Coloquios con J. I. Herce Opiniones

Felipe Vegue: «pasado el 20M pondré mi cargo a disposición». Coloquios con J. I. Herce

Coloquio con Felipe Vegue Contreras, presidente de la ONC y de ARRECAL

caza es coloquios
José Ignacio Herce Álvarez es secretario de la Comisión de Homologación de Trofeos de Caza Mayor de la Comunidad de Madrid y director de la Reserva de Caza Sonsaz-Madrid
Felipe Vegue Coloquios caza
José Ignacio Herce con Felipe Vegue antes de comenzar su dialogo en el restaurante La Hoja, de Madrid.

Cuando le comenté al amigo Felipe Vegue Contreras (FV) que quería que hiciéramos uno de mis coloquios para esta página, lo primero que seguro pensó fue «otra más…», lo cual no es extraño ya que en estos momentos se ha convertido en uno de los personajes ‘de moda’ dentro del panorama cinegético nacional por razones de todos conocidas.

Por eso precisamente, este coloquio no es una ‘entrevista’ sobre temas como la manifestación, la Ley de Bienestar Animal o cualquier otro tema de los que podéis recabar su opinión en cualquiera de las mil y una entrevistas que para los diferentes medios está realizando, yo quiero ‘coloquiar’ con el Felipe Vegue menos conocido ya que, según me dice él mismo, «a mí no me conoce ni el tato…», y creo que su persona dentro del mundo de la caza debe de ser conocida por algo más que por estos últimos acontecimientos. 

JIH: Felipe, la primera pregunta te la pongo fácil… o difícil, según se vea, ¿quién es Felipe Vegue? 

FV: Pues ante todo es un cazador, antes incluso que persona.

Un hombre que ha querido desarrollar su vida como cazador, que se mueve como cazador, vive como cazador y que no podría vivir sin esto… ni sin mis perros, por supuesto, que son los que me llevaron al mundo de la caza.

JIH: ¿Cuándo y cómo accedes al mundo de la caza? 

FV: Mira, yo en esto soy autodidacta porque absolutamente nadie de mi familia caza.

De pequeño ya sentía la necesidad de cazar –quizá por un instinto atávico escrito en los genes–, el caso es que cogía la bicicleta, me salía al puente colgante de Valladolid y me esperaba a que pasara el primer cazador en bicicleta y con escopeta y me iba detrás de él para que me dejara por lo menos llevarle el morral (sonríe), y así empecé.

También recuerdo mis primeras piezas abatidas con perdigón de plomillos, por supuesto, en los árboles del mercado que tantos disgustos trajo a mis padres con la Guardia Civil que venía detrás de mí por matar a los pajaritos.

Cuando a los dieciocho años ya tuve las posibilidades económicas para comprarme una escopeta, cosa difícil en aquellos tiempos, pude cazar mi primera pieza con ella que recuerdo que fue en Valladolid, en las laderas del Valle de Esgueva, y hasta hoy…

«Esperaba a que pasara el primer cazador en bicicleta y con escopeta y me iba detrás de él para que me dejara por lo menos llevarle el morral»

JIH: ¿Qué papel juegan los perros en tu vida? 

FV: Empecé con los perros de muestra. Felipe Vegue

Mi primer perro fue un setter gordon con el que cazaba avefrías y lo que podía cerca de Valladolid.

El mundo del perro me vino por esas ganas que tenía de contactar con estos animales y lo conseguí con ese perro que, por cierto, me robaron a los tres años y apareció con seis… (sonríe), luego tuve otro, después me enamoré de los bracos hasta el punto que traje la primera braca alemana y a partir de ahí, mi pasión fueron los perros de caza puros.

Comencé la caza mayor por el norte de León y Palencia y allí empezamos con los perros de cuerda, los famosos cántabros, y de ahí llegué al sabueso español que se estaba perdiendo.

