Jurista especializado en temas medio ambientales, rurales y cinegéticos, cazador sobresaliente, con especial interés en el corzo, Jorge Bernad Danzberger, además está muy ligado a la homologación de trofeos de caza…
Jorge Bernad Danzberger (JB) es un cazador sobresaliente, reconocido corcero, y socio-director de Bernad Abogados&Asociados, un bufete especializado en todas las cuestiones jurídicas relacionadas con el medio rural, en especial derecho de caza y medio ambiente y, además, es responsable del departamento jurídico de la Fundación Artemisan.
Es, además, presidente de la Comisión de Homologación de Trofeos de Caza Mayor de la Comunidad de Madrid y vocal Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza.
Dejaremos esos aspectos de la homologación de trofeos y otros temas de actualidad para la segunda parte del coloquio centrándonos en esta primera parte en el Jorge Bernad jurista y cazador.
JIH: Jorge, el estar en Artemisan hace que seas más conocido en este mundillo, pero tu relación con el mundo rural en general y la caza en particular viene de largo, ¿no?
JB: Creo que puedo decirte que llevaré en esto cerca de cuarenta años…
Empecé a trabajar con mi querido amigo Alonso Sánchez Gascón, luego estuve en la Real Federación Española de Caza, en la FACE y ahora en la Fundación Artemisan, al mismo tiempo siempre he compaginado estas actividades con mi despacho.
«Puedo decirte que llevaré en esto cerca de cuarenta años… Empecé a trabajar con mi querido amigo Alonso Sánchez Gascón, luego estuve en la RFEC, en la FACE y ahora en la Fundación Artemisan, siempre he compaginado estas actividades con mi despacho»
JIH: Cuéntanos algo sobre la Fundación Artemisan
JB: (Sonríe) Aún recuerdo cuando nos reunimos Luis Fernando Villanueva, Antonio Cavero y yo para darle forma, pensamos en la presidencia, en el futuro…
La verdad es que es un proyecto muy ilusionante para mí en el que cada uno tenemos nuestro espacio independiente.
Yo tengo mi departamento jurídico donde nadie me interfiere y eso me da mucha independencia, evidentemente porque cuento con la confianza de todos.
Aquí estamos metidos mucha gente de todo tipo, desde la Federación hasta empresarios todos unidos en un proyecto común.
«Respecto a la Fundación Artemisan aún recuerdo cuando nos reunimos Luis Fernando Villanueva, Antonio Cavero y yo para darle forma, pensamos en la presidencia, en el futuro…»
JIH: Por lo vemos día a día, trabajo no te falta…
JB: Ciertamente estamos trabajando mucho y cada día más, pero de eso se trata, ¿no?
Artemisan ha sido una idea genial en la que sobre todo intentamos «no pisar callos» –cosa que en este mundillo es complicado como bien sabes (sonríe)–, congeniar con todo se… en fin, algo que creo que estamos consiguiendo y que es buena parte de nuestro éxito.
JIH: ¿Cómo le da a un abogado a especializarse en temas cinegéticos?
JB: Mi padre era abogado, mi abuelo también y, en fin, dado que en mi casa todos éramos abogados, parecía que mi obligación era continuar con el despacho que, por cierto, se dedicaba al derecho mercantil algo de lo que yo no tenía ni idea (ríe), y fue entonces cuando entre Alonso Sánchez Gascón y la revista Trofeo me metieron este gusanillo que me llevo a decirme, «¡esto es lo mío!», porque, no nos engañemos, a mí lo que me gustaba era el campo y la caza.
«Y fue entonces cuando entre Alonso Sánchez Gascón y la revista Trofeo me metieron este gusanillo que me llevo a decirme, «¡esto es lo mío!», porque, no nos engañemos, a mí lo que me gustaba era el campo y la caza»
JIH: ¿Tantos problemas da la caza y los cazadores como para vivir de ello?
JB: Sí, da muchos problemas, aunque la caza como tal no tanto, más bien los dan lo que la rodea y tú lo conoces bien, básicamente los problemas que atañen a las fincas, caminos públicos, servidumbres, linderos, etc.
JIH: ¿Cómo te afecta ser cazador a la hora de afrontar un tema de caza en tu despacho?
JB: Es una buena pregunta (ríe), y lo digo porque por un lado me afecta negativa y por otro positivamente.
