Caza Menor

Perdices y rosas

perdices y rosas

Muchas monterías, demasiadas quizás. Y sus crónicas. Para desengrasar un poco hay que escribir de otras cosas.

Perdices y rosas o la excusa por juntar ambas en un bodegón fotográfico. ¿Hay algún nexo de unión más?

Ya a primeros de diciembre, por mucho que se empeñe el cambio climático, las perdices van estando ‘duras’. Otoño con cara de invierno. Llega el frío, si es que ya no está aquí.

Y las primeras heladas.

Las perdices andan muy resabiadas. Somos muchos a los que nos gusta cazarlas.

Por lo visto a veces se pueden podar los rosales en esta época. Lo que sí es seguro es que aún quedan rosas, aunque estén marchitas. Lo mismo en este caso sí que tiene que ver algo el cambio climático. Tampoco lo sé…

«Tampoco lo sé, por lo visto»… no me tiren de las orejas si que equivoco, por favor, que ahora es un simple aficionado a cazar perdices en mano al que le gusta contemplar las rosas el que escribe.

Perdices y rosas

Poco sé de rosas, que me gustan mucho y disfruto ante su presencia, lo que pueda leer, y la buena mano que tienen con ellas Carmen Azaña y Juan Manuel Ramos, mis suegros, mis segundos padres.

Es como contemplar un cuadro que te gusta, pero un cuadro al aire libre, con aromas delicados, un cuadro vivo, cambiante.

Lo que sí es evidentemente es que soy asiduo de las rosaledas.

Cuestión de genética

Mi madre tenía una mano increíble con las plantas, pero era más de geranios, hortensias o begonias.

Mis hermanas han heredado esa cualidad.

De perdices quizá sepa algo más, y seguramente sea también por herencia genética.

Mi padre fue montero, le dio al ojeo y a la codorniz, le volvían loco las torcaces… pero sobre todo en sus orígenes como cazador fue por encima de todo perdicero: a la guerra galana y menos en mano.

Y esa yo creo que es la etiqueta cinegética que le quedó: perdicero. Por mucho que sus méritos monteros fueran los más ensalzados, por ejemplo, en Caza y Pesca.

Heredé el gen ‘en mano’, no el de ‘la guerra galana’, o lo mismo sí pero es que no lo he practicado.

Perdices y rosas
Una de las pocas fotos de la sonriente cuadrilla con tapete de perdices: el cronista, Roberto, Paco y Antonio.

Pero soy un mero aficionado, al que le gusta disfrutar con su cuadrilla de años ha, Roberto del Barrio, Antonio Mingo y Paco Valle.

Nos une, además de una amistad antigua, que no somos avariciosos para la caza, que vamos al campo sobre todo a disfrutar y que nos reímos de todo que no de nadie, aunque sí de nosotros mismos.

No nos importa que nos gane el campo, que es algo que pasa cada vez más a menudo.

Cazar solo por la mañana, tranquilos, sin agobios, por mucho que con la perdiz en mano haya que acelerarse normalmente para dar el mate. Son las únicas prisas que tenemos.

Es esencial llegar pronto a comer, y comer bien, esto es, con tranquilidad y buena charla.

Vamos teniendo nuestra edad.

Rosa en mayo en el patio de Las Ventas con Peña Aguilera.

¿Cuestión de genética?

Rosas y genética van de la mano, cultivadas desde tiempos inmemoriales, hay variedades increíbles, tanto en color (azules o moradas) como en fragancia.

De tal forma que se considera un éxito conseguir un genoma, como se demuestra en el artículo publicado en Nature Genetics, The Rosa genome provides new insights into the domestication of modern roses (Raymond, O., Gouzy, J., Just, J. et al. The Rosa genome provides new insights into the domestication of modern roses. Nat Genet 50, 772–777 (2018) doi:10.1038/s41588-018-0110-3).

Por si le pasa como a mí, que ni papa de inglés, se encuentran fácilmente resúmenes –mejor– o incluso el artículo entero –muy técnico para mí– en castellano.

Parece que genética y rosas matrimonian bien. Desde el punto de vista de un espectador aficionado, me parece fenomenal.

Sin embargo, mal asunto la combinación perdiz roja (Alectoris rufa) con genética.

Hemos de mantener lo más pura posible a nuestra perdiz roja, sin interferencias en su ADN.

No son deseables ni la posible presencia de caracteres de su propio género, como de las perdices moruna (A. barbara), griega (A. graeca) o chucar (A. chukar). Cero.

Ni siquiera son deseables cruces con subespecies que no sean propias de la península Ibérica y Baleares, A.r. hispanica, norte y oeste de la Península, y A.r. intercedens, sur y este de la Península y Baleares.

