En la prensa

Los rehaleros estudian alternativas para definir su relación laboral

Fuente: lanzadigital.com

La actividad laboral de los rehaleros en las monterías se ha visto envuelta en la última temporada cinegética en polémica, a raíz de las actuaciones que ha iniciado la Inspección de Trabajo y que han desembocado en varias intervenciones de carácter informativo.

El colectivo, a través de sus organizaciones nacionales de representantes, ha establecido contactos con el Ministerio de Empleo y Seguridad Social para analizar la normativa, ante la tesitura que obligaría a los perreros bien a darse de alta como autónomos o bien a ser contratados por los titulares de cotos y sociedades de caza.

Ciudad Real es una de las provincias con más tradición cinegética de la región, y con las intervenciones de la Inspección de Trabajo podría dejar al sector de la rehala en una situación de inseguridad, “al no existir una regulación específica en la materia”.

Así lo asegura el presidente de la Asociación Española de Rehalas (AER), José Luis Domínguez, quien mostró a Lanza su preocupación por la situación sobrevenida y explicó que a final del año pasado la organización solicitó a la administración que el trabajo de una recova fuera equiparado a una actividad deportiva a nivel de aficionado, salvo en los casos en que sea un medio fundamental de vida.

Según dijo, en una carta enviada a la Ministra de Empleo y Seguridad Social, exponían sus alegaciones para que la caza con rehala sea considerada como una acción sin ánimo de lucro y, en consecuencia, “esté exenta de la Seguridad Social”, a excepción de los casos en que la retribución percibida “pueda considerarse medio fundamental de vida”.

Posteriormente, y ya con la temporada de caza concluida, los portavoces del colectivo se reunieron con cargos del Ministerio para trasladarles “esta preocupación”, en un encuentro en el que arrancaron el compromiso público de responder a sus propuestas.

“Asustan a la gente con las inspecciones y hay que tener en cuenta que es un colectivo que montea entre los meses de octubre y febrero”, sostiene Domínguez, titular de la rehala ‘Capablanca’ y que habla en nombre de 1.200 asociados.

De esta manera, Domínguez recuerda que el pasado 1 de marzo todo el sector (las asociaciones de rehaleros y la actividad cinegética, como la AER, Aproca, Arrecal, Atica, Club de Monteros, y ONC) se reunieron en Madrid en una Mesa de Trabajo, en la que estudiaron las propuestas del Ministerio, aunque “no acordamos nada”.

Al parecer, esta próxima semana analizarán más detenidamente los planteamientos hechos desde la Administración que hace varias distinciones y considera la actividad de los rehaleros con carácter lucrativo, aunque “dependiendo del requisito de habitualidad” tendrían que darse de alta como autónomos.

También contemplan, según Domínguez, requisitos para diferentes supuestos en el caso de pensionistas y parados, en función de si éstos cobran prestación.

No es un sueldo

Amparo Ampuero, portavoz de esta asociación en Castilla-La Mancha, subraya que la “propina” que reciben los rehaleros por su ayuda en la celebración de la montería (para pagar los gastos de desplazamientos) “en ningún caso es una retribución económica, sueldo o un jornal”, aunque los inspectores de Trabajo “lo estén entendiendo de otra manera”.

Ampuero se hace eco de los argumentos de la asociación, por los que la rehala, como actividad deportiva realizada por aficionados, “no debe estar sometida al régimen de la Seguridad Social”, excepto cuando es un medio fundamental de vida. No obstante, “tampoco están definidas las cantidades a partir de las que se ha de cotizar”.

Es una compensación

El presidente de la Asociación de Titulares de Cotos, Cazadores y Actividades afines al sector cinegético (ATICA), Juan Caballero, incide en que “es una compensación” porque “en ningún caso la actividad de las rehalas es negocio”.

Caballero espera que se aclare en las próximas semanas la situación de este colectivo, que también está manteniendo conversaciones con la administración regional.

“La próxima semana nos reuniremos con el Subdelegado del Gobierno y el Jefe de Inspección de Trabajo de Toledo”, una de las provincias donde los inspectores realizaron siete visitas a los organizadores de otras tantas cacerías, al igual que en Ciudad Real, donde revisaron la actividad de los distintos sectores cinegéticos en cinco monterías. “En total habían programado 17 en la región, que luego no culminaron”, relata Caballero.

“Se ha dado un primer paso” en la consideración de la relación laboral de los rehaleros, a tenor del grado de “habitualidad en el trabajo”, un extremo que “también tendrán que determinar” pues hay quien lo fija por debajo de 30 días.

Por lo pronto, los miles de rehaleros de España y los cerca del millar de Castilla-La Mancha (según el número de licencias) pueden estar tranquilos, según los portavoces consultados, porque las negociaciones  con las administraciones siguen “vivas” y están dirigidas a defender sus intereses.

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