Mer Sánchez es un ejemplo, ejemplo vital. De levantarse con una fuerza inusitada si se ve contra las cuerdas.
No se pierdan lo que la propietaria de 4 Hunters le cuenta a José Ignacio Herce sobre el campo, la caza, sobre la vida.
A estas alturas creo que no hay nadie que no conozca a Mer Sánchez (MS) dentro del mundo de la caza. Además de ser un encanto de persona, es cazadora, rehalera, empresaria e influencer, pero ¿de verdad conocemos a Mer?
Vamos a verlo…
JIH: Para empezar, ¿quién es Mer Sánchez?
MS: (Sonríe) Pues mira, ante todo Mer Sánchez es una mujer. Lo primero, antes que hija, madre o esposa, soy eso, una mujer que ha sido todo eso y que ahora, con mis hijos creciditos, se está dedicando a sí misma, a cuidarse, y por eso desde hace unos años, he iniciado un camino hacia mi interior, porque considero que conocerse a uno mismo es fundamental para poder y para saber vivir.
Recorrer ese camino te lleva a vivir experiencias que te vas a llevar contigo, a aprender a no juzgar a nadie, a llorar y a sanarte a ti mismo ante ciertas situaciones.
«Conocerse a uno mismo es fundamental para poder y para saber vivir»
JIH: Eso de conocerse a sí mismo a veces da miedo, ¿no te parece?
MS: Correcto, se descubren muchas cosas que uno nunca hubiera pensado que podía haber llegado a hacer.
Por eso el camino hacia adentro asusta, sobre todo porque tiendes a culpabilizarte, cosa que yo ya no hago porque lo hecho, hecho está, y si me he caído pues he estado un rato en el suelo hasta que me he recuperado y después resurgido, porque José Ignacio, la vida a veces te da unos palos en el lomo de los que cuesta recuperarse.
Piensa que soy una mujer maltratada, viuda y que lo que tengo claro es que yo ahora tengo que ganarle tiempo a la vida y vivir cada segundo sin pensar en mañana, porque no sé lo que podrá pasarme.
«Soy una mujer maltratada, viuda y que lo que tengo claro es que yo ahora tengo que ganarle tiempo a la vida y vivir cada segundo sin pensar en mañana»
JIH: Vamos a lo nuestro, ¿de dónde proviene Mer Sánchez?
MS: Del campo (ríe).
Soy hija de Jesús y de Milagros y nací en el seno de lo que podíamos denominar una familia adinerada, gracias a la fortuna de mi abuelo Camilo.
Crecí junto a mi familia en el campo, en la finca El Sauceral, en Montes de Toledo, que mi abuelo compró con 400 hectáreas y que llegó a tener 15.000. Allí aprendí a jugar, a correr, a cazar, a todo en suma y puedo decir que en el campo tuve una infancia y una vida feliz, hasta que me casé… (ríe).
JIH: La pregunta obligada es ¿cómo comenzaste en el mundo de la caza?
MS: (Se le ilumina la cara) Yo nazco en una familia cazadora, en El Sauceral. Allí vivo los primeros tiros, los primeros conejos, las primeras urracas que cazábamos para que no se comieran los huevos y que colgábamos en el gallinero para que no vinieran más… así empiezo en el mundo de la caza, con mi abuelo Camilo.
Pero te voy a contar una cosa curiosa en mi familia con la caza, las mujeres de la casa estábamos allí, pero no practicábamos la caza mayor, solo la menor y teníamos un papel dirigido sobre todo a la organización, ‘relaciones publicas’ con los invitados a las cacerías, etc.
«Yo nazco en una familia cazadora, en El Sauceral. Allí vivo los primeros tiros, los primeros conejos, las primeras urracas…»
JIH: Y ¿cuál es tu camino cinegéticamente hablando?
MS: Mi camino cinegético va ligado a la finca y a mi abuelo, cuando él muere todo eso finaliza para mí o más bien se queda dormido.
Después termino mi carrera de empresariales y mi padre sin darme opciones de hacer otra cosa, me metió en la empresa familiar y mientras que mis hermanos nunca habían dejado de cazar yo sí.
JIH: Una corta andadura, pero ¿cómo fueron esos inicios?
MS: Para que te hagas una idea, con dos o tres años mi abuelo me lleva de caza en su zurrón a la espalda… no te digo más (sonríe).
Como tenía un problema en los pies, me hicieron unas botas especiales para poder caminar por el campo y, además, mi abuelo hizo una torre desde la que se veía toda la finca –que era su puesto favorito– y la habilitó para que pudiéramos estar allí los dos.
Y así hasta los 17 años en que murió mi abuela Milagros y se ‘partió’ la familia porque ella era su alma, entonces mi abuelo vendió la finca y para mí la caza se acabó.
«Con dos o tres años mi abuelo me lleva de caza en su zurrón a la espalda… no te digo más»
JIH: ¿Qué recuerdas de esas esperas a las que te llevaba tu abuelo?
MS: Recuerdo vivir la noche, porque en la caza la noche es la vida.