¿Y la perdices rojas genéticamente puras de ‘refuerzo’?…

Un inciso: la perdiz moruna en España

La población de perdices morunas del Campo Gibraltar, que se deben a una introducción histórica –al igual que las de Canarias–, es tan reducida que no se han descrito hibridaciones con la roja.

Inciso: de manera natural tenemos perdices morunas en Ceuta y Melilla, que al igual que las del Campo de Gibraltar, son de subespecie barbara.

Y de las introducciones históricas, están presentes en seis de las siete islas grandes de Canarias (excepto, curiosamente, en Gran Canaria, donde se introdujeron perdices rojas). Son de la subespecie koenigi, son comunes y sus poblaciones estables.

Un precioso reto perdicero, conseguir cazar al menos una moruna en plazas tan maravillosas como diferentes como: Ceuta, El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote.

Perdices y rosas
Perdiz roja en los campos de Ventas en abril.

Perdices salvajes versus perdices ‘de refuerzo’

¿Qué es una perdiz de ‘refuerzo’? La que nace en voladeros en cautividad y se siembra en el campo, por ejemplo, en primavera.

Estoy intentando ser sutil.

Lo ideal sería, claro está, que todas fueran perdices rojas salvajes genéticamente puras.

¿Es eso posible actualmente? ¿Estamos a tiempo de recuperar a la perdiz roja silvestre? ¿Pueden convivir ambos ‘tipos’ sin menoscabo alguno de las salvajes?

Si yo supiera la respuesta… pero es una idea para proponer un artículo para la gente que sabe mucho de esto.

Se está dando en algunos cotos que dedican zonas a las salvajes y otras zonas a las ‘reforzadas’.

Siempre habrá que garantizar que no se crucen, por buenas, puras y rápidas que sean las ‘reforzadas’.

Hace tiempo también se prueba con que la procedencia de las ‘reforzadas’ sea del mismo coto, que no me parece mala idea.

Hay que exprimir las fórmulas buscado siempre la salvaguarda de la salvaje.

Me vuelvo a preguntar, ¿hacemos bien los cazadores acudiendo a estas cacerías de ‘reforzadas’? ¿Debemos limitarnos sólo a defender y, cuando se pueda, cazar sólo perdices rojas silvestres?

Ahora me atrevo a contestarme a mí mismo, según la situación actual, considero que se pueden cazar ‘reforzadas’ a la vez que se puede potenciar a las salvajes.

No es una cuestión económica

Fíjense que no estoy hablando nunca de los dineritos, tengo una máxima, hay que defender la caza por sus valores intrínsecos no por sus valores económicos.

Aunque una vez expuestos los primeros, se pueda agregar un «ítem más, esta actividad genera un importante movimiento económico».

Es algo que me quedó grabado en la maravillosa conferencia que ofreció Pablo Ortega en 2001 en Palma con motivo de la inauguración de la I Diada de Caçador de Mallorca.

Y luego está también, claro, todo lo que mueven las explotaciones de granjas cinegéticas.

Pero, repito, que ya me estoy metiendo en un charco para mis conocimientos, propondré –y creó que conseguiré– que un perdicero más versado que yo en campo, escopeta y biblioteca escriba sobre el tema.

Perdices y rosas, escopeta, cartuchos y cuero

Antonio Mingo, que brujulea muy bien por los terrenos de la perdiz, había conseguido un coto que se adaptaba muy bien a las características de la cuadrilla.

Tierras toledanas. Norte provincial. Comarca de Torrijos.

Es de los que tienen zonas de camperas salvajes y cuarteles ‘de refuerzo’.

La tarde anterior, siguiendo los consejos de quien sabe, de Juan Manuel, podaba con él los rosales en el patio de su casa de Las Ventas con Peña Aguilera (Toledo meridional, comarca de Montes de Toledo).

Al socaire de los muros del patio, el tiempo era primaveral más que de finales de otoño. Aún había rosas.

Después, comprobé, por enésima vez, los archiperres.

Paralela de pletina larga

La vieja paralela heredada, una Unión Armera (UA) con un ‘TODO’ (de Deportes Todo, la que fuera armería madrileña años ha) grabado en la parte posterior del cañón izquierdo.

De 3 estrellas (3*) en el cañón derecho y 1 estrella (1*) en el izquierdo, no ha lugar a conjeturas, aunque hubiera mejores combinaciones para cazar en mano, como estas son las estrellas que tenía la escopeta, con estas me quedo.

Pero es que además no es mala combinación, ideal para las perdices y cerrada para los conejos. Y los conejos, muy abundantes, no se podían tirar ese día.

Por lo tanto, ideal.