Luego junto a un amigo ya fallecido, David Salamanca, intentamos recuperar ciertas razas que se estaban perdiendo como el sabueso que te comento, cazando por el norte de Palencia, en busca de los primeros jabalíes y así, ‘juntando perros’ me acerqué al mundo de la rehala, aunque por dificultades de espacio tuve que dejarlo de forma que, aunque no tenga, participo en todas y las considero como mías (sonríe).

JIH: Para situarnos una pregunta básica, ¿qué es para ti la caza? 

FV: Mira, yo vivo como cazador, incluso en mi vida personal. En todas mis actividades, incluso empresariales, he sido cazador, quizá porque ser cazador estimula los sentidos como el oído, la vista… algo que en mundo urbano se va reduciendo. En cualquier caso, es una forma de vida.

«Yo vivo como cazador, incluso en mi vida personal. En todas mis actividades, incluso empresariales, he sido cazador»

Felipe Vegue 20M

JIH: ¿Cuál es el espacio que corresponde a la caza dentro del mundo rural? 

FV: Si de alguna manera el mundo rural sigue vivo en buena parte de su población es, en gran parte, gracias a la caza y al cazador que no quiere desprenderse de sus raíces, de su tierra.

La caza para el entorno rural representa la esencia, la tradición y la ética.

«La caza para el entorno rural representa la esencia, la tradición y la ética»

JIH: Se están utilizando mucho los aspectos económicos de la caza a la hora de defenderla, ¿crees que verdaderamente es el principal pilar sobre el que se puede sustentar esa defensa? 

FV: Ciertamente uno de los pilares puede ser el económico como motivo de vida de muchos habitantes rurales y para crear riqueza, pero también tenemos otros como la gastronomía, que tenemos que empezar a valorar y promocionar como carne de calidad entre la sociedad.

Otro pilar sería el hecho de que sin caza no podríamos entender las distintas relaciones que existen en el mundo rural y eso se ve por ejemplo en que, si se abandona la caza, rápidamente se verán las consecuencias en el pueblo, cuando la fauna invada competencias que son de la agricultura, de la ganadería, etc.

Pero no solo el mundo rural, también el mundo urbano está viendo lo que es convivir con la fauna y así tenemos los accidentes de tráfico, los acercamientos a los núcleos de población de especies silvestres como el lobo.

JIH: Dime qué valores deben imperar en la caza y si se están aplicando en la actualidad

FV: Hoy día el problema más grande que tenemos es no gozar de las oportunidades que tenemos de ocio, la prisa nos invade.

La caza como gran ocio del alma del cazador se debe de tomar con calma y disfrutar de todos los momentos, nada de salir corriendo para llegar a tiempo a comprar en el supermercado.

La prisa es mala en el mundo de la caza. Felipe Vegue

«La caza como gran ocio del alma del cazador se debe de tomar con calma y disfrutar de todos los momentos, nada de salir corriendo»

JIH: En estos momentos estamos hablando mucho del cazador, pero, ¿y el gestor?, ¿qué papel está desempeñando en esta situación actual? ¿Qué está primando a la hora de hacer gestión? 

FV: Un gestor comercial nunca va a ser un buen gestor.

Un gestor que arrienda una finca a corto o medio plazo para sacar un beneficio económico no se puede llamar gestor, es un organizador de cacerías, por el contrario, un gestor es un enamorado de su tierra, de su campo y lo considera suyo, asumiendo la responsabilidad del mantenimiento o la abundancia de la riqueza en la zona tanto de fauna como de flora y eso se está perdiendo.

Con los contratos que se están haciendo ahora, primando el interés económico, es muy difícil llevar a cabo esta gestión a la que me refiero.

JIH: A la hora de afrontar una jornada de caza, ¿impera la calidad o la cantidad? ¿Hemos pasado de disfrutar jornadas de caza a pasar días de tiro? Me estoy refiriendo a las sueltas, ojeos… ¿Qué opinas de la ‘trofeitis’? 

FV: Solo te diré que llevo cazando corzos cincuenta años y en mi casa no veras más de cien trofeos colgados. Hoy día cualquiera con dinero puede cazar en un año los mismo que yo en toda la vida.

