El oficio de taxidermista goza de buena salud en Córdoba. En los últimos cinco años los negocios dedicados al arte de disecar animales se han multiplicado por cuatro, según confirman a ABC fuentes del sector. El taxidermistas Pedro Franco, uno de los más reconocidos en la capital, avala esta tendencia. «De los dos negocios que había antes, por así decirlo, ahora hay más de ocho nuevos».
La crisis ha hecho que muchos jóvenes hayan centrado sus miradas en este oficio como una tabla de salvación y una oportunidad para reconducir su trayectoria profesional. Es el caso de José Antonio Gutiérrez, un joven que se dedicaba al sector de la joyería y que, tras perder su empleo, pasó por un taller de taxidermia de Granada, donde aprendió en oficio. En 2007 decidió emprender el vuelo en solitario y montar su propio negocio. «Los inicios son difíciles, esta es una profesión compleja en la que difícilmente te puedes hacer un hueco si no tienes a nadie que te eche una mano», reconoce.
En su caso, al ser aficionado a la caza, ha aprovechado sus círculos de amigos para ir promocionando su negocio e ir haciendo clientes. Gutiérrez también señala que «no es fácil adentrarse en un mundo donde no se es conocido, donde tu trabajo todavía no se ha visto». Este joven reconoce que «tuve muy buenos maestros, que me enseñaron lo que sé y voy defendiéndome».
Quienes no necesitan carta de presentación en Córdoba son los hermanos Francisco y Felipe Martínez Siles. De su negocio de taxidermia, con más de 25 años de actividad, salieron los ejemplares que compusieron parte de la exposición de animales disecados de la última edición de Intercaza. Pese a que los jóvenes están recalando en este oficio, «en nuestro caso somos la primera generación de taxidermistas y la última», indica Franciso Martínez.
Este artesano también corrobora el auge que ha experimentado el sector pero lo matiza. «Ahora están surgiendo muchos negocios de taxidermia, pero para mi no son taxidermistas como tal, ya que sólo trabajan las tablillas, los huesos, no disecan animales».
Y es que, según indica Francisco, lo más sencillo de este oficio es hacer trofeos con el cráneo del animal y su cornamenta, en caso de un ciervo, o con los colmillos, si fuese un jabalí. «Pero no todo el mundo tiene la mano para trabajar las pieles, dar una expresión al animal y que este tenga la sensación de estar vivo».
Por otro lado, el responsable de Taxidermia Hermanos Martínez Siles también señaló que hay que gente que se dedica a hacer estos trabajos «en cocheras y sin darse de alta, lo que hace mucho daño al sector». Así, indicó que desde 2009 «nosotros no hemos subido los precios pero los materiales con los que trabajamos suben todos los años».
vía Los negocios de taxidermia en Córdoba se multiplican por cuatro – Noticias de Córdoba en ABC.