En la prensa

La Guardia Civil sospecha que los dos detenidos de Mos mataron una decena de perros

Fuente: lavozdegalicia.es

La Guardia Civil ha detenido a dos vecinos de Mos como supuestos autores de un delito contra el medio ambiente relativo a la flora, fauna y animales domésticos, por el uso de venenos sin estar legalmente autorizados para ello. En el marco de la misma operación, coordinada por el equipo del Seprona de O Porriño, se imputa a otro varón, con domicilio en el municipio de Valga, por un presunto delito de falsedad documental.

 

Los hechos se refieren a la localización de cebos envenenados en terrenos de la parroquia mosense de Louredo. En este espacio de terreno, dedicado a una explotación cinegética, también se denunciaron y encontraron animales muertos hace más de un año. La Guardia Civil recogió varios cadáveres, cuyas autopsias confirmaron el fallecimiento de los mismos por envenenamiento.

La operación arrancó a finales del año pasado, gracias a la alerta de varias personas que advirtieron a la Guardia Civil sobre el posible uso de algún tipo de veneno en la zona. Estos ciudadanos sufrieron, en algunos casos, la pérdida de sus propios animales de compañía y los análisis realizados a título particular en clínicas privadas, confluían en una misma causa.

La investigación posibilitó el trabajo de campo que se desarrolló durante varias semanas en la parroquia de Louredo. La Guardia Civil desplegó en el terreno los medios humanos y técnicos necesarios y, aunque el resultado de la operación es fruto del trabajo coordinado y conjunto con la colaboración de los agentes del Servicio de Conservación de la Naturaleza de la Xunta de Galicia, cabe destacar el papel fundamental de los canes del equipo cinológicos, que se desplazaron específicamente desde su base en Madrid. Fue uno de estos perros el que consiguió localizar e identificar el rastro del veneno que, supuestamente, se empleó para hacer los cebos envenenados que se distirubyeron por el entorno de esta explotación cinegética.

Fueron varias las jornadas de rastreo en el monte. El primero de los cebos localizados por agentes del Sprona se encontró el 11 de marzo en un biotopo de conejo de la explotación. Como establece el protocolo, los hechos se notificaron de inmediato al Servicio de Conservación de la Naturaleza. Los agentes de la Xunta realizaron la toma de la muestra, para su posterior remisión al laboratorio del Hospital Veterinario de Lugo.

Cinco días después, se encontró el cadáver de un perro en avanzado estado de descomposición, cuyas características físicas correspondían con las de uno de los canes desaparecido en la zona, según denuncia presentada ante la Guardia Civil. El protocolo de trabajo con la Xunta se cumplió a lo largo de toda la investigación, siendo personal de la Xunta la que asumió la toma de muestras para su estudio en laboratorio.

24 horas después de la localización del cadáver del animal, se produjo el primer avistamiento sospechos de dos personas en la zona que circulaban en un coche. Los guardias les siguieron y cuando los ocupantes del vehículo se percataron de su presencia, el que viajaba como acompañante arrojó por la ventana material posiblemente sensible para la investigación.

Tras identificar a estas dos personas, se encuentra en el lugar donde minutos antes se les vio deshacerse de algo, una lta con seis trozos de carne supeustamente envenenados y varios cebos. También se registró el vehículo en el que circulaban. la custodia, tanto de los cebos como de las latas fue asumida también por la Xunta.

En las dos jornadas siguientes, el Seprona recogió un elevado número de cebos envenenados con trozos de tocino similares a los que se habían aprehendido horas antes en la zona. Se solicitó el apoyo del Servicio Cinológico y se trasladaron desde Madrid dos perros de la Unidad Canina de detección de venenos. Los animales encontraron nuevos cebos y más cadáveres de animales. Su labor fue crucial al identificar en el vehículo de los sospechosos un rastro de veneno.

Los detenidos son D.C.B. y M.M.L., de 29 y 61 años, que fueron puestos en libertad con la obligación de comparecer ante la autoridad judicial cuando sean requeridos. A J.T.M., administrador único de la empresa cinegética, se le imputa un presunto delito de falsedad documental.

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