diversas directivas de la Unión Europea apuntan sistemáticamente en esa dirección y a la prohibición ya establecida del uso del plomo en los humedales es predecible que se sumen otras de forma cada vez más generalizada, con lo que ello supone para la caza en el futuro. Son precisamente estas circunstancias, tras haberse logrado por la RFEC diversas moratorias, las que han motivado que desde el año 2001 la Federación haya realizado un importante esfuerzo, apoyada la entidad federativa por la aseguradora Mutuasport en la financiación, en un proyecto para lograr un elemento sustitutivo del plomo.
Desde que se produce la publicación del Decreto 58/2001, que estableció la primera prohibición, además de estar en permanente contacto con la Administración, se ha venido trabajando en un nuevo material con resultados esperanzadores. En este sentido, el logro de una munición que no tenga en sus componentes el plomo, con una patente que ya está registrada por sus promotores (entre los que figura la RFEC de forma destacada), afronta en estos momentos sus últimas pruebas técnicas y de desarrollo final para comprobar su eficacia, con lo que se abren unas expectativas muy alentadoras, tanto para todos los cazadores como para la propia industria, y también para los armeros, que debiera haber sido pioneros en este campo.
Por su parte, la AFEC, que agrupa a la totalidad de los fabricantes españoles de cartuchería de caza y deportiva, “defiende cualquier avance tecnológico y medioambiental, como puede ser la sustitución del plomo por otros materiales que puedan ser tan efectivos y sobre todo aceptables socialmente por el mundo de la caza”. También dice que en el momento en que “exista un cartucho económico y viable con perdigones sustitutivos a los del plomo –lo que no se da hasta el momento- la industria española será la primera que defenderá su implantación genérica”.
Si todas las pruebas son positivas, si se cumplen las condiciones de viabilidad económica del proyecto y, sobre todo, si resulta muy accesible en cuanto a precio y prestaciones para el cazador español, la RFEC apostará por su implantación para cumplir con la normativa en este terreno que se va a ir estableciendo a nivel europeo, en caso contrario, se opondrá rotundamente como viene haciendo hasta la fecha.
Por último, ante la polémica que se ha abierto en relación con este tema de la munición alternativa a la de plomo y al proyecto puesto en marcha, la RFEC asegura la total transparencia en todo el proceso, con información de la forma en que se ha llevado a cabo a disposición de todos los medios. Asimismo, a propuesta del presidente, Andrés Gutiérrez Lara, se ha creado una comisión federativa que analizará todos los aspectos relacionados con este asunto e informará de las conclusiones.