Yo prefiero cazarlo andando tranquilamente, la trofeitis anula la voluntad del cazador de comportarse de una forma normal con el medio y, además, si solo prima la actividad comercial y/o la ‘trofeitis’, ¿qué defensa moral nos queda ante la sociedad?, ninguna.

«Si solo prima la actividad comercial y/o la ‘trofeitis’, ¿qué defensa moral nos queda ante la sociedad?, ninguna»

JIH: ¿Cuáles son a tu juicio los males de la caza en la actualidad? ¿Qué te indigna dentro del panorama cinegético nacional? 

FV: El principal problema es el del relevo generacional, se empieza la casa por el tejado.

No son cazadores de perro y rabo, pasando jornadas de frío, cayéndose al río, llegan del brazo de los padres que le dejan el último modelo de rifle, visores… y, sobre todo, el postureo que hace más daño al mundo de la caza que la bomba atómica (sonríe).

A mí no me importa la cantidad, me gusta la calidad, me gusta cazar y «cazar es cazar», creo que me explico.

JIH: Tú has vivido y padeces muy directamente el conservacionismo y, más concretamente, el animalismo. ¿Cuál es tu opinión con respecto a estas corrientes y como las has visto evolucionar en el tiempo? 

FV: Animalistas ha habido siempre, gente que se rodeaba de animales para poder llenar su vida.

Otra cosa es cuando aparece ‘la vaca Lola’ y se empieza a recaudar dinero y empiezan a vivir de ellos, luego aparecen los moralistas, las defensoras de las gallinas violadas…

Tenemos los que tienen el ‘perro-hijo’, que ‘sale’ mejor, no piden consolas y cosas así, y, por último, los que utilizan políticamente los animales para enfrentar unas minorías contra otras, es triste que se de el caso de que se hable más en medios de animales heridos o maltratados que de niños que han sufrido algún tipo de percance, cuando la sociedad está podrida en su concepto, el animalismo triunfa.

Felipe Vegue

JIH: ¿Eres presidente de ARRECAL y buen conocedor del mundo del perro, ¿crees que hoy día queda algo de la montería tradicional española? 

FV: (Sonríe) La montería es un invento español que se ha ido amoldando y evolucionando al ritmo de los tiempos.

La pregunta es ¿qué es la montería ahora?, primero, la montería la hacen el que la organiza y sus practicantes y como existe tanta ‘trofeitis’ y tanto interés en matar animales antes que lograr la pieza, el lance, pues, ¿qué pasa?, que todo el mundo sale perdiendo.

Las rehalas a las que no se valora ni se aprecia ni en su trabajo ni en su cometido y, en muchas ocasiones, se desprecia también a las personas solamente ya por el empleo del término despectivo de ‘perrero’, cosa que a mí ni me gusta porque siempre deriva en un aspecto peyorativo.

Ahora mismo la montería ya no es montería, es un afán de conseguir un resultado cierto, mientras que la montería es un acto incierto de una batalla del hombre contra el animal en un ambiente libre y agreste.

«Ahora mismo la montería ya no es montería, es un afán de conseguir un resultado cierto»

JIH: Háblame de tus perros 

FV: Desnudar el alma cuando hablas de perros es muy difícil, sobre todo cuando hay perros que superan el amor que puedes tener a ciertas personas, en eso es en lo único que entiendo a los animalistas.

El perro es la prolongación del cazador y el cazador es la esencia de la raza humana.

Sin perro el hombre no es hombre y sin cazador tampoco, está muy unido, por ejemplo, tener tu perro al lado cuando sales al campo, durante un rececho es sentirte seguro, salvaje, primitivo, ahora bien, cada uno debe de estar en su sitio.

JIH: ¿Sigues criando perros? Felipe Vegue

FV: Ahora mismo crio de vez en cuando para mis amigos.

En casa tengo teckel y sabueso de Baviera, aunque no me gusta mucho su carácter.

También gracias a mi amigo Paco ‘el de las Tinieblas’ me estoy metiendo con el alano.

JIH: ¿Hasta dónde llegarías por uno de tus perros? 