Además, mi abuelo nos hacía unas casetas a la suficiente altura para que pudiéramos estar seguros y los animales no nos hicieran nada (sonríe).
El primer animal que ‘abatí’ con mi abuelo se llamaba Federico, era un gabato cuya madre murió y él lo recogió e incluso le hizo un cercado para que viviera, pero cuando tenía ya 22 puntas en una berrea se volvió loco y casi nos atacó, por lo que mi abuelo tuvo que sacrificarlo pasando a presidir el salón de nuestra casa (sonríe).
JIH: Recuerdos de la niñez… Mer Sánchez
MS: Sí, aún recuerdo esos desayunos que nos hacia Ciriaca en El Sauceral a base de huevos con chorizo, impregnarse de ese olor a vaca recién ordeñada que desprendían las tostadas untadas con esa nata con azúcar… (suspiro).
JIH: ¿Cuándo despiertas de ese ‘letargo’ cinegético?
MS: En aquella época en la que, como te he dicho, mi padre me metió en la empresa textil familiar, trabajamos para empresas como Loewe, El Corte Inglés –hacíamos Emidio Tucci– y otras de esa índole.
En una ocasión fui con mi hermano Camilo, que venía de caza, a El Corte Inglés por un pedido habitual y resulto que, al verle, les gustó tanto la ropa de caza que llevaba que nos hicieron un primer pedido. Así nace 4 Hunters (https://4-hunters.ueniweb.com/) y como además de empresariales yo había hecho marketing y relaciones públicas, me dediqué de lleno a sacar adelante 4 Hunters, ese fue mi regreso al mundo de la caza. Eso sí, cuando entré lo hice de lleno (ríe).
Me dediqué de lleno a sacar adelante 4 Hunters, ese fue mi regreso al mundo de la caza. Eso sí, cuando entré lo hice de lleno
JIH: ¿O sea, que así nació 4 Hunters?
MS: Efectivamente, así nació una marca formada por los tres hermanos y mi padre creando un juego de palabras entre castellano e inglés, los cuatro cazadores para cazadores.
«Así nació una marca formada por los tres hermanos y mi padre creando un juego de palabras entre castellano e inglés, los cuatro cazadores para cazadores»
JIH: Y ¿cómo sentiste ese regreso a la caza de la mano de 4 Hunters?
MS: Ufff, cuando yo volví a cazar vi cómo se despertaban en mí un montón de sentimientos dormidos hasta entonces.
La primera vez en que volví a salir al campo, ya con 4 Hunters, ni siquiera fui de caza porque ni tenía rifle, pero fue una sensación que me hizo decir «ostras, ¡yo pertenezco a esto!», fue despertar en mí algo que llevaba dentro, a partir de ahí me saqué el permiso de armas y como conocía a mucha gente surgieron invitaciones y todo volvió a la ‘normalidad’ soñada (sonríe).
JIH: Tuviste un noviazgo cinegético tardío, ¿cómo lo recuerdas?
MS: (Ríe) ¡Fue increíble, con un cochino a cuchillo!, –algo inolvidable con lo que flipó hasta Chaparro–, recuerdo que poco después me tocó correr por la dehesa segoviana porque oí que me decían mis compañeros «¡Mer, corre, corre que van a por ti!» (ríe) Y es que ¡ya habían comprado hasta los huevos!, solo se me ocurrió decirles ¡harina no, que tengo alergia y la liamos! (ríe).
«Mi noviazgo montero fue increíble, con un cochino a cuchillo, recuerdo que poco después me tocó correr por la dehesa segoviana porque oí que me decían mis compañeros «¡Mer, corre, corre que van a por ti!»»
JIH: Bueno, y cuando cierra 4 Hunters, ¿qué es de Mer Sánchez?
MS: Pues a la muerte de mi marido, con 44 años, me vi con una mano delante y otra detrás.
Viuda, sin trabajo, con tres hijos y con unas deudas de miles de euros de mi marido.
Me vi obligada a trabajar limpiando casas, pidiendo alimentos en Caritas y Cruz Roja hasta que liquidé la deuda y empecé a retomar mi vida cuando mi padre me regaló la marca 4 Hunters, hasta ahora que estoy intentando remontarla, eso sí, sola con mi padre detrás respaldándome y dándome su confianza.
Hago pequeñas colecciones que mantienen a la marca en primera línea y estoy a la espera de 40.000 € para hacer una magnífica colección técnica y hacer el gran despegue (ríe).
Lo que si te puedo decir que lo que hago lo tengo todo vendido y es que, donde esté el cuello naranja de 4 Hunters… (ríe).
«Me vi obligada a trabajar limpiando casas, pidiendo alimentos en Caritas y Cruz Roja hasta que liquidé la deuda y empecé a retomar mi vida cuando mi padre me regaló la marca 4 Hunters»
«Lo que si te puedo decir que lo que hago lo tengo todo vendido y es que, donde esté el cuello naranja de 4 Hunters…»
JIH: Con tu carácter un poco ‘nerviosillo’, ¿qué tal eres como montera?