La UA es además expulsora, de doble gatillo y pletina larga. Muy de bodegón también.

Perdices y rosas
«Para el cañón derecho la elección fue personal, escogiendo el J&G Excopesa Basic de caza menor, de 7ª y 32 gramos».

Para la caza menor, soy un poco de «burro grande, ande o no ande». Quiero decir, que hace años, con las perdices ‘duras’, ponía incluso 36 gramos de 6ª en los dos cañones.

Con el tiempo fui dulcificando la carga, lógicamente, por otro lado.

De tal manera, que para esta ocasión, para el cañón izquierdo Antonio me aprovisionó del J&G-Excopesa Especial Caza de 34 gramos, el cartucho clásico y emblemático de Excopesa.

Para el cañón derecho la elección fue personal, escogiendo el J&G Excopesa Basic de caza menor, de 7ª y 32 gramos, en vez del 34 que es a priori quizá es más aconsejable para la perdiz.

Atardecer de otoño en Ventas.

Acabé el repaso, y tuve la suerte de disfrutar de uno de esos increíbles atardeceres que se dan frecuentemente en Ventas.

Esos rojos, rosas, naranjas y grises de potentes matices, según se mira hacia El Robledo.

Cuadro más efímero que el rosal, pero no por ello menos gratificante.

Cuero: Las Ventas con Peña Aguilera

Está en boca de todos ahora la España vaciada o despoblada, no es mala esta moda, porque así dejará de ser lo que realmente es, la España olvidada.

Por mucho que Las Ventas con Peña Aguilera (Ventas) esté muy cerca de Toledo y nada lejos de Madrid, entra de pleno en esta España, a pesar de que cuando acudimos los ‘forasteros’ y turistas parezca que tiene mucho más de sus 1.100 habitantes.

Nos quedaba el cuero del bodegón, y Ventas es una de sus capitales, con innumerables maestros guarnicioneros y tiendas: sillas de ojeo y/o montería, macutos, zahones, calzado, bolsos, maletas, cinturones… una maravilla.

Pero hay mucho más, gastronomía, venao a las mil maneras, dulces y mazapán, sopa de almendras, arroz con leche (con fiesta incluida)…

Una romería espectacular, El Milagro, que se celebra el primer fin de semana de septiembre.

Las antiguas canteras de granito, aunque su procesado sigue vigente.

La Torre de los Moros, no muy lejos de la cual se encuentra el etnomuseo de los Pueblos de Siberia y Asia Central, con un bonito eslogan: «lo lejano, no es tan ajeno».

Sorprende la iglesia de San Pedro Apóstol, de hecho ha sido declara BIC con categoría de monumento.

Hay dos ermitas, la de Santa Lucía (en cuyo honor se celebran las luminarias en diciembre) y la de Nuestra Señora del Águila, patrona de la localidad.

La ermita de la Virgen del Águila y el molino Los Lirios.

El camino hacia El Cerro, otero de más de 900 msnm, es un cataclismo granítico, entre el que destacan la Peña del Hilo y Las Calaveras, antes coronar se encuentra la ermita de la Virgen del Águila y en la cumbre, al lado del vértice geodésico, el molino Los Lirios.

Desde El Cerro

Todo el conjunto está remozado, con senderos bien marcados desde el mismo pueblo y desde la ermita al molino –aunque se puede visitar en coche–. Remozado e iluminado, con una vista nocturna espectacular.

El Cerro desde la Torre de los Moros.

Desde El Cerro se domina mucho hacia el norte, esa parte de la Meseta Sur, dando vista a la Torre de los Moros, más allá Cuerva y la meseta hasta que la vista se choca con las lejanas sierras de Gredos y Guadarrama.

Hacia el sur se yergue, imponente, la cercana sierra de El Castañar, de montes apretados, más ralos hacia la cuerda, pedrizas y con el pico Amor que luce su nombre hasta los 1.379 msnm.

Un poco más lejos, hacia el suroeste, el Peñafiel se eleva hasta los 1.419 msnm. Son dos de las grandes alturas de estos viejos montes.

Dehesas sobre granito con tomillares hacia el oeste –y norte– y Ventas al este…

Además de caza mayor, venados, cochinos y corzos, acompañados hace años por muflones y gamos, Ventas ha sido de siempre terreno conejero de bien ganada fama.

También los recuperados linces, gracias a Dios, van ocupado poco a poco el lugar que les corresponde.

Curioso el caso del conejo, otrora abundantísimo en los ondulados cuarteles de dehesa y tomillares, sin embargo, de unos años a esta parte, se dan más en zonas de vega.

Algo digno de estudio, que me he comprometido a investigar junto a Antonio Conde, que ya adelantó muchísimo trabajo en su maravilloso estudio La caza como una garantía de salvaguarda medioambiental.