FV: He llegado… he llegado en varias ocasiones a jugarme la vida por rescatar a alguno de ellos. Lo digo en mi narración ‘Mi perro Baco’, cuando tienes que tomar decisiones como sacrificarlo, se te desgarra el alma.

Felipe Vegue 20M

JIH: ¿Cómo ves el mundo de la rehala? Felipe Vegue

FV: La rehala son doce colleras de perros fuertes, aguerridos, valientes, con un rehalero preocupado por ellos y lo que no entiendo son estos inventos de «yo voy con seis perros, otro con cuatro, y ya tengo una rehala», eso no me gusta primero porque eso no es la esencia del rehalero son ‘mil leches’ o ‘mil perros’, segundo porque yo en una rehala distingo y sé cómo es cada rehalero con sus perros, sé dé qué pie cojea cada uno, y según se comporte con sus perros así es la persona.

«La rehala son doce colleras de perros fuertes, aguerridos, valientes, con un rehalero preocupado por ellos»

JIH: ¿Qué futuro le espera a la rehala tal y como la conocíamos? 

FV: Sí, siempre y cuando cambiemos todos y los primeros los monteros, en la relación que tengamos con el rehalero, podenquero y con el mundo de la rehala en general.

Ahora mismo el desprecio es absoluto, se sirven de la rehala para otros fines que no son específicamente el disfrutar de la montería.

«Ahora mismo el desprecio es absoluto, se sirven de la rehala para otros fines que no son específicamente el disfrutar de la montería»

JIH: ¿Cómo diferencias a un buen rehalero de uno malo? Felipe Vegue

FV: Con un vistazo a sus perros y a su medio de transporte.

JIH: ¿Cuáles son los valores que deben primar en un buen rehalero? 

FV: Cualquier perrero que se pasa días y días buscando a sus perros por el monte ya tiene valores superlativos, pero además los tiene por cuidarlos, alimentarlos los 365 días del año, por vivir en el campo con ellos, por cumplir la burocracia… son muchos más los pros que lo contras.

«Cualquier perrero que se pasa días y días buscando a sus perros por el monte ya tiene valores superlativos»

JIH: ¿Qué raza es para ti la gran desconocida, si la hay? Felipe Vegue

FV: El podenco español en sus diferentes variedades, solo los grandes aficionados entienden lo que es un podenco.

JIH: ¿Qué piensas cuando oyes a un animalista hablando del ‘sufrimiento’ al que se somete a un perro en la caza? 

FV: (Piensa y sonríe) Cuando me dicen lo que me dicen y me llaman lo que me llaman, solo se me ocurre una reflexión, me dan pena, pero a la vez me hacen volverme violento con la humanidad al ver hasta qué punto ha perdido los papeles y hasta donde pretende llegar.

JIH: ¿Crees que el mercantilismo está acabando con el mundo de la caza, al menos tal y como la conocíamos? 

FV: Los jóvenes no pueden cazar porque no pueden pagar lo que vale cazar.

Hay que facilitar el acceso de los jóvenes a la caza, de lo contrario no habrá relevo generacional.

En mis monterías los jóvenes no pagan. Felipe Vegue

«Los jóvenes no pueden cazar porque no pueden pagar lo que vale cazar. Hay que facilitar el acceso de los jóvenes a la caza»

JIH: ¿Crees que a los jóvenes se les está iniciando bien en el mundo de la caza? 

FV: No. La caza es un aprendizaje hacia el sufrimiento, subir y bajar laderas, cargar el morral, el arma, pasar calor, frío, madrugadas… si vas a una cacería cómoda, relajada y llegas a matar, ni aprecias el valor de la pieza que estas cazando ni lo vas a adquirir nunca.

«La caza es un aprendizaje hacia el sufrimiento, subir y bajar laderas, cargar el morral, el arma, pasar calor, frío, madrugadas…»

Oficina Nacional de la Caza

JIH: Vamos a la actualidad, ¿cómo accedes a la presidencia de la Oficina Nacional de la Caza

FV: Por accidente, pero convencido de que los diferentes grupos que existen en el mundo de la caza deben de tener un punto de encuentro.

