La llegada de los colonos en África marcaría el destino de toda forma de vida que allí se encontraba. La demanda de marfil de los cuernos de rinoceronte y de elefante provocó una cacería sin límites hasta que el descenso de los animales encendió las alarmas. Tras unos años de control, el problema repuntó con el nuevo milenio cuando la población de rinocerontes y de elefantes en Asia estaba próxima a la desaparición.
El hombre europeo primero y, después, el asiático, han condenado a estos dos paquidermos a una lucha por garantizar su supervivencia. Hace 150 años, más de un millón de rinocerontes blancos y negros habitaban en las sabanas africanas. Desde entonces, el comercio de marfil ha diezmado su población hasta reducirla a 20.000 rinocerontes blancos y 5.000 rinocerontes negros, que se pueden encontrar en mayor proporción en diversos parques y zonas de conservación de Kenia, Namibia, Zimbabue y Sudáfrica.
Varios países del área sur conservan los grupos más grandes de algunos animales cuya continuidad está en riesgo a causa del furtivismo. Namibia es el país que más población de guepardos acoge, entre 5.000 y 7.000, y Botsuana es el mayor santuario de elefantes del mundo, principalmente ubicados en la región del Delta del Okavango. Si bien Sudáfrica posee casi la mayor cantidad de rinocerontes, durante los últimos diez años ha habido un abrupto descenso a causa del furtivismo, que sigue aumentando. Se estima que un rinoceronte muere cada 6,7 horas a causa de la caza ilegal en Sudáfrica, según la organización Rinocerontes Sin Fronteras (en inglés, Rhinos Without Borders, RWB).
Desde el año 2008, al menos 6.102 ejemplares han sido asesinados en el país con el fin de extraer sus cuernos. Aunque los últimos datos del Departamento de Asuntos Ambientales sudafricano celebraban que en 2016 el número de rinocerontes asesinados disminuyó en comparación con años anteriores, es muy grave que el propio Ministro de Seguridad Interna, David Mahlob, esté en el punto de mira por su presunta implicación en el comercio ilegal.
Polvo de cuerno para medicinas tradicionales
La grave situación en la que se encuentran los rinocerontes ha hecho que proliferen medidas de todo tipo para intentar evitar su extinción. Desde cortar los cuernos para garantizar su supervivencia, hasta una polémica propuesta de crear cuernos sintéticos con las mismas propiedades que los naturales para satisfacer la demanda y evitar las muertes
Los principales implicados en el furtivismo actual son las mafias asiáticas, que ansían el polvo de los cuernos para elaborar un fármaco de la medicina tradicional china, cuya demanda no cesa y que mueve más de 25.000 millones de dólares al año.
El proyecto RWB, una sinergia de andBeyond y Great Plains Conservation, dos empresas de conservación y viajes, propone las migraciones de supervivencia. Su plan consiste en trasladar a los rinocerontes desde los ambientes muy poblados donde no están seguros en Sudáfrica, hasta otros lugares en Botsuana donde hay menor población de rinocerontes y un excelente récord de lucha contra la caza furtiva.
«Botsuana tiene actualmente una de las tasas más bajas de caza furtiva en África. Los funcionarios de conservación del país están apoyados por una unidad oficial de lucha contra el furtivismo. Hay voluntad política desde arriba para ayudar a salvar a los rinocerontes», destacan desde la organización. No obstante, son conscientes de que la caza furtiva puede aumentar en todos los rincones en los que se encuentre el animal mientras haya demanda de cuerno de rinoceronte. Siempre surge la duda de que los furtivos, conscientes de esta llegada al país, se sientan tentados de trasladarse a la zona para continuar con sus prácticas ilegales. Con todo, «Botswana ofrece algunos de los hábitats más protegidos y mejores para los rinocerontes», aseguran.
Hasta ahora, tres lotes de rinocerontes han sido reubicados y durante los próximos 18 meses se habrá completado la misión de trasladar a los cien ejemplares. Las dimensiones de este animal, que puede llegar a pesar hasta cuatro toneladas, hacen que el proceso de traslado desde Sudáfrica hasta Botsuana sea complejo. El primer paso es atrapar al animal en su lugar de origen: «Los veterinarios examinan al animal, haciéndole un tratamiento contra garrapatas y un test sanguíneo para constatar si tiene alguna enfermedad o embarazo», explica a El Mundo Dereck Joubert, CEO de RWB.
45.000 dólares por traslado
Después de un período de cuarentena de ocho semanas son trasladados por vía aérea hasta su nuevo país. Se trata de intentar «disminuir la cantidad de estrés del rinoceronte durante el trayecto». Todo el proceso de atrapar, trasladar y controlar al animal durante los tres años siguientes asciende a 45.000 dólares por ejemplar. «Cinco crías han nacido ya en su nuevo hogar», dice victorioso Joubert.
El objetivo de RWB es crear una población reproductora viable en Botsuana para estimular el crecimiento de las poblaciones de rinocerontes, ya que el país tiene una población muy baja de este animal. El Mundo visitó recientemente este país, y tanto en los parques naturales situados en el Delta del Okavango como en el Parque Nacional Chobe, los rangers aseguraron que en su país había una tolerancia cero con los cazadores furtivos y se practicaba una política de «disparar a matar».
A sabiendas de que el desarrollo económico del país será mayor cuantos más animales vivan en sus fronteras, en 2014 prohibieron la caza comercial por «ser incompatible con su compromiso de conservar y proteger la fauna local, así como el desarrollo de la industria turística a corto plazo».
No obstante, sigue habiendo reservas privadas donde se continúa practicando la caza. La ubicación de los animales no es revelada para evitar riesgos y problemas de seguridad, pero según han confirmado a El Mundo, se trata de áreas con difícil acceso para los furtivos. «El último lote de rinocerontes que se despertó en su nuevo hogar se puso a comer e ignoró a todo el equipo de liberación. Estaban muy relajados y se habían adaptado muy bien», contaba a este diario Joubert. Un nuevo hábitat que puede ser la salvación para uno de los animales más amenazados del planeta.
Fuente: elmundo.es