Aunque alguna perdiz hay, y salvaje –las he fotografiado–, pero no como para coger en Ventas coto solo por la perdiz.

Por eso los perdiceros hemos de ‘emigrar’, en este caso hacia el norte.

La España olvidada

Sirva este ejemplo, que conozco bien, para reivindicar a la España rural, esa maravilla.

Lo que he contado de Las Ventas con Peña Aguilera se puede contar de multitud de localidades o parajes rurales, tenemos para dar y tomar.

Por mucho que nos empeñemos, que el personal regrese a los pueblos será un proceso lento, aunque ya se está dando y me parece inexorable.

Los urbanitas, mientras tanto, podemos ayudar a la vez que disfrutamos.

Resulta que no hay que ir al campo con escafandra, y que por increíble que parezca, disponen de un aire puro que se deja respirar mejor que el de la ciudad…

…Camino del norte, a las perdices, que no arranco.

Conclusión

Arranco y termino a la vez.

Apenas a una hora de Ventas, estaba el cuartel que nos tocaría cazar.

Viaje muy agradable, sin ni siquiera niebla en el cauce del padre Tajo.

Mañana fresca y soleada de finales de otoño. Ideal para cazar.

Ni pizca de brisa.

El concurso de Eduardo, que hacía las veces de guía, y del fabuloso braco Duque, resultó imprescindible.

Los perros de Paco son por encima de todo conejeros.

El cuartel ondulado, principalmente con tomillares no exentos de molestas aulagas, donde se agarraban muy bien las perdices, y siembras, que al ser muy incipientes no sujetaban a los pájaros; y algo de baldío, retama sobre pastizal, praderío y monte.

Las perdices de ‘refuerzo’ eran más bien rayos y centellas: ¡cómo volaban! Quizá demasiado para nuestra puntería desentrenada en estos menesteres.

Paco, Roberto y Antonio al acabar la última mano, en la parte alta del cuartel.

Tenían muy cogidas las querencias y los perdederos.

Puedo decir que en esta ocasión mi elección de los cartuchos fue muy acertada, mediando aciertos con ambos cañones. De los fallos me callo, no tenía la culpa la munición…

Si la perdiz se arranca larga tiro directamente con el izquierdo de 1*.

Mañana muy satisfactoria, aunque el campo, además de las perdices, estaba muy duro por las lluvias recientes y nos ganó claramente, hay que reconocerlo.

Nos reímos mucho por ello y nos prometimos mejorar preparación para la próxima ocasión.

No pude disfrutar con la comida con la cuadrilla por un compromiso familiar, por lo que en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, no me importó.

Agradabilísimo el viaje de regreso también.

Perdices y rosas

Rosas y perdices

Al llegar a Ventas, sobre una mesa del patio primaveral a finales de otoño, estaban las rosas de la poda de la tarde anterior.

Perdices y rosas, rosas y perdices.

Me pregunté: ¿me dará este bodegón fotográfico para hacer un artículo?

Coloqué mi lote –Carmen borda las perdices a la toledana– con las rosas y me puse a cavilar: «¿perdices y rosas?».

Puffffff… ¡qué si ha dado para un artículo! ¡Vaya rollo que me he marcado! Lo siento, amable lector…

Había que desengrasar de tanta montería. Ya mismo estoy otra vez cerrando la mancha, en pleno guirigay montero.

Sin embargo, se ha producido una coincidencia que dará lugar a dos artículos más.

Perdices y rosas
Fotografía © BioAmmo Technologies.

He conocido a Ramiro Guardiola, director para España, Portugal y Latinoamérica de BioAmmo Technologies, empresa que fabrica munición biodegradable.

Cartuchos sin plástico, que no dejan rastro.

Ya se pueden comprar en España.

Visitaremos la fábrica en Santa María la Real de Nieva, Segovia, muy cerca del pueblo de mi padre, más España despoblada que empresas como BioAmmo ayudan a que no sea así. Artículo I.

Después iremos de nuevo al coto toledano de la cacería relatada, pero esta vez a la zona de las perdices silvestres con los cartuchos BioAmmo.

Será una especie de cartuchos biodegradables sin plástico versus perdices salvajes bravas. Artículo II.

Todo un reto.

Es obvio decir que los de cuadrilla siempre recogemos las vainas, sean biodegradables o no, pero lo que no podemos recoger son los tacos.

Si vaina y taco no son de plástico y sí de un producto biodegradable, tanto mejor.

‘Destriparemos’ algún cartucho.

Haremos bodegón. Perdices y rosas, salvajes y biodegradables.

Texto y fotografías: Adolfo Sanz Rueda

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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