MS: No soy buena, porque no lo soy, y es que, como dices, me pongo muy nerviosa y me tiemblan ‘hasta las pestañas’, por lo que me es difícil que tire en una montería, sobre todo al cochino. Eso sí, cuando decido tirar, no desperdicio la munición, ‘donde pongo el ojo pongo la bala’ y es difícil que falle.
JIH: ¿Cuáles son tus pasiones cinegéticas?
MS: Ahora mismo estoy enamorada de los recechos.
Mi primer rececho fue a un arruí, algo maravilloso, duro, muy duro, me caí, me levanté, me rocé por todas partes, sangré, lloré, pero subí y cuando lo hice vi el rebaño y a 258 metros disparé y cayó, algo que cuando cierro los ojos sigo viendo.
Fue una hembra y en la tabla pone «Ella y yo».
«Mi primer rececho fue a un arruí, algo maravilloso, duro, muy duro, me caí, me levanté, me rocé por todas partes, sangré, lloré, pero subí y cuando lo hice vi el rebaño y a 258 metros disparé y cayó»
JIH: ¿Qué es lo que más te gusta de la caza?
MS: Vivir experiencias con la gente maravillosa que me rodea.
Las emociones, los chascarrillos, esos momentos previos, durante y después de la cacería… es lo que me gusta de la caza.
JIH: ¿Lo que menos? Mer Sánchez
MS: Como tratamos lo cazado, la falta de respeto hacia los animales y ver como así nos tiramos piedras a nuestro propio tejado.
JIH: Los perros forman parte de tu vida, cuéntanos…
MS: Sí, los perros forman parte de mi vida, efectivamente. En casa siempre hemos tenido perros.
Lo de la rehala para mí es una ‘pasada’, yo colgaría el rifle por cazar siempre con los perros.
Vivir la montería desde el otro lado te da un significado diferente a lo que es la montería, subir a verlos a la perrera, prepararlos, subirlos al camión, oírlos… porque ellos saben que van al trabajo, saben que van a luchar, que van a dar a los monteros lo mejor de sí mismos y tú los acompañas en ese camino.
Eso hay que vivirlo para comprenderlo.
«Lo de la rehala para mí es una ‘pasada’, yo colgaría el rifle por cazar siempre con los perros»
JIH: Como influencer cinegética habrás tenido tus problemillas, ¿no?
MS: Al principio sí.
Recuerdo que en la primera publicación en redes de 4 Hunters puse un lobo que habíamos cazado y no te digo lo que fue aquello… lo de «¡ojalá te mueras!», «¡ojalá se mueran tus hijos!» o «¡que el ciervo te mate a ti!», llegando a incitar al odio, está a la orden del día, pero ya me da igual.
«Recuerdo que en la primera publicación en redes de 4 Hunters puse un lobo que habíamos cazado y no te digo lo que fue aquello… lo de «¡ojalá te mueras!», «¡ojalá se mueran tus hijos!» o «¡que el ciervo te mate a ti!»»
JIH: ¿Hay mucho postureo en redes?
MS: Mira, veo a estas jovencitas cazadoras que ponen constantemente en sus redes quejas porque las insultan, y al hacerlo están alimentando a sus autores, están todo el día postureando en redes haciendo el ‘tonto’, lo que no nos beneficia a los cazadores.
Usando redes como tik tok están cayendo en su trampa, haciéndoles el juego.
JIH: ¿Es verdad que los ataques más duros en las redes se dan entre mujeres?
MS: Sí, es triste pero sí, yo las críticas más duras las he recibido de mujeres y… cazadoras.
Son unas envidiosas, se envidian entre ellas, sobre todo las jovencitas que se ponen a parir, pero luego en el campo parecen amigas íntimas. Yo soy incapaz de hacer eso.
«Sí, es triste pero sí, yo las críticas más duras las he recibido de mujeres y… cazadoras»
JIH: Crees que el propio entorno cinegético tiene buena parte de culpa de estos ataques, por la imagen que se da, etc.
MS: Mira, creo que lo hemos comentado antes, hay algo que aprendí de mi abuelo y es respetar la caza, no concibo la caza sin respeto al animal.
Las típicas fotos de todos conocidos no las soporto y te pongo un ejemplo de esa idea de respeto, cuando cacé el arruí, Adrián le limpio el morro que estaba lleno de sangre, le puso la ramita de romero en la boca y me la coloco preciosa como si fuera directa al cielo, de forma que mi foto con ella fue de honra, de darle las gracias por lo que me hizo sentir.
Con esto te digo que si cuidáramos ese tipo de detalles todo sería diferente porque hay cosas que no se pueden sacar.
«Hay algo que aprendí de mi abuelo y es respetar la caza, no concibo la caza sin respeto al animal»
En este coloquio veréis muchos (sonríe), (ríe), y es que Mer Sánchez no para de sonreír, de reír, de emocionarse con cada relato, hasta el punto de ponerse casi a llorar de emoción cuando habla de su abuelo, de su familia y llorar de dolor cuando habla de otros aspectos de su vida personal.
Mer, sin duda, es sentimiento en estado puro y creo que este coloquio nos lo demuestra.
Coloquios con José Ignacio Herce Álvarez