Navarra no cuenta con los cazadores para el control de los daños agrícolas y estos vuelven a ofrecerse a Medio Ambiente para controlar la población de especies como el conejo o el jabalí.
Desde que comenzó el estado de alarma por el coronavirus y las actividades cinegéticas quedaron prohibidas, los agricultores llevan alertando de que la dejación del control efectivo en las poblaciones de fauna silvestre acarrea cuantiosos daños en sus explotaciones, que constituyen un pilar fundamental dentro de la cadena y el abastecimiento alimentarios.
Ya en ese primer momento, el colectivo de cazadores en Navarra se ofreció al Gobierno para realizar el control de los daños agrícolas, una labor para la que están especializados y que es primordial en el mantenimiento de los ecosistemas. Siempre, eso sí, que las normas sanitarias lo permitieran y bajo el amparo de permisos otorgados por la Administración.
Sin embargo, el departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente ha ignorado al sector cinegético durante el mes y medio de confinamiento y, en lugar de contar con uno de los actores más formados para atajar el problema, ha preferido adoptar una serie de iniciativas que, a modo de parches, están tratando de evitar que la situación se descontrole.
Autorizan a agricultores, guardas y policía foral a realizar los controles, pero no a cazadores
El primer paso del Gobierno de Navarra se llevó a cabo el 24 de marzo y permitió a los guardas de los cotos efectuar el control de poblaciones como el conejo o el jabalí.
Los cazadores (amén de los titulares de los acotados, los propios guardas y los agricultores) ya avisaron de que se trataba de una medida insuficiente, como así lo demostró el hecho de que, una semana después, Medio Ambiente publicara una segunda resolución, en este caso otorgando una autorización al Equipo de Control de Animales de la Policía Foral para que, entre otros cometidos, cazara conejos por las noches.
Nuevamente, fue una decisión que no iba a resolver la problemática y que los colectivos implicados recibieron con escepticismo, debido a lo insólito de la propuesta.
Más de medio mes después, el Ejecutivo confesó que el cuerpo policial autonómico no había protagonizado ninguna intervención en el control de los daños agrícolas.
El 17 de abril, se elaboró una tercera resolución, que permite a los agricultores y ganaderos con licencia de caza ejercer los necesarios controles dentro de sus explotaciones.
Una medida igualmente ineficaz, ya que, a la estricta serie de requisitos de obligado cumplimiento, se unen dos circunstancias desfavorables: la mayoría de agricultores no cuentan con los medios precisos (como, por ejemplo, los hurones), ni disponen del tiempo para acometer esas labores, al tener que atender sus ocupaciones principales.
La coyuntura que vive Navarra contrasta con la gestión de otros gobiernos regionales que sí han recurrido a los cazadores.
Es el caso de Aragón, Castilla-La Mancha, Álava o Extremadura, donde se ha permitido la caza para minimizar los daños. La tesitura es tan peliaguda que hasta el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación recordó a las comunidades autónomas que deben mantener el control de los jabalíes, así como prevenir los daños que puedan ocasionar. Una actividad que considera «esencial».
La necesidad de la caza para prevenir accidentes y enfermedades animales, y no sólo de daños agrícolas
La cuestión, sin embargo, va más allá de la reducción de estos daños agrícolas durante el estado de alarma. Resulta pertinente recordar cómo la función de los cazadores rebaja la cifra de accidentes de tráfico provocados por la fauna cinegética, disminuye el riesgo de la expansión de enfermedades potencialmente devastadoras tanto para la sanidad animal como para la salud pública y contribuye a conservar el correcto equilibrio de los ecosistemas. Y, como destaca Nicolás Urbani, asesor técnico veterinario de la Real Federación Española de Caza, la actividad cinegética «debe ser sostenida en el tiempo según épocas, monitorizaciones poblacionales y daños declarados». «Hay que tener en cuenta que no solo estamos luchando contra los daños inmediatos, sino con los que se van a producir a corto-medio plazo en los próximos meses», asegura.
La Federación Navarra de Caza, a través de un manifiesto firmado por 17 científicos y expertos, trasladó al Gobierno foral que los cazadores no están reclamando que se les permita cazar, sino que se han puesto al servicio de la Administración para acometer el control poblacional.
Fuente: noticiasdenavarra.com