El profesor Jeffery y sus colegas de University College London, trabajando en conjunto con la Universidad de Tromsø, en Noruega, acaban de descubrir que los ojos de los renos cambian de color del dorado al azul en el transcurso de un año.
El estudio reveló que estos animales tienen una adaptación única a los inviernos árticos, en los cuales experimentan luz del día continua en el verano y oscuridad absoluta en el invierno. Como muchos otros mamíferos, los renos reflejan la mayoría de la luz a través de la retina durante los veranos y es por ello que parecen dorados.
En el invierno interviene una especie de visión nocturna aumentada, en la cual una capa de tejido detrás de la retina se vuelve menos reflectora y se ve azul. Este cambio es vital para ayudarlos a sobrevivir las intensas condiciones árticas.
“Esto les da mucha ventaja cuando se trata de rastrear depredadores, lo cual puede salvar su vida”, apuntó Jeffery. “Es la primera vez que se ha visto un cambio de color de este tipo en mamíferos. Al cambiar el color de sus ojos, los renos tienen flexibilidad para adaptarse mejor a las diferencias extremas entre los niveles de luz de su hábitat con el paso de las estaciones”.
El estudio más reciente ha sido financiado por el Consejo de Investigación de Biotecnología y Ciencias Biológicas, uno de los siete miembros de los Consejos de Investigación del Reino Unido respaldado por el Gobierno.
En el siguiente vídeo Jeffery explica el proceso de su investigación (en inglés):