Positivamente porque cuando voy a cacerías se puede decir que estoy trabajando ya que ahí conozco clientes, y negativamente porque a la hora de pasar la minuta muchos te dicen «vente a mi casa a cazar» y, claro, no me queda más remedio que aclarar que me divertiría muchísimo hacerlo pero que tengo seis hijos y prefiero cazar con quien me apetece y poder pagarles el colegio, y eso, a veces, no resulta fácil desligarlo (ríe).
JIH: Por cierto, ¿en qué es en lo que más ‘pecamos’ los cazadores?
JB: Creo que de vanidad y egoísmo.
A mí me sorprende mucho que el colectivo cazador sea tan poco solidario, que siendo tantos como somos no se apoye a entidades, federaciones, asociaciones… a veces con apoyos que no supondrían más de cincuenta euros al año, por ejemplo.
Es un tema preocupante, hay que ser conscientes de que esto no es todo gratis, que el colectivo tiene que moverse y mucho, además, porque se nos vienen cosas muy gordas encima.
«A mí me sorprende mucho que el colectivo cazador sea tan poco solidario, que siendo tantos como somos no se apoye a entidades, federaciones, asociaciones…»
JIH: Y, ¿jurídicamente cuál es el mayor problema con el que te encuentras?
JB: Fundamentalmente el caos jurídico que supone tener diecisiete legislaciones diferentes en materia de caza y que, a su vez, a nivel estatal todos quieran legislar sobre lo que dicen las comunidades autónomas mediante legislación básica, todo ello nos lleva a un exceso de legislación que hace muy difícil su aplicación.
«Es un caos jurídico tener diecisiete legislaciones diferentes en materia de caza»
JIH: ¿Qué haces o sientes cuando estas cazando y ves cometer infracciones a tu alrededor?
JB: Por un lado, me digo «¡este acabara en mis manos si le denuncian!» (ríe).
En serio, fíjate, lo que más me sorprende es el desconocimiento que existe, incluso entre cazadores preparados y formados.
Y luego, ¿cómo se lo dices?, pues con mucha mano izquierda (ríe).
Hay que olvidarse de cosas como lo de que «la finca es mía y hago lo que quiero», eso se acabó y hay que ser conscientes de que, aunque cueste a veces, se está condicionado por tantas cosas que no queda más remedio que cumplir la legalidad, sino vives amargado.
«Lo que más me sorprende es el desconocimiento que existe, incluso entre cazadores preparados y formados»
JIH: ¿Cómo ves el papel de la Administración en relación con la caza? ¿Sigue siendo la gran enemiga?
JB: Creo que ha cambiado, veo que a la hora de hacer cosas como las ordenes de vedas o diferentes normativas tenemos mucha más participación, otra cosa es que nos hagan caso (ríe), como en el caso de la Ley de Bienestar Animal, con la que ni nos escucharon.
Pese a esto, sigo diciendo que la Administración, en general y sobre todo las comunidades autónomas, va teniendo en cuenta al colectivo cazador y eso es de agradecer.
JIH: ¿A qué crees que es debido este cambio, quizá porque han tomado conciencia de la importancia del sector o a que la caza vota?
JB: Pues a ambas cosas.
Lo cierto es que hemos sabido hacernos valer en los últimos tiempos con hechos como la gran manifestación del año pasado que han demostrado que somos un colectivo fuerte.
Esto ha hecho que los políticos a la hora de hacer cualquier tipo de acción en el tema cinegético se lo piensen bien antes de llevarla a cabo porque, efectivamente, la caza vota.
«Los políticos a la hora de hacer cualquier tipo de acción en el tema cinegético se lo piensan bien antes de llevarla a cabo porque, efectivamente, la caza vota»
JIH: Como jurista dime tres principios básicos para seguir por el cazador
JB: Primero ser un cazador ético, hay unos principios básicos que hay que respetar. Segundo ser respetuoso con las normas y tercero ser solidarios entre nosotros.
«Para mí, los principios básicos que ha de seguir el cazador son: primero ser ético, segundo ser respetuoso con las normas y tercero ser solidario»
JIH: Además de jurista especializado en caza, eres cazador reconocido y un gran especialista en el corzo, ¿por qué el corzo?
JB: Lo del corzo me viene por mi abuelo que era austriaco y muy aficionado a su caza y cada vez que íbamos a verle en verano yo salía a cazarlo con él.