La ONC cometió errores en su camino quizá por las tensiones creadas por algunas de las distintas personas que estaban en la ONC para llevarse “el gato a su tejado” y no puedo decir más.

Vi que había que acabar con esas luchas y reinventarnos y eso hemos hecho.

Me ha costado mucho conseguir la unión, pero creo que ahora mismo lo estamos consiguiendo y la ONC se está convirtiendo en ese punto de encuentro que te comentaba.

«La ONC cometió errores en su camino quizá por las tensiones creadas por algunas de las distintas personas que estaban en la ONC para llevarse “el gato a su tejado”»

JIH: Ahora se habla mucho de la unidad del mundo de la caza, ¿crees que es posible o seguirán imperando los personalismos, las diferencias irreconciliables…? 

FV: Personalismos existen, pero también he descubierto que hay mucha gente que están más comprometidos de lo que yo pensaba y que hay mucha gente a la que no conozco, pero sé que se puede contar con ellos, la ONC somos todos y creo que entre todos lo conseguiremos.

JIH: ¿Cómo ves la caza en el momento actual? Crees que todas estas movilizaciones, manifestaciones dispares… ¿Son una imagen de la unión o de la desunión precisamente del mundo de la caza? 

FV: Si no nos une lo que está ocurriendo y el 20M, va a ser imposible reconducir este sector, no te digo más.

JIH: Comienza lo que esperamos que sea un camino nuevo para el mundo de la caza, ¿seguirás estando ahí para seguir siendo su ‘líder’ o ya tienes alguien que ansía ocupar ese lugar? 

FV: Yo voy a presentar mi dimisión más pronto que tarde, aunque me la acepten o no. Pasado el 20M pondré mi cargo a disposición.

«Yo voy a presentar mi dimisión más pronto que tarde, aunque me la acepten o no. Pasado el 20M pondré mi cargo a disposición»

JIH: Y, ¿cómo está ese 20M? Felipe Vegue

FV: Ahora mismo estamos sobrepasados, no quiero un millón o millones de personas, no hay que echar las campanas al vuelo como hacen algunas campañas de publicidad que no me gustan nada ni en el fondo ni en las previsiones.

«Ahora mismo estamos sobrepasados, no quiero un millón o millones de personas, no hay que echar las campanas al vuelo»

JIH: ¿Estarán todos los que tienen que estar?

FV: No. Hay una zona de confort y, o salimos de ella, no solo los cazadores sino también el mundo rural, o sino el campo se va a abandonar y vendrá Gates o cualquiera de estos, comprará y dirá “mis semillas están patentadas y certificadas y ahora vas a comer esto…”

JIH: Ya es la hora, vamos a comer, ¿qué plato de caza te hace salivar solo de pensarlo? 

FV: Un plato de cuchara.

Hace mucho que conozco a Felipe Vegue, pero nunca tan a fondo.

Si en todos y cada uno de mis coloquios siempre acabo descubriendo algo de mis contertulios, en este caso el descubrimiento ha sido sorprendente.

Felipe siempre ha hablado alto y claro, pero en esta ocasión creo que hemos entrado en su alma, en su manera de vivir, de entender la caza y la vida, que para él es prácticamente lo mismo.

Palabras como pasión, nobleza, fe en sus convicciones… podían definir a Felipe entre otras muchas, pero eso os corresponde a vosotros evaluarlo, para mí solo deciros que ha sido un auténtico placer pasar este largo rato con él.

Felipe Vegue Coloquios caza
José Ignacio y Felipe con Paco Rodríguez, en cuyo emporio gastronómico, La Hoja, se celebró el coloquio.

Como siempre quiero agradecer a mi buen amigo Paco Rodríguez permitirnos realizar esta entrevista en su restaurante La Hoja y las atenciones recibidas que hacen aún más agradables estos coloquios.

Coloquios con José Ignacio Herce Álvarez

La Hoja ∼ La Fueya

Doctor Castelo, 48 / 28009 Madrid

INFO & RESERVAS
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www.lahoja.es

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