Cacé mi primer corzo cuando era muy jovencito, aunque no sé si debo decir la edad (ríe), y desde entonces pues ya no solo cazaba en Austria, sino que también empecé a cazarlo en España.
JIH: ¿Cuál ha sido su evolución en los últimos tiempos? Hemos pasado de una especie casi escasa a una abundancia tanto en calidad como en cantidad, ahora hay corzos donde antes ni se soñaba que pudiera haberlos, pasando incluso a existir una sobre explotación y a precios desorbitados. ¿A qué crees que puede ser debido?
JB: Corzos hay por todos los sitios y de eso que vengo oyendo desde hace veinte años de que la cantidad y la calidad iba a dar un parón pues no hay nada de nada, aunque si es cierto que los grandes corzos se están cazando sobre todo en las zonas de expansión.
Siempre se habla de la gestión y lo cierto es que en España la gestión es no gestionar, aquí cazamos los más grandes siempre, aunque quizá este sistema no sea tan malo si lo comparamos con los centroeuropeos que teniendo un control exhaustivo solo cazan ‘birrias’ de corzo, no lo sé la verdad.
«En España la gestión es no gestionar, aquí cazamos los corzos más grandes siempre, aunque quizá este sistema no sea tan malo si lo comparamos con los centroeuropeos»
JIH: Hablando de gestión del corzo, ¿qué recomendarías en este sentido?
JB: Yo permitiría cazar más hembras y dar precintos para corzos ‘malos’, sobre todo teniendo en cuenta que tenemos los mejores corzos de Europa, pero también los más caros, con precios desorbitados como decías antes y, claro, pagar esos precios y poner un precinto a un ejemplar de baja calidad o que debería de ser quitado, no me parece bien.
«Yo permitiría cazar más hembras y dar precintos para corzos ‘malos’, sobre todo teniendo en cuenta que tenemos los mejores corzos de Europa, pero también los más caros»
JIH: ¿Hasta dónde llegaremos?
JB: Pues se supone que llegaremos a un tope, como decíamos antes, pero la verdad es que no se cuándo será ese momento.
JIH: La evolución del trofeo de corzo también ha ido cambiando, hemos pasado del trofeo regular, a trofeos con múltiples formas, lo que en otro tiempo se podía considerar deforme o feo ahora ha pasado a ser bello…
JB: Es verdad, ahora los grandes corzos son ‘tochos’ enormes de veinte puntas y bases enormes, pero esa puntuación es debida a la fórmula de medición CIC en la que se prima el peso y el volumen, sino fuera así, a lo mejor esos corzos no se homologarían o no tendrían el valor que tienen.
«Ahora los grandes corzos son ‘tochos’ enormes de veinte puntas y bases enormes, pero esa puntuación es debida a la fórmula de medición CIC en la que se prima el peso y el volumen»
JIH: Y a ti, ¿cuáles te gusta más? ¿Perlados grandes, de cuernas oscuras con sus seis puntas o estos otros más ‘extraños’?
JB: Ya sabes que a mí siempre me han gustado los corzos ‘raros’, de hecho, mis amigos estaban encantados de cazar conmigo porque siempre cazaba los ‘feos’ que nadie quería, pero ahora no se si es que los habré puesto de moda, pero todo el mundo los quiere (ríe).
JIH: ¿Dime cómo sería el corzo de tus sueños?
JB: Todo el mundo quiere el super corzo, pero, mira, yo no puedo quejarme y quizá ya no me divertiría cazar uno muy muy grande, quizá preferiría uno muy raro, pero, sobre todo, empiezo a valorar que me cueste mucho cazarlo.
«Preferiría cazar un corzo muy raro, pero, sobre todo, empiezo a valorar que me cueste mucho cazarlo»
JIH: ¿Si no hubiera corzos cuál sería tu especie preferida?
JB: Me divierte mucho el jabalí en todos los sentidos y en la menor soy un forofo de la perdiz en mano. Ahora me estoy aficionando al zorzal también en mano.
JIH: ¿Y qué modalidad de caza te gusta más?
JB: En general me gusta toda aquella modalidad que requiera algo de ejercicio.
Y ahora me está gustando mucho más la caza en solitario que las cacerías colectivas.
«En general me gusta toda aquella modalidad que requiera algo de ejercicio. Y ahora me está gustando mucho más la caza en solitario que las cacerías colectivas»